La inversión en México requiere mayor impulso para seguir creciendo
Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México, explica en su artículo ¿Cómo va la inversión?, publicado en el periódico El Financiero, cómo es que aún cuando la inversión ha mostrado un buen comportamiento en marzo, es necesario analizarla por ser el componente económico “de la demanda agregada que más fluctúa -y que por tanto permite analizar los ciclos económicos- y segundo porque es el componente que más incide en el crecimiento de largo plazo”.
De acuerdo con Serrano, a través de la inversión y la productividad se puede conocer la tasa de crecimiento potencial per cápita del Producto Interno Bruto (PIB). Los datos de la inversión de marzo muestran que tuvo un buen crecimiento; la inversión fija bruta reportó 2.1% por debajo del nivel que se tuvo en enero de 2019, durante el comienzo de la actual administración, sin embargo detalla que “esto es sin duda preocupante porque el que la inversión no haya crecido en más de cuatro años resultará en un menor crecimiento económico en el futuro”.
El economista señala que existen dos razones por las cuales la inversión ha tenido un mal comportamiento. Primero, asevera que algunas de las políticas públicas del actual gobierno han causado cierta incertidumbre de cara a los inversionistas, al mandar un mensaje de que no existe respeto por los contratos y se pueden romper en cualquier momento pese a lo establecido previamente, algo que se ha visto con mayor claridad en el sector energético. El otro argumento que ha impactado es el entorno que desde hace un año han tenido las tasas de interés reales restrictivas, es decir “mientras mayor sea la tasa, menor será la inversión que realicen las empresas”.
A través de la inversión y la productividad se puede conocer la tasa de crecimiento potencial per cápita del Producto Interno Bruto (PIB)
Para el responsable de estudios económicos de BBVA México es importe aclarar que la inversión venía presentando una debilidad desde la pasada administración, “con una disminución de la inversión pública y después porque la elección presidencial en Estados Unidos en 2016 trajo elevada incertidumbre en torno al futuro del Tratado de Libre Comercio, resultando en un estancamiento de la inversión privada”. Por estos elementos la inversión total en México pasó de un 22% del PIB en 2012 a 19.1% al cierre de 2022.
Actualmente, 88% de la inversión en México es nacional y 12% extranjera. Serrano advierte que para que el país logre aumentar el crecimiento económico, que además genere una considerable disminución en la pobreza, la inversión debería representar por los menos el 25% del PIB y destaca que “países como Singapur, Taiwán y Corea del Sur, que en el último medio siglo lograron pasar de ser economías emergentes a desarrolladas, tuvieron en promedio tasas de inversión mayores al 25% por varias décadas”.
El economista detalla que la inversión total que se ubica en 2.1% ha tenido un comportamiento interesante en el que muestra que los componentes han presentado trayectorias diferentes “mientras que la construcción está 12.5% por debajo del mencionado nivel, la adquisición de maquinaria y equipo nacional registró un alza de 6.5% y de 16.4% en el caso de las importaciones con una aceleración notable en los dos últimos años”.
De acuerdo con Serrano este análisis revela que el nearshoring está empezando a tener un impacto en el país. Sin embargo, concluye que para que la inversión tenga un repunte considerable se debe dar mayor certidumbre a los inversionistas y fortalecer el estado de derecho, así como seguir impulsando las oportunidades de inversión que trae la relocalización para México.
El artículo se publicó en El Financiero el 8 de junio de 2023 y puede consultarse en este link.