Retos y oportunidades de la Reforma al Sistema de Pensiones en México
Una de las reformas a la Constitución del paquete presentado el pasado 5 de febrero -y que ha causado mayor interés por la relevancia e impacto que tendrá en las personas- es la que se refiere al sistema de pensiones para aquellos trabajadores que están dentro del régimen de cuentas individuales y que sugiere un análisis del potencial de estas modificaciones y las oportunidades para enriquecerla en beneficio de los trabajadores.
En el artículo ‘El cambio al sistema de pensiones es positivo, pero requiere ajustes’, publicado en el periódico El Financiero, el economista jefe de BBVA México, Carlos Serrano Herrera, destaca que el cambio de mayor relevancia en esta propuesta es garantizar que los trabajadores que cotizan en las cuentas individuales del ISSSTE, así como quienes empezaron a cotizar en el IMSS posterior a julio de 1997, “y que, por lo tanto, no pueden pensionarse bajo el régimen anterior de beneficio definido, una pensión igual a su último salario (es decir, una tasa de reemplazo del 100%) topada al salario medio de cotización del IMSS que ahora equivale a 16,777 pesos mensuales”.
El economista reconoce que esta modificación a la Ley es adecuada, ya que el esquema anterior para los trabajadores que cotizaban en el IMSS antes de julio de 1997, “quien se jubilaba podía contar con una pensión garantizada cuyo monto dependía de sus últimos salarios y de sus semanas cotizadas: un esquema de beneficio definido en donde las tasas de reemplazo en promedio eran cercanas al 80%”.
Durante el 2020 la actual administración propuso una reforma para aumentar la tasa de contribución de forma gradual hasta el 2030 y alcanzar el 15%
Sin embargo, Serrano explica que esta misma reforma de pensiones contemplaba para aquellos que cotizaran después de julio de 1997 podrían retirarse vía los recursos acumulados en las cuentas individuales con aportaciones del gobierno, los patrones y los mismos trabajadores por medio de aportaciones voluntarias y detalla que “estas contribuciones ascendían en su conjunto al 6.5% del salario de cotización y serían administradas por las Afores”.
De acuerdo con el responsable de BBVA Research México la reforma busca resolver el problema de que las pensiones que hoy están en ese esquema de cuentas individuales serán insuficientes y las tasas de contribución son muy bajas. Señala que durante el 2020 la actual administración propuso una reforma para aumentar la tasa de contribución de forma gradual hasta el 2030 y alcanzar el 15%, “que además incrementará el monto de recursos administrados por las Afores los cuales deberían poder usarse para financiar proyectos productivos”.
El economista advierte que uno de los problemas no resueltos y de mayor relevancia en la actual propuesta es que quienes se jubilen en las próximas dos décadas tendrán tasas de retorno muy bajas al acumular recursos insuficientes para su jubilación. Por ello vale la pena analizar que aún cuando la actual propuesta busca garantizar el 100% por concepto de tasa de reemplazo para las generaciones futuras de pensionados esto podría representar un grave “problema fiscal” al existir más adultos mayores que personas en edad productiva para trabajar con lo cual se comprometería la posibilidad de financiar la propuesta y sería “una carga muy grande para los jóvenes que tendrían que fondear las pensiones de un número creciente de jubilados”.
Serrano reflexiona sobre la importancia de establecer con claridad los recursos con los que serán financiadas estás pensiones, pues desde su perspectiva el fondo que se menciona para iniciar el proyecto por 65 mil millones de pesos no será suficiente para garantizar el fondeo de las pensiones.
El artículo se publicó en El Financiero el 13 de junio de 2024 y puede consultarse en este link.