La memoria de BBVA, su Archivo Histórico
La memoria de BBVA alcanza casi dos siglos. Fue en 1857 cuando el Banco de Bilbao abría sus puertas en una pequeña oficina pegada a la ría de la capital vizcaína. Aquel 24 de agosto la entidad comenzó su relación con una sociedad pujante en iniciativas: negocios familiares, navieras, ferrocarriles… ese contexto socioeconómico fue el que propició una implicación clave del banco en el desarrollo de la ciudad.
Desde entonces, y a través de todas las entidades que hoy componen Grupo BBVA, el banco ha sido testigo de la historia. La longevidad y trayectoria de la institución ha propiciado que uno de los objetivos del Archivo Histórico de BBVA sea preservar la memoria de la banca y de la propia sociedad. Fue en el Consejo de Administración de febrero de 1971 cuando se tomó conciencia de ello. El banco necesitaba un “archivo o museo” que sirviera para conservar su propia historia e identidad.
Imagen de la sede del Banco de Bilbao durante las Guerras Carlistas (1874).
Aquel propósito fue impulsado gracias a dos factores: el primer informe de responsabilidad social que se realizaba en España (1979) y la cercanía del 125 aniversario de Banco de Bilbao. Durante esta etapa se sientan las bases del Archivo Histórico; se trataba de sumergirse en la historia de la propia entidad y ponerla al servicio de la sociedad. Los libros de actas y contabilidad, escrituras, tecnología de la época (máquinas de escribir, sellos, cartillas…) se convirtieron en preciados objetos para descifrar la historia. El resultado se hizo tangible en 1980, cuando el Palacio de San Nicolás centralizó los primeros documentos. Había nacido el primer archivo de la banca privada en España.
La primera máquina estampadora de tarjetas bancarias que hubo en España (año 1971). El Banco de Bilbao fue el pionero en esta materia. Vemos aquí el primer y segundo modelo de 'bacaladera'.
Los primeros años del Archivo Histórico quedaron marcados por un hito: las riadas de agosto de 1983. El agua se llevó por delante el casco histórico de Bilbao y también anegó los sótanos del Palacio de San Nicolás. Las inundaciones provocaron que se realizase un exhaustivo trabajo en las tareas de restauración y propiciase un punto de inflexión de cara al futuro. Las dinámicas de trabajo cambiaron para prevenir futuros desastres.
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La catástrofe de 1983 en Bilbao
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La catástrofe de 1983 en Bilbao
Las fusiones bancarias no sólo afectan a las finanzas
La entrada en el último decenio vino precedida por un hecho importante, como fue la entrada de Banco de Bilbao y de Banco de Vizcaya al unísono como BBV. El primer consejo de fusión se llevó a cabo en el Palacio de San Nicolás, que volvía a ser una vez más punto neurálgico de la institución. Los documentos gráficos de dicho evento se guardan en el Archivo Histórico.
Sede social BBVA – San Nicolas 4 (Bilbao).
La segunda gran fusión tuvo lugar en 1999: BBV y Argentaria dieron lugar a BBVA, un hecho que no sólo es relevante desde el punto de vista financiero. La unión de dos entidades históricas hizo que se ampliase el patrimonio histórico documental del Archivo Histórico; habían llegado más fondos documentales procedentes de los bancos de la Corporación Argentaria.
La ‘colección’ se ampliaba con un buen número de libros de actas y contabilidad, o lo que es lo mismo: los archivos de la banca que giraba en torno a Argentaria y sus precursores, aumentando los fondos considerablemente.