Mulhacén, un sultán de altura
Antes de cada expedición, el alpinista Carlos Soria intenta siempre reservarse unos días para acudir al Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada (Granada). Las condiciones en altura que ofrece el CAR son óptimas para el entrenamiento de Carlos. Además, con el Mulhacén y el Veleta cerca, es un entorno ideal para realizar ascensos de preparación. Seguro que sabes que el Mulhacén es el punto más alto de la península pero, ¿sabrías decir de dónde viene su nombre?
El techo de la península Ibérica se encuentra al sur de España. La altura del Mulhacén es 3.479 m pero la sombra de su leyenda es mucho más alargada y se remonta a tiempos de la reconquista. Con nombre árabe y porte recio, el Mulhacén se presenta como el sultán de las alturas de la península.
El pico más alto de la península Ibérica
Su ascenso no presenta gran dificultad técnica, sobre todo si estamos hablando de la vertiente sur la montaña. Pero su cercanía al Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada hace del Mulhacén una buena opción para completar el entrenamiento. Además siempre existe la posibilidad de encontrar el espíritu de antiguos sultanes.
Carlos Soria con un grupo de amigos en la cima del Mulhacén (Granada)
Echemos la vista atrás en el tiempo. Entramos en uno de los patios de La Alhambra de la Granada capital del Reino nazarí. La frontera con tierras cristianas cada vez se estrecha más en detrimento de la comunidad musulmana. Es el año 1464 cuando el joven príncipe Muley Hacén se convierte en emir del reino.
La fuerte presión del avance cristiano, los conflictos internos con su heredero Boabdil y la lucha e intrigas entre sus esposas, hicieron del reinado de Muley un gobierno poco estable y con muchos enemigos rondando a la espera de una oportunidad para derrocarle. La enfermedad, posiblemente una epilepsia, frenó las aspiraciones de Muley, que moría en 1485, siete años antes de la caída del Reino y la entrega a los Reyes Católicos.
Muley Hacén fue un sultán con grandes aspiraciones, que se saltó los pactos de paz con los cristianos por sus ansias de ganar terreno a Castilla. Esa ambición significó quizás la aceleración de la reconquista cristiana. La leyenda dice que los aires de grandeza del Muley Hacén le llevaron a ordenar ser enterrado en el punto más alto del Reino, cerca del cielo. Y de esta forma la montaña adoptó su nombre y pasó a llamarse Mulhacén. Lo curioso es que nadie ha sido capaz de encontrar su tumba ni de confirmar que realmente su cuerpo descansa el techo de la península.