Cómo nació el 'copyright': la Reina Ana
Todo el mundo ha oído hablar del copyright, es decir, de los derechos de autor, y de por qué son necesarios para proteger a escritores, músicos, pintores y creativos en general. Sin embargo, pocos conocen su origen legal. Para descubrirlo, hace falta remontarse a la Inglaterra de 1710, hace hoy 307 años, y a la corte de Ana Estuardo, creadora del Estatuto de la Reina Ana.
Con la llegada de la imprenta en el siglo XV, editores y libreros adquirieron un monopolio que les permitía imprimir, comercializar y distribuir obras literarias con total libertad. Mientras ellos disfrutaban de este privilegio, no existía ninguna ley que protegiera los intereses de los autores. Finalmente, el 10 de abril de 1710, entró en vigor una nueva ley en Reino Unido: el Estatuto de la Reina Ana. Esta ley otorgaba protección jurídica a libros y a otros trabajos escritos. Está considerada como el origen del copyright por establecer que el dueño de los derechos de una obra es su propio autor.
“Una Ley para el enriquecimiento en el aprendizaje, al otorgar la protección a los ejemplares de libros impresos, a los autores o a los compradores de dichas copias”, comenzaba el Estatuto.
La ley establecía que, a partir de su entrada en vigor, a toda obra publicada le correspondía 14 años de derechos de autor, ampliables a 28 en caso de que el autor continuase con vida. Por su parte, las obras publicadas antes de 1710 tenían un plazo único de 21 años a partir de esa fecha.
Reino Unido, que había nacido tres años antes y con Ana Estuardo a la cabeza, fue el primer país en reconocer que los escritores merecían un reconocimiento jurídico y legal por sus obras. Después, les siguieron otros países como Francia o Alemania.
Tres siglos después, el copyright ha ido evolucionando adaptándose a la época social y a la tecnológica que le ha tocado vivir en cada momento.