El nacimiento de la empresa descentralizada Blockchain
'Blockchain' ha permitido crear un nuevo concepto de empresa con una gestión automatizada en la que los beneficios se distribuirían de manera sistematizada entre los socios, que no tendrían ni que conocerse. Cristina Carrascosa desgrana en esta nueva entrega de #RevoluciónBlockchain las ventajas de las Organización Autónoma Descentralizada.
El objetivo inicial de Satoshi Nakamoto, el misterioso o misteriosos creadores de 'Bitcoin', era desintermediar los pagos electrónicos y reducir el coste de las transacciones a través del sistema P2P. Pero lo que ha provocado ha sido el florecimiento de todo un movimiento cultural, que ya bullía latente entonces, y que se refleja en la aparición de nuevos conceptos inspirados en la tecnología 'blockchain' —en la que se apoya 'bitcoin'— como es el de la empresa descentralizada.
Bailey Whitfield Diffie (“Diffie”), cuyos padres se conocieron precisamente en España, y al que se considera el descubridor de la criptografía de clave pública, ya tenía claro en 1969 que la criptografía era un instrumento poderoso. Diffie fue a su vez coetáneo de los primeros “hacktivistas”, principalmente desarrolladores, cuya meta era crear un software que permitiera a los individuos la comunicación segura en la red.
Esta es la filosofía que se respira en el sistema 'blockchain' sobre el que se construyó la primera Decentralized Autonomous Organization (DAO) u Organización Autónoma Descentralizada. La idea básica sobre la que se asienta DAO es la de crear entidades que viven en internet y existen autónomamente ¿Sin ningún tipo de intervención humana? Bueno, no. El concepto de DAOs admite la acción humana en tanto en cuanto no exista tecnología capaz de sustituirla.
Las DAOs se parecen a las sociedades capital en el hecho de que son 'organizaciones' que gestionan un patrimonio aplicándolo a un fin. Hasta ahí, todo parecido entre ellas, pero este nuevo tipo de organización descentralizada se sostiene sobre una arquitectura de contratos inteligentes, cuentan con una gestión automatizada y están formadas por un número indefinido de 'participantes' (socios) los cuales no tienen por qué conocerse, necesariamente.
La idea de confluir en una sociedad de capital con socios desconocidos genera escalofríos en cualquier empresario tradicional, pero en el mundo 'blockchain', es casi lo lógico, pues la estructura de las DAOs (y básicamente todo el sistema 'blockchain') está pensada para que la confianza no sea un elemento imprescindible.
Si se explica la DAO con un ejemplo resulta más fácil apreciar sus ventajas. Así, se podría crear una DAO para producir y explotar contenidos multimedia. Su capital social, por llamarlo de alguna forma, estaría compuesto por 'tokens' que son creados a partir de contratos inteligentes, y que se reparte entre los 'token holders' (los dueños de esos 'tokens'), o los socios de la DAO.
Su funcionamiento pasaría por explotar comercialmente el contenido multimedia generado comercialmente, y posteriormente distribuir los beneficios a los 'token holders' en función de su porcentaje de participación en la DAO.
Las decisiones sobre, por ejemplo, a qué precios se vende un determinado contenido, serían sometidas a votación en una estructura en la que los 'token holders' son a la vez la junta de socios y el consejo de administración, pues cada uno de ellos puede participar en todo. Las votaciones, a su vez, tendrían predefinido un sistema de consenso de modo que se definiría una mayoría a partir de la cual se diese por aprobada una propuesta.
Igualmente se podrían hacer consultas con una respuesta de si o no a determinada decisión, que además, una vez aprobada, se ejecutaría automáticamente. De esta forma, estos 'holders', (que recordemos, no tienen por qué conocerse) recibirían sus ganancias y votarían democráticamente en la gestión de la DAO. Este modelo facilita, por ejemplo, contar con socios procedentes de cualquier lugar del mundo sin los costes que ello supone en nuestro sistema societario actual.
CODE
No obstante, y siendo conscientes del cambio de paradigma que supone lo descrito anteriormente, y para aquellos a quienes la DAO les pueda parecer una opción demasiado futurista, existen modelos intermedios. Es el caso de la Centrally Organized Distributed Entity (CODE), modelo nacido del trabajo conjunto entre un despacho de abogados especializado en criptoproyectos, y un grupo de desarrolladores. La CODE conceptualiza una sociedad que vive a medio caballo entre el mundo 'offchain', de forma que cumple plenamente con la regulación fiscal y societaria, y 'onchain', para aprovechar el sistema DAO de distribución automática de resultados o su sistema de votaciones.
En definitiva, teniendo en cuenta que nuestro sistema societario se remonta a la Edad Media, personalmente, como profesional del Derecho, la idea de combinar sistema legal con tecnología puede producir 'a priori' cierta sensación de vértigo. No obstante, lo cierto es que la fiabilidad del 'software' frente al elemento humano supone una ventaja competitiva que quizás deberíamos afrontar.
Cristina Carrascosa Cobos
Cristina Carrascosa de Fluon Ecosystem es coautora del libro 'Blockchain: La revolución industrial de Internet' que publica Ediciones Gestión 2000 (Grupo Planeta) disponible a la venta en Amazon.es.
Las novedades se pueden seguir en @LibroBlokchain y LibroBlockchain.com.