Mercados emergentes, un gran potencial para la venta de productos especializados
La gran preocupación para la mayoría de las personas en los países en vía de desarrollo es la de cubrir las necesidades básicas de alimentación, agua potable, sanidad y electricidad, sin embargo, existe un interesante nicho de mercado relacionado con el mundo de los microempresarios, que necesitan productos que les ayuden a ganar dinero con sus negocios.
El tejido empresarial en las zonas rurales de estos países se compone de negocios familiares que están compuestos por un máximo de cinco personas. Estas microempresas tienen una serie de necesidades específicas que no se consiguen cubrir con las características que tienen los productos que provienen del mundo desarrollado. Las empresas occidentales se empeñan en ofrecerles los mismos productos que venden en sus mercados de origen con solo realizar escasas modificaciones en el empaquetado, sin embargo, el potencial del nicho que estamos tratando consiste en ofrecer un artículo diseñado por y para ellos.
Así lo ha desvelado un estudio llevado a cabo por el MIT que sugiere que estas microempresas son un prometedor y amplio mercado que está por explotar. Según el estudio, que toma como ejemplo cuatro casos de éxito, la clave está en ofrecerles productos que cubran un servicio, que sean fiable (este es un de los grandes escollos), que cuenten con un mantenimiento y que sean escalables (que se adapten a las necesidades de crecimiento del negocio) y multifuncionales. Y, lo más importante, que les ayude a incrementar sus ingresos.
“Si les convences de que pueden hacer dinero, tienes la mayor parte del camino andado para venderles tus productos”, comenta Jesse Austin-Breneman, estudiante del Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT y responsable del estudio. “Aunque parece obvio, si echas un vistazo a los productos que están disponibles en estos países, no se cumplen estas expectativas”, concluye.
Casos de éxito
Según los investigadores, una de las principales razones del fracaso de muchos intentos de negocio en el mundo en vías de desarrollo ha sido ofrecer un producto sin llevar a cabo un análisis detallado de las necesidades que se quieren cubrir. Así le ocurrió a empresas como Kellogg’s o Whirlpool, que, a pesar de ser grandes compañías, quisieron llevar sus productos a estas zonas sin hacer una valoración previa y real del uso que se les iba a dar, y sin tener en cuenta las costumbres y modo de vida de la zona.
El estudio del MIT, sin embargo, se ha basado en cuatro casos reales que han triunfado. El primero fue protagonizado por el fabricante de teléfonos Nokia con la distribución en la India de un teléfono móvil básico. El dispositivo contaba como principal característica con la posibilidad de crear múltiples agendas para distintos usuarios. Propiedad que aprovecharon los propietarios para prestar el dispositivo a otros microempresarios a los que cobraban las llamadas que realizaban, gracias a que la pantalla que llevaba integrada aparecía el tiempo transcurrido en cada conversación. Además, Nokia puso a disposición de los usuarios una furgoneta que se encargaba de ir por las zonas rurales para arreglar los teléfonos rotos.
Nuestro objetivo es crear una guía de diseño para que las compañías y los diseñadores independientes puedan inspirarse para desarrollar productos de éxito."
Lo mismo le ocurrió a una empresa encargada de distribuir riego por goteo, cuyos responsables descubrieron el interés de los campesinos por sistemas modulares que se fuesen ampliando a medida que crecía el negocio; o a una empresa encargada de distribuir un sistema solar que servía como cargador de móvil a la vez que permitía iluminar los almacenes por la noche; o con las cocinas de aceite que se utilizaban en Indonesia, que fueron sustituidas por otras menos contaminantes y peligrosas....
Un nuevo concepto
El objetivo del estudio es el de establecer unas guías de usuario para el diseño y fabricación de productos que puedan dirigirse a microempresarios de los países desarrollados y cubran sus necesidades. “Estamos intentando que la gente reenfoque sus diseños”, dice Austin. “Por ejemplo, en vez de averiguar un modo de arreglar el saneamiento en estas zonas, tenemos que ofrecer el modo que permita a la gente hacer dinero en el sector del saneamiento”.
“Nuestro objetivo es crear una guía de diseño para que las compañías y los diseñadores independientes puedan inspirarse para desarrollar productos de éxito, fortalecer a los microemprendedores y ayudar a que la gente mejore sus vidas y la de su comunidad”, concluye Yang, profesora adjunta del departamento de Ingeniería mecánica y de sistemas y que ha participado en la investigación.