Multinacionales españolas que también fueron 'startup'
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Entre las multinacionales españolas encontramos muchos ejemplos de empresas que nacieron con una importante aportación de capital, un buen número de trabajadores y cuyo principal reto inicial fue coordinar esa cantidad apreciable de recursos para desarrollar un proyecto. Pero también existe un buen número de empresas que nacieron como una startup.
Principales rasgos comunes de estas empresas
Estas empresas nacen del impulso de una persona o grupo de personas, que tienen una idea, una orientación flexible que pueda orientarse hacia el crecimiento y que se sustenta fundamentalmente en un uso muy intensivo del conocimiento. Ese conocimiento lo han aplicado a un ámbito innovador donde su proyecto es pionero. Aportan algo nuevo al mercado.
Posteriormente esas empresas han tenido éxito, no sin antes haber resuelto los retos que les ha planteado su financiación. Han desarrollado la idea, dotándola de adaptación al entorno cambiante sin un esquema rígido. Eso ha llevado a incrementar progresivamente sus ventas y su tamaño.
En un momento dado, esa flexibilidad de su orientación ha llevado a estas empresas que nacieron como una startup española a dar el salto al exterior, a traspasar fronteras. Ya son empresas consolidadas con relaciones comerciales, laborales, financieras y de todo tipo en muchos países.
¿Todas las startups españolas que se han convertido en multinacionales son tecnológicas?
Pues no, de hecho el principal ejemplo de startup española, muy exitoso y con una extraordinaria evolución a gran multinacional fue Inditex. La empresa que hoy es una multinacional no nace en una sastrería, sino en la cabeza de Amancio Ortega y sus más cercanos colaboradores en la fundación.
La startup que fue Inditex no era una tienda al uso con unos trabajadores, un local, unas existencias, una cartera de clientes y proveedores. El principal recurso de Inditex era el conocimiento. Era una idea de orientación al cliente y de intermediación entre el los deseos del cliente y los diseños.
Otro ejemplo en el ámbito de la distribución textil es el de Mango. Mango tampoco ha sido una simple tienda que lo ha hecho muy bien en un negocio muy asentado y ha crecido. Más bien ha sido un proyecto en crecimiento que ha aportado una nueva forma de entender las relaciones con los proveedores, de entender el papel de las existencias en los almacenes y una nueva orientación al cliente. Es fundamental la gestión del conocimiento, de la experiencia de aquéllo que quieren los clientes en su relación con los proveedores.
Gamesa es otro buen ejemplo de multinacional española que comenzó como una startup. La historia de de Gamesa está fuertemente ligada a una idea flexible: desarrollar nuevas tecnologías para actividades emergentes, tomando como punto de partida su experiencia y conocimiento de la ingeniería y de la industria. Una de esas actividades, la eólica, ha llevado el nombre de Gamesa por el mundo.
Pero no todas las multinacionales tienen que ser grandes grupos empresariales. Un ejemplo es el de los grupos de restaurantes españoles que han ido abriendo restaurantes en otros países. Han partido de la idea de un cocinero sobre cómo debe ser la cocina y han ido extendiéndose más allá no solamente de su local de origen, sino incluso de su país de origen.
Las startups tecnológicas españolas que luego se han convertido en multinacionales
Entre las startups tecnológicas españolas, algunas ya han dado el salto a otros países. Unas lo han hecho solas y otras lo han hecho con otras empresas en las que se han integrado o con las que colaboran.
Entre las que están ya presentes en otros países encontramos empresas como la red social Tuenti, que ha encontrado nuevos negocios como la telefonía y ha encontrado en Telefónica su accionista principal. Otras empresas como la compañía de moda online Privalia ya tienen la mayoría de ingresos fuera de España. Otro ejemplo es el de eDreams, agencia de viajes online que tiene presencia multinacional.
Por su relativa juventud, estas y otras muchas empresas están afrontando ahora una fase decisiva en su proceso de consolidación. Se enfrentan a dificultades financieras, regulatorias, laborales, pero sobre todo se enfrentan a la reproducibilidad internacional de su éxito en España. En algunos casos, la idea de la que parte la startup es la adaptación a la idiosincrasia española de un proyecto exitoso internacionalmente. En esos casos el reto de la reproducibilidad es enorme.
Puede resultar que, tras adaptar a España una idea surgida en otro lugar, la experiencia otorgue a la empresa herramientas para mejorar el original. En ese caso, el conocimiento adquirido será la principal baza para el crecimiento en otros países, en los cuales pueden encontrarse dificultades semejantes a las encontradas en España y que eran desconocidas en el lugar de origen.
Pero, por lo general, estas empresas suelen tener dificultades para trasladar a otros países su experiencia, porque otros tienen más experiencia y han tejido una mejor red de contactos. En otros casos la idea es completamente original, pero el éxito en España no garantiza que la experiencia vaya a gozar del mismo interés en otros países.