¿Cuál es el balance de la pobreza ante un escenario de crisis económica?
Guillermo Cárdenas Salgado, economista senior de BBVA México realiza un análisis en el artículo 'La pobreza ante periodos de crisis económica', publicado en el periódico El Economista sobre las implicaciones que tendría en la pobreza una probable estanflación en todo el mundo y una quinta ola de COVID -19.
Cárdenas explica que el Banco Mundial destacó el pasado 10 de junio en un informe sobre perspectivas económicas mundiales la existencia de algunas razones por las cuales se podría pensar en una estanflación mundial, primeramente destaca la disminución del crecimiento en el mundo, el aumento en la inflación ante una recuperación lenta de la demanda mundial, “los cuellos de botella en la oferta y el alza de los precios de los alimentos y la energía”.
Asimismo el economista define en su análisis las principales razones por las que este entorno generaría un impacto en la pobreza y empieza por la explicación puntual del concepto desde el planteamiento y la medición que “puede ser a partir de definir un nivel de ingreso disponible para adquirir una canasta de bienes y servicios “mínimos necesarios” y/o, por el otro, se pueden considerar “carencias sociales” relacionadas con la educación, servicios de salud, seguridad social, vivienda o alimentación, entre otros”.
CEPAL presentó cálculos en los que el 41.7% de la población en México no podía adquirir una canasta alimentaria
En lo que se refiere a México el economista expone que durante el 2020 el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer que 52.8% de la población mexicana no tenía los recursos económicos suficientes para adquirir bienes y servicios necesarios (alimentarias y no alimentarias) lo que define una pobreza moderada. Asimismo que el 17.2% estaba ubicado en pobreza extrema al no contar con suficientes ingresos para comprar alimentos y tener una alimentación adecuada y que 67.7% de los mexicanos tenía al menos una carencia social.
De acuerdo con Cárdenas, “considerando lo anterior, un incremento de los precios generalizados (inflación), por encima de los incrementos en los ingresos per cápita de los hogares y del número de ocupados (por un crecimiento lento), además de aumentar la población en pobreza, para los que la viven, la profundizaría” y advierte que en ese sentido “en 1968 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó cálculos en los que el 41.7% de la población en México no podía adquirir una canasta alimentaria (metodología de Altimir)”.
Para el especialista algunas de las problemáticas que enfrenta la población en pobreza son la falta de alimentación y nutrición, que disminuyen el rendimiento en la educación y el empleo, generando “las trampas de pobreza" es decir cuando la pobreza actual es causante de la pobreza futura, causas que podrían agravarse en la educación “por los efectos que tuvieron las medidas de aislamiento en el aprendizaje, en las tasas de rezago y en el abandono escolar”.
Otra de las problemáticas es el carente o limitado acceso de la población en pobreza a los mercados financieros, lo que explica que en momentos de crisis económicas “hay una alta dependencia del endeudamiento informal, con los riesgos y costos que estos representan”. También Cárdenas precisa que la crisis “podría aumentar el sector informal con posibles afectaciones en el ahorro para el retiro de esta población”, existe la “posibilidad de choques en el ingreso por gastos en salud y/o imposibilidad de laborar por COVID-19”.
Por último el economista senior de BBVA México explica que existen mayores retos en los hogares con población vulnerable “(adultos mayores, personas con alguna discapacidad, hogares monoparentales con hijos, entre otros) y/o estar ubicados en zonas rurales, marginadas y/o con riesgos y afectaciones por el cambio climático”. Cárdenas advierte que el entorno económico actual requiere de acciones contundentes entre el sector público, el sector privado y el social para enfrentar la problemática de la pobreza.
El artículo se publicó en El Economista el 16 de junio de 2022 y puede consultarse en este link.