Para perderle el miedo a Virginia Woolf y al teatro que hace pensar
Es la feroz reunión de dos parejas, con diálogos mordaces, venenosos. Un atisbo a cuatro personajes que por momentos parecen jugar, pero que en otros están al borde de la violencia. Hay sarcasmo, provocación, erotismo, recriminación y baile. '¿Quién teme a Virginia Woolf?', del dramaturgo estadounidense Edward Albee, es un clásico contemporáneo. Se repone con frecuencia en escenarios de todo el mundo –fue llevado al cine con Elizabeth Taylor y Richard Burton- y siempre invita a pensar en las relaciones humanas y de pareja.
Ahora puede apreciarse de nueva cuenta en la Ciudad de México, en el Teatro El Milagro (Milán no. 24, Colonia Juárez), con un formidable elenco: Daniel Giménez Cacho, Laura Almela, Pedro de Tavira Egurrola y Ana Clara Castañón. La puesta en escena recibió el apoyo del Proyecto Bi de la Fundación BBVA Bancomer y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).
No es una puesta cualquiera. Desde hace tiempo, Giménez Cacho y Almela, intérpretes de larga trayectoria, han explorado las posibilidades dramáticas de un 'teatro de cámara' en el que, además, no existe un director de escena. Desde que propusieron su proyecto a la Fundación BBVA Bancomer, plantearon: “Vamos a intentar hacer algo peligroso: borrar los límites entre ficción y realidad, vamos a jugar a eso y no solo poniéndonos en riesgo una vez más, sino aprovechando la frescura de una pareja de actores más jóvenes que nosotros y que están dispuestos a aceptar las reglas de nuestro juego. Vamos a exhibir y contrastar qué es lo que cada cual pone en riesgo cuando sale a escena y cuál es esa mentira, la de los jóvenes y la de los mayores, que da forma a la verdad de cada uno.”
Así que en esta revisita a la obra de Albee (traducida por Víctor Weinstock, profundo conocedor del dramaturgo) el público atiende, por casi tres horas con un intermedio, la dinámica de dos parejas que se revelan en la necesidad y el resentimiento, la conflictiva convivencia, la ilusión y el futuro incierto. Para De Tavira, trabajar sin un director de escena le exigió “regresar al principio básico de lo que es actuar: estar presente.” Los cuatro intérpretes, dice, “vamos descubriendo lo que nos dice la obra y lo que queremos decir con ella”. Para Almela, primera actriz, “es la visión de cuatro actores que están batallando por treparse en un animal gigantesco como es esta obra. Esto es algo que no podríamos hacer en ningún teatro, bajo ninguna circunstancia, más que aquí, en El Milagro.”
Es justo enfatizar la lograda dinámica de dos parejas, una joven, otra madura. Actores y personajes. Realidad y ficción. Habla la joven Castañón: “Daniel me decía que admiro mucho a Laura, quien fue mi maestra de primer año en la carrera de actuación. La verdad es que también lo admiro a él y a Pedro. Parte de mi reto ha sido cómo ponerme al tú por tú con ellos en escena.”
El apoyo del Proyecto Bi de la Fundación BBVA Bancomer –coinciden Giménez Cacho y Gabriel Pascal, productor– llegó en un momento crucial y para un elemento decisivo: el pago de los derechos de la obra, tras una larga negociación.
El pasado martes 26 de febrero la compañía realizó un ensayo general con un público conformado por empleados de la institución bancaria. Tras la representación, un Giménez Cacho satisfecho expresó: “Lo que vimos hoy no se trata de dinero. Nos trajeron público. Pudimos tener un intercambio de ideas. Era la primera vez que nos miraba alguien y fue rico y útil escuchar sus opiniones. Muchas gracias a la Fundación BBVA Bancomer.”
También hay excelentes noticias para los tarjetahabientes del banco: los boletos cuestan $250 pesos para el público en general; ellos podrán adquirirlos a $160. “Es una ganga –dice Pascal–. Si no ven la obra es porque de veras no quieren verla.” La temporada inició el 27 de febrero y terminará el 5 de mayo de 2019. Las funciones son los miércoles, jueves y viernes a las 20:30 horas, los sábados a las 19:00 y los domingos a las 18:00 horas. Teatro de este calibre no se ve a estos precios todos los días.