Es prioritario para México aumentar la inversión pública y privada
La inversión es uno de los factores más importantes para el crecimiento económico. De acuerdo con Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México, desde hace varios años, el país presenta una caída preocupante en la inversión, por lo que es fundamental la aplicación de políticas para reactivarla, a fin de evitar el estancamiento de la economía y mejorar la calidad de vida de la población.
En su artículo ‘La preocupante caída de la inversión’, publicado en el periódico El Financiero, Serrano anota “que la inversión como componente de la demanda agregada determina la capacidad productiva de largo plazo”; es decir, impacta en el crecimiento económico e incide en los estándares de vida de la población al generar un aumento en el capital de empresas, fábricas, para maquinaria y equipo, así como en vivienda e infraestructura.
El economista detalla que este crecimiento per cápita sólo se deriva del aumento en el capital o en la productividad y afirma que esta última lleva por lo menos dos décadas de estancamiento. Es así, que el capital es la fuente de un reducido crecimiento per cápita en los últimos 20 años, por lo que Serrano advierte que la caída en la inversión “es una señal de alarma” para México.
El jefe de estudios económicos de BBVA México explica que en 2011 la inversión pública y privada representaron en su conjunto el 22% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que para el cierre de 2019 este indicador bajó a 19.3% y si estos niveles continúan “México puede ser un país que en el mediano plazo crezca a tasas menores al 2%. Así no se podrá erradicar la pobreza, el crecimiento económico no es condición suficiente para erradicarla, pero sí necesaria”. De acuerdo con Serrano, si el acervo de capital aumenta, traerá mejoras en la productividad laboral y por ende aumentos en los salarios.
La caída en la inversión pública y privada es una señal de alarma para México
El economista analiza que “la caída se ha dado tanto en la inversión privada como en la pública”. En lo que se refiere al comportamiento de la inversión privada, en los últimos años había sido superior al 17% y en 2019 fue de 16.7%, y destaca que la inversión pública ha registrado una disminución ha dramática, pues hace 10 años representó el 6% del PIB y el año pasado fue de 2.6%. Afirma que al ser la inversión “el componente del PIB que más cae en las recesiones” se espera que la disminución sea considerable como resultado de la crisis por la pandemia de COVID-19.
Es importante tener en consideración que el impacto en la inversión privada ha sido consecuencia de un mayor entorno de incertidumbre. Para Serrano, la primera señal de esta pérdida de crecimiento en la inversión privada se dio con la elección del presidente Donald Trump y la posibilidad de que afectara profundamente en la relación comercial entre México y Estados Unidos. El otro factor que influyó en la caída en 2018 está relacionado con las políticas económicas de la actual administración “y que ahora se desplomó con la crisis del coronavirus”.
En el caso de la inversión pública, el economista precisa que su porcentaje del PIB disminuyó a la mitad de lo que representaba hace una década, “debido a que el gobierno ha perdido espacio fiscal, sobre todo por el irresponsable aumento de la deuda pública que se observó en la administración anterior”. La pandemia también tendrá un fuerte impacto en la inversión pública, pues el espacio fiscal será limitado por la baja recaudación tributaria “y un aumento en el servicio de deuda debido a la depreciación cambiaria”.
Para Serrano, las principales consecuencias de esta caída en la inversión pública se verán en la carencia de una infraestructura adecuada, ya que no se podrán construir las escuelas, hospitales y carreteras que se requieren, “lo que entre otros factores negativos resultará en una peor distribución del ingreso”. Reiteró que es prioritaria una reforma fiscal profunda que permita al gobierno mayor espacio fiscal para generar oportunidades de inversión en infraestructura y agregó que para que la inversión privada crezca “es necesario fortalecer el sistema de impartición de justicia, dar certidumbre de que las reglas no cambiarán y crear un clima más amigable para la inversión”.
El artículo se publicó completo en El Financiero, el 13 de agosto de 2020, y puede consultarse en este link.