Aumento al salario mínimo, un acierto para los trabajadores mexicanos
El aumento al salario mínimo del 20% que anunció el gobierno federal en diciembre de 2019 ha generado controversia sobre los efectos que tendría en el comportamiento de la inflación y el empleo. Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA Research en México, analiza en la columna “Aumento de salario mínimo, sin efectos en inflación y empleo” publicada en el diario El Financiero, está medida y su impacto.
Serrano destaca primeramente que el aumento del salario mínimo representa un mejor nivel de vida para un millón de trabajadores que lo perciben, de acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), por lo que no puede ser considerado un desacierto y si debería apuntar a buscar otras medidas que permitan “resolver los problemas estructurales de bajos ingresos de los trabajadores en México”.
El economista explica que, con respecto a si esta medida podría reflejarse en mayores índices de inflación y en una caída del empleo, “la teoría económica establece que, en condiciones de competencia perfecta, un aumento en el salario mínimo resulta en menor empleo” y que los mayores salarios provocan impacto en la inflación solo en dos escenarios, el primero derivado de un incremento en los costos de producción de las empresas, que a su vez se traslade al consumidor.
El segundo está vinculado con un mayor poder adquisitivo de los trabajadores beneficiados que estimule la demanda agregada y si la economía crece “en o por encima de su nivel potencial, puede también originar presiones en los precios”, por lo que, dada la coyuntura económica actual Serrano señala que ninguna de estas condiciones cumple para que el incremento al salario mínimo afecte a estos dos componentes ya que “en muchas industrias no existe una situación de competencia perfecta en el mercado laboral”.
El aumento al salario mínimo representa un mejor nivel de vida para un millón de trabajadores que lo perciben.
Serrano precisa que dado que el número de trabajadores que percibe el salario mínimo como lo da a conocer la ENOE es de alrededor de 5% es muy bajo, es difícil que este aumento impacte en un incremento en los costos de producción, “pues los costos laborales no suelen ser mayores al 25% de los costos de producción de las empresas” y precisa que para que exista mayor inflación, “las empresas deberían tener el poder de mercado para traspasar los costos a mayores precios”, poco probable que ocurra en una economía que no crece.
El economista de BBVA Research en México refiere que en el 2019 el salario mínimo tuvo un aumento del 16% y la inflación cerró en 2.8%, por lo que quienes afirman que este incremento traerá presiones inflacionarias deberían explicar “por qué esto no ocurrió y por qué sí sería el caso ahora”. Aun cuando la estimación al cierre del 2020 de la inflación será de 3.45% y es superior a la de 2019, es un comportamiento “fundamentalmente por efectos base o de comparación”.
Serrano puntualiza que la posibilidad de que este aumento al salario mínimo provoque una caída en el empleo es muy baja. Algunas versiones que afirman que sí tendría un impacto, lo atribuyen a que podría ser resultado de “la significativa desaceleración en el número de empleos formales creados en 2019". Para el economista, la explicación radica en la fuerte contracción de la inversión.
De acuerdo con el titular de estudios económicos de BBVA en México, el aumento al salario mínimo es una buena medida y a favor de los trabajadores formales, sin embargo, debería considerarse que un gran pendiente en el sector laboral es reducir el número de trabajadores informales que hoy representan alrededor de cuatro millones que reciben ese nivel de ingreso. Mayor formalidad propicia un aumento en la productividad y en consecuencia mejor ingreso salarial para los trabajadores.
La colaboración completa para el periódico El Financiero se publicó el 16 de enero de 2020 y puede consultarse en el siguiente link.