Las decisiones de política monetaria en un entorno de elevada inflación e inestabilidad bancaria
La incertidumbre que han causado en el entorno económico mundial los acontecimientos en el sector bancario en Estados Unidos y Europa, le han añadido grados adicionales de singularidad y complejidad al escenario económico actual, particularmente en lo que toca a las decisiones de las autoridades monetarias.
Iván Martínez Urquijo, economista principal de BBVA México, analiza en el artículo “¿Mayor peso para la estabilidad financiera en las decisiones monetarias?” publicado en el periódico El Economista, la ponderación de la estabilidad financiera en las decisiones de las autoridades monetarias en el actual contexto de elevada inflación.
Martínez precisa que el actual episodio de inestabilidad bancaria ha dado pie nuevamente al debate sobre la función de la política monetaria para contener los riesgos sobre la estabilidad financiera y cita al Fondo Monetario Internacional con relación a las dos posturas que predominan sobre el tema: Por un lado, “la de aquellos que se pronuncian por concentrar en la supervisión y la regulación prudencial los esfuerzos para lograr la estabilidad financiera”. Por otro lado, una segunda postura que se inclina por un enfoque más flexible, que propone tomar en cuenta indicadores financieros (v.gr. endeudamiento) para justificar desviaciones contingentes de un esquema tradicional de objetivos de inflación.
El economista señala que “si bien al momento no hay consenso, el escenario actual añade complejidad al debate, ante el elevado nivel de inflación y el hecho de que la inestabilidad financiera ha estado influida, si bien no causada, por el rápido incremento de las tasas de interés, particularmente en EE.UU.”.
“El umbral por encima del cual la restricción de las condiciones financieras pudiera detonar episodios de inestabilidad financiera
De acuerdo con el autor, el concepto de una tasa real de estabilidad financiera, desarrollado en un documento de investigación del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, es una aportación relevante al debate. Esta tasa, definida como “el umbral por encima del cual la restricción de las condiciones financieras pudiera detonar episodios de inestabilidad financiera”, también tiende a reducirse tras un período prolongado de tasas de interés bajas, como el que se vivió en la última década.
En consecuencia, el economista afirma que, frente a la necesidad actual de reducir la inflación, un ciclo de rápidos incrementos de la tasa de interés podría incurrir en más riesgos para la estabilidad financiera, particularmente ante el impacto de las nuevas tecnologías y su financiamiento para el sistema bancario.
Martínez concluye que el entorno macroeconómico y la complejidad que suponen los acontecimientos recientes en Estados Unidos y Europa deben propiciar un análisis profundo del debate mencionado para “replantearse la ponderación de la estabilidad financiera en la función de reacción de las autoridades monetarias”. Esto, no para desviarlas de los objetivos fundamentales, sino para lograr que sus decisiones consideren adecuadamente todas las restricciones relevantes.
El artículo se publicó en El Economista el 23 de marzo de 2023 y puede consultarse en este link.