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Cómo resolver la informalidad y el uso de efectivo

En México el 55% de la fuerza laboral es informal. ¿Cuál es la relación de este hecho con la inclusión financiera? Mientras el 86% de las personas formales cuentan con una tarjeta de débito, solo el 33% de las personas en la informalidad manejan este producto. En este punto lo importante no es el producto en sí, son las oportunidades y beneficios que lleva implícita la utilización de herramientas distintas al efectivo.

Esta es una de las coincidencias a las que se llegó en el panel “La informalidad y el manejo del efectivo ¿Cuáles son los retos para bancarizar?” en la sexta edición del Foro No Money, organizado por El País  y realizado en el auditorio de la Torre BBVA, en la Ciudad de México. El panel contó con la moderación de Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México y participaron Irina Valassi, vicepresidente de Customer Solutions Center en Mastercard México; Valeria Moy, directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad y Pedro Rivas, director general de Mercado Pago.

El panel inició explorando el origen de la alta informalidad en México. Para Moy y en referencia al mercado laboral, esto se presenta ya que a lo largo del tiempo se ha permitido la existencia de un mercado laboral dual, es decir, la asociación de un trabajo formal que tiene implícito un esquema de seguridad social y en contraparte un trabajo informal en donde no existe la seguridad social.

"alrededor del 63% de las empresas en México son informales con una aportación cercana al 22% del PIB"

Para atender  la bancarización  en este sector informal, Valassi apuntó que se requiere de la elaboración de programas y acciones que se desarrollen entre los diversos actores de la economía; es decir, la generación de políticas gubernamentales, la participación activa de la iniciativa privada, el desarrollo de mecanismos que permitan bancarizar efectivamente a la gente en donde se incremente la inclusión financiera y se atienda a la informalidad. Adicionalmente, se requiere de un programa robusto de educación financiera con el que las personas pierdan el miedo a la formalidad, conozcan los grandes beneficios que eso implica y se utilice a la tecnología como la clave para bancarizar a las personas.

Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México; Valeria Moy, directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad; Irina Valassi, vicepresidente de Customer Solutions Center en Mastercard México y Pedro Rivas, director general de Mercado Pago. - Cortesía de El País

Por su parte, Rivas explicó que una de las principales barreras para lograr la bancarización es romper con la idea de que la formalidad cuesta dinero y es compleja en sus trámites y la informalidad no. Desde su perspectiva se debe trabajar en difundir los beneficios de la formalidad, como el acceso al crédito, una mayor productividad y la expansión del negocio. Actualmente, con la digitalización de la banca y de los medios de pago, esto es más fácil lograrlo.

El efectivo y la informalidad

El panel continuó sobre dos líneas clave, en primer lugar, para reducir el uso de efectivo en México se debe lograr que los procesos de pago sean muy sencillos y que presenten beneficios sobre la elección del uso de efectivo, lo que implica tener que acudir a un cajero a retirar dinero, llevarlo consigo -con los riesgos que esto tiene-, así como su custodia. La alternativa es hacer pagos que impliquen, por ejemplo, solo acercar un teléfono celular a una terminal para que se realice una transacción. Una operación de este tipo deberá de tener un modelo robusto de seguridad en las operaciones y su implementación en el tiempo será gradual, ya que la adopción a las nuevas tecnologías por las personas e instituciones no es algo que suceda en un periodo muy corto.

La segunda línea de discusión se centró en la informalidad de las empresas. Serrano explicó que alrededor del 63% de las empresas en México son informales con una aportación cercana al 22% del PIB, esto implica que son poco productivas y rentables. Para Moy, la forma de atender este complejo problema tiene su centro en lograr que pasar de la informalidad a la formalidad implique un proceso sencillo, en la asesoría, documentación y forma de operar; es decir, simplificar el régimen fiscal en su totalidad.

Para finalizar el panel, Valassi concluyó que todos los actores de la economía deben evolucionar en el país, no esperar a que las condiciones sean perfectas y así aprovechar las enormes oportunidades que tiene México. Precisó que el conocimiento del funcionamiento de las cosas (productos, tecnología, biometría, medios de pago, educación financiera, etcétera) elimina el miedo a adoptar nuevas formas de hacer las cosas.

Por su parte, Moy cerró su participación asegurando que, si se quiere un país distinto, se tienen que  hacer las cosas de manera diferente; es decir, cambiar estructuralmente. “No se puede ser un país con mayor formalidad empresarial y laboral, si seguimos con la misma arquitectura institucional”, anotó. Finalmente, Rivas invitó a todos los actores de la economía mexicana a seguir trabajando en la materia para aprovechar el momento que vive México.