'Moonshots': las ideas que cambiarán el mundo
El viaje del Apollo 11 fue un hito a la hora de dar soluciones a problemas complejos. De ahí viene el nombre de los moonshots: proyectos que plantean ideas radicales a grandes problemas ayudándose de tecnología futurista. Su capacidad de innovación no ha hecho más que empezar.
Hay una multitud de maneras de llegar a ese momento en el que algo que se creía casi imposible parece no serlo. Así lo describe Astro Teller, conocido como el Capitán de los Moonshots. Este científico revisa y acepta las propuestas más innovadoras a la vez que extravagantes que le llegan a su despacho de Google X. La probabilidad de que un trabajo funcione es mínima, pero si es un éxito, cambiará la vida de la gente. Así se forman este tipo de startups y proyectos que pueden llegar a tener millones de euros de inversión además de poder llegar a ser un éxito que cambiará nuestra vida tal y como la conocemos, en otras ocasiones se quedan en el camino. Aunque esto no parece ser un problema, como dice Teller en su charla “La inesperada ventaja de celebrar el fracaso” de TED2016.
La energía solar, eólica y del agua tienen aún mucho camino por delante para desplazar a las energías tradicionales (actualmente US$101 mil millones son invertidos en renovables, mientras que US$550 mil millones van directos a la inversión en energía fósil). Pero hay muchas startups trabajando en cambiarlo. Un ejemplo es el de Tesla que busca que los hogares no necesiten de la red eléctrica para iluminarse gracias a su sistema de baterías Powerwall que recoge la energía generada por paneles solares. Otro de los ejemplos que saldrá a la luz en 2017, va de la mano de la startup BioMason ¿Su propósito? Crear materiales de construcción biológicos usando microorganismos naturales y procesos químicos complejos. Su objetivo es diseñar aldeas y pueblos que formen parte del ambiente y se integren sin dañarlo con partículas nocivas.
Los moonshots que vienen
Los moonshots no sólo se dedican al campo de las innovaciones ambientales, también lo encontramos en industrias como la aeronáutica con empresas como Blue Origin de Jeff Bezos o Virgin Galactic que buscan crear un nuevo sector turístico con los viajes al espacio exterior. Espaciales son también las impresoras 3D para gravedad cero que ha creado la startup Made In Space desde Sillicon Valley, y que desde entonces forma parte del departamento de I+D de la NASA.
La salud también tiene su campo de investigación, y se busca arrojar luz en procesos como la detección de cáncer a través de un test de sangre. El diseño tiene el sello de Illumina, que espera poder implantarlo para el año 2019. Por ahora el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) ya colabora en producir esta tecnología.
Cualquier sector es susceptible de crear moonshots, incluido el financiero. Los analistas e inversores están pidiendo un cambio radical en la banca tradicional. Una de sus propuestas es la de vender el norteamericano AIG a Google para crear de manera conjunta un “laboratorio fintech”. Otra de las propuestas de los expertos es la creación de una plataforma bancaria personalizada con un sistema de módulos financieros. Cada módulo permitiría a los clientes seleccionar y comprar productos ofrecidos por un banco y luego unirlos al resto de módulos de otras entidades bancarias. Se podría elegir diversos artículos de diferentes bancos según sus necesidades vía online.
Google, a través de su departamento Google X (integrado en la empresa subsidiaria Alphabet) asume que en este tipo de estudios hay un gran porcentaje de fracaso. Suyos son los sonados proyectos de las Google Glass, Loon Proyect (globos con routers inalámbricos para dar internet a todos los continentes), Lift Labs (cuchara antitemblores para pacientes de Parkinson) o el más reciente, el Google Car (coche sin conductor).
Los moonshots son la llave para resolver los grandes problemas que se desarrollan actualmente. Se van a cumplir cincuenta años de la llegada del hombre en la Luna, y en todos estos años hemos estado rodeados de enormes cambios. La siguiente transformación está a la vuelta de la esquina, esperando el impulso tecnológico que formará parte de la visión futura que tendremos del mundo.