La sororidad y su importancia en las corporaciones
Sororidad viene de la palabra latina' soror' y significa hermana. Por ello, en el mundo de las congregaciones religiosas, es común que entre la comunidad se llame Sor a la persona y se acompañe por su nombre, por ejemplo: Sor María. “La sororidad es una hermandad de mujeres por definición”, así lo explica Cecilia de la Vega, cofundadora y conferencista de AGB Consultores, empresa que busca acercar al mundo corporativo las tendencias de diversidad e inclusión enfocadas en liderazgo, desarrollo de talento e igualdad de oportunidades.
Durante su participación en el evento virtual 'Girl Power' con el tema Sororidad que se llevó a cabo el pasado 26 de marzo, De la Vega resaltó que en esta sororidad corporativa se debe vivir con empatía, con apoyo, con comunicación, sin juzgar y sin discriminar a nadie. “Podemos estar en desacuerdo con la otra persona, pero el respeto es importante, eso hace la diferencia”.
Como parte de la sororidad, la conferencista explicó que la empatía consiste en la habilidad que tiene una persona de percibir los sentimientos, emociones y pensamientos del otro; pero, sobre todo, de ponerse en el lugar de la otra persona.
Relevancia de la empatía y la sororidad
“La empatía no llama a la acción –ilustró de la Vega- te comprendo, te escucho, sé por lo que estás pasando. La sororidad llama a la acción, en qué te ayudo, me solidarizo con tu causa, estoy contigo”.
En su ponencia, la conferencista de temas de diversidad e inclusión destacó la importancia de algunas mujeres 'sororas' que tuvieron impacto en sus países durante la pandemia de COVID-19. “Para ellas pensar en su gente y ser empáticas fue lo más relevante”.
Ejemplificó De la Vega con personas como Ángela Merkel, canciller de Alemania, que se acercó a los mejores expertos en información y salud para estar enterada de lo que realmente era este virus, con el objetivo de compartirlo con sus conciudadanos. Katrín Jakobsdóttir, primera ministra de Islandia, realizó el examen de COVID-19 no solo a los que tuvieran síntomas sino a toda su población. Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, dejó de transmitir las ruedas de prensa desde el Palacio de Gobierno y mostró a su gente que ella también estaba en su casa transmitiendo por Facebook Live. Sanna Marin, primera ministra de Finlandia, juntó a los mejores 'influencers' e hizo una campaña para compartir con todo el mundo información certera y descartar las 'fake news'. Erna Solberg, primera ministra de Noruega, pidió tener una videoconferencia exclusiva con los niños de su país; les explicó que era válido tener miedo a este virus, aclaró todas sus dudas y les pidió confiar en sus padres.
Los países mencionados, actualmente tienen menos índices de mortalidad y de contagio. Esto se debe a la rápida toma de decisiones que tuvieron estas líderes y la empatía que generaron con su gente. Asimismo, la conferencista resaltó que estas mujeres tuvieron el poder y lo supieron capitalizar marcando una diferencia. “La importancia de creer en los líderes, pero, sobre todo, la relevancia de creer en nuestras mujeres.”
¿Qué es la interseccionalidad?
Para De la Vega, la interseccionalidad parte de la premisa de que la gente vive identidades múltiples, formadas por varias capas, que se derivan de las relaciones sociales, la historia y la operación de las estructuras del poder. “Las personas pertenecen a más de una comunidad a la vez y pueden experimentar opresiones y privilegios de manera simultánea”.
Asimismo, invitó a los participantes a reflexionar sobre la interseccionalidad en la mujer. “No hay una sola manera de ser mujer” y cada mujer lo debe interiorizar desde dos dimensiones: La identificación y la situación. Es decir, ser mujer significa que una persona puede identificarse en varios grupos como mujer urbana, indígena, biexual, transexual, cisgénero, extranjera, religiosa, madre, trabajadora, entre otras. Así como en diferentes situaciones donde no existe igualdad de oportunidades y se puede vivir una situación privilegiada por tener ciertas características como el tono de piel, la expresión de género, la religión que se profesa, la orientación sexual, entre otras.
“Tu género no es lo único que te define. Puedes llegar a tener alguna situación de privilegio o de opresión que hace que juzgues y que generen roces y malentendidos con otras personas”, ahonda De la Vega.
La cofundadora de AGB Consultores sugirió “observar a las personas que están a su alrededor o dentro de su equipo de trabajo durante el día a día” y considerar las siguientes preguntas: ¿a qué persona se le ha interrumpido cuando opina?, ¿qué persona se burla de otra por el solo hecho de hablar o de estar presente?, ¿por qué a una persona se le da más importancia que a otra?, la respuesta tiene el objetivo de que se empiece a distinguir si lo que está pasando es algo personal o está en el campo de acción para poder solucionarlo.
Por último, De la Vega citó a Maya Angelou, escritora, poeta, cantante y activista por los derechos civiles en Estados Unidos, quien dijo: “Todos tienen empatía, pero no todos tienen el valor de mostrarla, porque muchas veces la empatía demuestra vulnerabilidad.”