¿Podrían estar contribuyendo las grandes empresas a la alta inflación?
En materia económica el año 2022 quedará en la memoria por mantener una alta inflación en el mundo y a pesar de que el comercio internacional se normaliza, la inflación no cede. Homero Martínez Garibay, economista senior de BBVA México, explora si es posible que las grandes corporaciones tengan una participación activa en la alta inflación.
Es cierto que la pandemia y sus consecuencias en la afectación de las cadenas de suministro, el encierro y el cambio en los patrones de consumo de la población explican el resurgimiento del incremento generalizado en los precios. Sin embargo, aunque el comercio se ha normalizado paulatinamente, los bancos centrales ajustan las tasas para disminuir los efectos inflacionarios y los gobiernos normalizan sus políticas fiscales, no se aprecia un efecto contundente en la inflación.
En su artículo ¿El poder de mercado explica la alta inflación?, publicado en el periódico El Economista, el autor aborda el cuestionamiento de si grandes corporativos utilizan su posición y poder en el mercado para incrementar los precios. Martínez cita que “una encuesta entre economistas y académicos realizada por el Foro IGM en 2022 revela que la opinión que prevalece es un rotundo no: 79% de los encuestados no cree que las empresas estén aprovechando su poder de mercado para incrementar los precios.” Y precisa que de acuerdo con la teoría económica las entidades que tengan un poder de mercado pueden absorber los incrementos en costos sin afectar los precios, renunciando a una parte de sus ganancias.
A pesar de esto, el economista explica que “el poder de mercado y la inflación, sin embargo, sí podrían ir de la mano cuando existe colusión entre empresas. Es incierto si la contingencia por Covid-19 generó condiciones que motiven a las empresas a adoptar comportamientos anticompetitivos, pero es una posibilidad que no se puede descartar”. Y añade que la literatura económica sugiere “que las empresas pueden tener más incentivos a coludirse (expresado como incremento coordinado en precios) durante las fases de desaceleración económica, y dicho comportamiento se prolonga mientras las expectativas de crecimiento sean negativas”. Actualmente, las condiciones de mercado son un marco que facilita que esto se presente.
La elevada concentración de jugadores preponderantes en el mercado puede explicar niveles de precios altos, pero no tasas de inflación elevadas
Aún considerando lo anterior, la posibilidad de que esto sea realidad es baja, ya que de acuerdo con el economista esto “implicaría una coordinación de agentes económicos y corporaciones en toda clase de sectores y regiones”. Sin embargo, existen sectores donde esto sí se podría presentar, por lo que refiere a una situación que en septiembre del año pasado se dio en los Estados Unidos, donde el gobierno anunció una investigación en la industria del procesamiento de carne en ese país, donde cuatro empresas concentran una parte importante del mercado. En el caso de México no existen investigaciones en este sentido, por lo que el economista sugiere mantener la atención en mercados de pocos jugadores o en los que existe un participante con un alto poder de negociación.
Martínez concluye precisando que la combinación de entidades preponderantes en el mercado, “una inflación cercana a dos dígitos y la necesidad de la población, podrían volverse ingredientes propicios para prácticas anticompetitivas” por lo que en el diseño de soluciones para evitar estas prácticas hay que ser cautelosos ya que “el control de precios o las cuotas de exportación históricamente no han sido efectivas para combatir el problema de fondo: la inflación”. La elevada concentración de jugadores preponderantes en el mercado puede explicar niveles de precios altos, pero no tasas de inflación elevadas.
El artículo se publicó en El Economista el 20 de octubre de 2022 y puede consultarse en este link.