La economía mexicana aún en el ojo del huracán hacía 2023
La economía mexicana en lo que va de este año 2022 continúa presentando retos que de acuerdo con el artículo del el Dr. Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México, “Vientos en contra significarán bajo crecimiento en 2023” publicado en el periódico El Financiero, serán cruciales para las perspectivas de crecimiento para lo que resta del año y el próximo, pues la recuperación económica hasta ahora ha sido “lenta e incompleta”.
Serrano detalla que existen una serie de factores negativos que impactarán el crecimiento económico de México y explica que el primero de ellos es la desaceleración de la economía estadounidense que tendrá efectos adversos en el sector externo y por ende en la economía mexicana. “Estados Unidos tiene un problema de muy elevada inflación: al cierre de julio los precios se incrementaron 8.5% a tasa interanual”.
Aun cuando como lo precisa el economista esto significó algo positivo “pues los precios en julio ya no crecieron respecto a junio y la tasa anual disminuyó desde el 9.1%, estamos todavía ante niveles muy elevados: los más altos en las últimas cuatro décadas y muy por encima del objetivo de inflación de la Reserva Federal (la Fed) que es de 2%”. Esto sin duda también ha derivado en acciones de la Fed para controlar la inflación subiendo las tasas de interés y la disminución de su hoja de balance, “con el fin de lograr una contracción en la demanda agregada”. Esto significará un menor crecimiento en Estados Unidos el año próximo.
La política monetaria en el país ya es restrictiva en respuesta a la elevada inflación y está provocando un incremento en los costos del financiamiento que a su vez tienen un efecto negativo sobre el consumo y la inversión.
De acuerdo con el líder de Estudios Económicos de BBVA México, la desaceleración en la economía estadounidense tendrá otros impactos importantes además de la afectación en el sector externo de la economía de México, muy probablemente las remesas que envían los connacionales al país y que han tenido un comportamiento histórico durante 2021 y 2022, para el 2023 podrían crecer a una menor tasa.
Como segundo factor Serrano destaca que la política monetaria en el país ya es restrictiva en respuesta a la elevada inflación y está provocando un incremento en los costos del financiamiento que a su vez tienen un “efecto negativo sobre el consumo y la inversión, sobre todo en sectores más sensibles a la tasa de interés como es el de la construcción (sector que, debido al entorno de incertidumbre se encuentra en una situación de extrema debilidad: su nivel es 19% menor al observado en enero de 2019)” y estima que “una vez que exista evidencia clara de que la inflación, sobre todo la subyacente”, debe existir un ciclo de relajamiento monetario.
En tercer lugar el economista advierte que existen algunos elementos que están causando una elevada incertidumbre hacía la inversión, entre los más importantes destaca la actual política energética, “está creando incertidumbre entre los inversionistas en torno a si tendrán una oferta de electricidad confiable, a precios competitivos y no contaminante, sino que también, al ser violatoria del T-MEC, está generando incertidumbre en torno al futuro de la relación comercial entre México y Estados Unidos”.
Serrano precisa como último factor determinante para las perspectivas de crecimiento económico en México, el elevado comportamiento inflacionario que “está reduciendo el ingreso real disponible de las familias lo cual restará dinamismo al consumo” y que con base en los indicadores en tiempo real del consumo realizados por BBVA México revelan que al tercer trimestre del año están perdiendo dinamismo.
Es así como el Dr. Serrano estima que “el crecimiento económico en 2023 será más débil comparado al de este año” para ubicarse en un rango de entre 1% y 1.8% sin que recupere el nivel del Producto Interno Bruto que tenía en el 2018%, por lo que señala que en México urgen políticas públicas adecuadas, porque este comportamiento es un reflejo del impacto de la pandemia “y la ausencia de políticas adecuadas para enfrentarla, y la incertidumbre a la inversión”, lo cual implicará cinco años sin crecimiento.
El artículo se publicó en El Financiero el 18 de agosto de 2022 y puede consultarse en este link.