Apecic, un acuerdo con factores preocupantes y poco efecto en la inflación
El Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (Apecic) tiene por objetivo impulsar acciones que contrarresten el impacto inflacionario. De acuerdo con Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México en su artículo ‘La inflación comenzará a disminuir pronto, no gracias al Apecic’, publicado en el periódico El Financiero, algunas decisiones en este convenio podrían no ser las más adecuadas y causar otros conflictos relevantes para el país.
Serrano destaca que la inflación es un problema global y en México su comportamiento obedece a factores externos. “Aislarse de las presiones en los precios globales es muy complicado para una economía tan abierta como la mexicana. Hay poco que el gobierno federal pueda hacer”, anota, por lo que insiste que algunos elementos podrían resultar en problemas, “tal es el caso de las restricciones a las exportaciones de productos como el maíz blanco, el frijol, la sardina, y la chatarra de aluminio y de acero”.
El economista señala que la historia internacional demuestra que no es conveniente poner restricciones a las exportaciones con la finalidad de disminuir la inflación ya que suelen tener efectos negativos “como son la falta de inversión futura (y menor oferta) en sus respectivos sectores, es menos atractivo invertir en la producción de un artículo y desarrollar capacidades logísticas para exportarlo si se percibe que se puede ser objeto de una prohibición a la exportación”.
“Aislarse de las presiones en los precios globales es muy complicado para una economía tan abierta como la mexicana. Hay poco que el gobierno federal pueda hacer”
Asimismo, explica que otro de los riesgos de imponer restricciones a la exportación es que los países que son socios comerciales pueden tomar medidas proteccionistas e imponer restricciones a la exportación de productos mexicanos que son exportados “ello aumentaría la inflación en los bienes que importamos o, peor todavía, conduciría a escenarios de escasez”. Y advierte que es importante comprender que en el entorno de alta inflación global se necesita más comercio no menos.
Serrano precisa que dejarle a las empresas importadoras la responsabilidad de examinar que los bienes agropecuarios que ingresan al país cumplan con los requisitos sanitarios es preocupante, porque “es fundamental tener regulación y supervisión para productos que pueden afectar la seguridad o la salud de las personas” y por lo delicado que es aceptar que las importaciones de productos “puedan causar plagas, dañar a las personas o comprometer las exportaciones, debemos preguntarnos si esto ayudará a bajar los precios de esos productos”.
Para el economista las acciones contenidas en el Apecic son preocupantes. Primero, porque demuestran que podrían generar que se entre en un periodo de inspecciones deficientes de productos que ingresan al país y los costos que esto significaría para las empresas que necesitarían pagar por inspecciones a sus productos y eso tendría impactos en la producción que a su vez se trasladaría en un monto a pagar por los consumidores. Es decir, se corre el riesgo de que disminuya la calidad de los productos importados, sin antes lograr que bajen sus precios.
Serrano detalla que el Apecic es un acuerdo en el que “grandes empresas distribuidoras se comprometieron a reducir en 8% el precio de 24 productos de la canasta básica”, pero se trata de un objetivo difícil de cumplir, debido a que millones de mexicanos no consumen esos productos en estas grandes empresas y quienes lo hacen son las familias de menores recursos, pero en mercados locales.
Serrano determina que la inflación si podría comenzar a “disminuir en los próximos meses y que el año entrante podría cerrar con niveles cercanos a 4%, sustancialmente más bajos que el 8.7% actual, aunque superiores a la meta de 3%”. La principal razón por la que esto sucedería es la desaceleración económica en México y en el mundo, la desaparición de los cuellos de botella en cadenas de valor global, así como “a la caída en precios de materias primas, pero no por prohíbir exportaciones o poner en riesgo la seguridad agroalimentaria”.
El economista afirma que este acuerdo no será efectivo porque “es complicado que estas grandes distribuidoras puedan lograr el objetivo de no aumentar los precios cuando sus proveedores están enfrentando mayores costos” y de alcanzarse el objetivo estos costos una vez que concluya la etapa del acuerdo se estarían trasladando a los precios. Por estos elementos es sumamente difícil creer que a través del Apecic vayan a cambiar los pronósticos inflacionarios.
El economista jefe de BBVA México advierte que es importante que la política no sea parte de la toma de decisiones, cuando los precios tienen un comportamiento que manda señales al mercado y debe observarse a fin de que ante la escasez de un producto el precio debe subir y con ello se puede producir más para cumplir con su demanda y considera que no es eficiente interferir con esas señales que envían los precios.
El artículo se publicó en El Financiero el 13 de octubre de 2022 y puede consultarse en este link.