El modelo de inclusión financiera de BBVA
Enviar y recibir dinero, ahorrar recursos o pagar por productos y servicios son operaciones financieras poco comunes para la mitad de la población del mundo. Los programas de inclusión financiera fomentan servicios financieros para estas personas con el reto de reducir, no solo los costes de sus operaciones financieras, sino también sus riesgos.
Las nuevas tecnologías, el incremento en la capacidad de procesamiento de la información, el incremento en la velocidad y facilidad de conexión de datos, la reducción en los costos de los teléfonos inteligentes y el incremento de lugares con WiFi público, dan a las instituciones financieras la posibilidad de generar ofertas de valor para la población que cuenta con menos ingresos.
Según los datos del Banco Mundial, en 2014 la mitad de la población adulta del mundo no tiene una cuenta bancaria en una institución financiera formal. Ante estas cifras, muchas entidades están impulsando programas de inclusión financiera, que, además, impactan en el bienestar y el crecimiento económico sostenido de los países.
La estrategia de BBVA
Para gestionar este servicios, BBVA creó la unidad de Easy Banking & Financial Inclusion, responsable de desarrollar e implementar el modelo de negocios de inclusión financiera. Además, a través de la Fundación Microfinanzas el Grupo BBVA ha invertido recursos en siete países latinoamericanos para promover el desarrollo social y económico de la parte más desprotegida de la población a través de las finanzas productivas y responsables.
El modelo que se ha desarrollado se centra en convertir el dinero en un facilitador para sus vidas, no un obstáculo. El reto es facilitar el acceso a los servicios financieros a través de soluciones alternativas al modelo tradicional de sucursal.
Para ello, se están desarrollando canales y productos digitales de bajo costo, productos de fácil apertura y sencillos de operar, que permiten realizar consultas, transacciones y transferencias de forma rápida y segura, y que garanticen seguridad, disponibilidad y proximidad.
Una de las claves de esta estrategia es tener en cuenta las características particulares de cada país en los que BBVA tiene presencia, es decir se adapta a sus necesidades específicas.
En este sentido, se centra en tres pasos secuenciales:
- La expansión de la red de corresponsales: hay más de 41.000 puntos y se realizan más 68 millones de transacciones al año.
- El desarrollo de una estructura de pagos móviles para teléfonos celulares de gama alta y baja. Por ejemplo, a través de BBVA Wallet en Chile, el monedero electrónico en Perú, la Banca SMS en México…
- La construcción de soluciones financieras específicas para el segmento de bajos ingresos, como instrumentos transaccionales, de ahorro, microseguros y microcréditos, entre otros.
Por último, hay que destacar el trabajo de BBVA Bancomer en México, donde hay 6,6 millones de clientes del segmento de bajos ingresos, lo que representa el 72% de los clientes de este perfil en Latinoamérica.
Por ello, gran parte de los esfuerzos de este modelo se han concentrado en ese país, en el departamento Banca Digital México para construir servicios que generen valor a este tipo de cliente. Es un modelo a seguir para impulsar los servicios que favorezcan la inclusión financiera de toda la población.