‘Market timing’: cómo evitar errores ante la caída de los mercados por el coronavirus
La caída pronunciada de los mercados suele generar temor y nerviosismo en los inversores, y muchas veces puede llevar a tomar decisiones erróneas. Según BBVA Asset Management, una de las más comunes es hacer lo que en inglés se conoce como ‘market timing’, que significa entrar y salir del mercado intentando predecir cuándo se van a producir las subidas y las bajadas del mismo.
A la hora de tomar decisiones, las personas suelen actuar con sesgos emocionales. En el campo de las inversiones es habitual tomar decisiones alejadas de la racionalidad, especialmente cuando se producen caídas muy pronunciadas de los mercados. Uno de los sesgos emocionales más comunes en estos casos es el conocido como efecto rebaño, que consiste en seguir ciertas corrientes o decisiones siguiendo lo que de forma mayoritaria está haciendo el mercado. Por ejemplo, si todo el mundo está vendiendo bolsa, vender también.
Otro error muy común en situaciones de elevada volatilidad de los mercados es salirse y volver a entrar, vender y comprar, para tratar de evitar las pérdidas en las caídas y aprovechar las subidas. Sin embargo, numerosos estudios han puesto de manifiesto que hacer ‘market timing’, como se conoce en inglés a esta estrategia, es peor a la larga que mantener las inversiones; especialmente en momentos de fuertes caídas.
A la hora de analizar los mercados, se pueden predecir tendencias de medio o de largo plazo, pero es muy difícil imposible acertar el momento exacto en que se produce un cambio de tendencia. “Es imposible vender en máximos y comprar en mínimos de manera recurrente”, apunta Ana María Camblor, especialista de Producto de BBVA Asset Management.
En la bolsa, por ejemplo, históricamente los grandes movimientos del mercado, al alza o a la baja, se concentran en pocas sesiones. De hecho, el 90% del retorno de los mercados de valores se produce en el 10% de las sesiones de la bolsa. En 1994, un estudio del profesor H. Nejat Seyhun, de la Universidad de Michigan, concluyó que el 95% de las ganancias del mercado en los 31 años precedentes se generaron en el 1,2% de las sesiones; es decir, a una media de tres sesiones por año.
Un estudio similar, realizado por la firma IG Investment Management, muestra en un periodo de 20 años cuál es el impacto de perderse las mejores sesiones del S&P 500. Según explica la firma, entre 1996 y 2016 hubo algo más de 5.000 sesiones de bolsa. Un inversor que se hubiera mantenido invertido todo el periodo hubiera obtenido una rentabilidad anualizada del 7,7%. Una inversión de 100.000 dólares al principio del periodo se habría convertido en cerca de 440.000 dólares al final del mismo.
Sin embargo, si se excluyen las 20 mejores sesiones de ese periodo, la rentabilidad anualizada desciende al 1,6% y el valor final de la inversión, a 136.000 dólares (un 69% menos). Si se excluyen las 30 mejores sesiones del periodo, no hay ganancia, sino una pérdida anualizada del 0,51%, lo que supone un descenso del patrimonio inicial invertido de unos 10.000 dólares.
El miedo a perder el dinero invertido durante caídas abultadas de los mercados lleva a muchos inversores a deshacer posiciones cuando comienzan los descensos. Sin embargo, la experiencia demuestra que después de fuertes descensos suelen sucederse rebotes importantes. De esta manera, si el inversor abandona el mercado ante un indicio de caídas, habrá generado una pérdida y además se habrá perdido el rebote.
Históricamente los grandes movimientos del mercado, al alza o a la baja, se concentran en pocas sesiones.
Recomendaciones ente la caída de los mercados
Desde la gestora de activos de BBVA proponen tres recomendaciones ante caídas de los mercados:
No vender si la inversión es a largo plazo. La volatilidad a corto plazo no tiene incidencia sobre inversiones con plazos a 10, 20 o 30 años. No hay que sucumbir al pánico; es mejor mantener la inversión y respetar el horizonte temporal que establecimos en el momento de llevar a cabo la inversión.
Diversificar la cartera. Rara vez todos los activos caen a la vez. Por ello, una cartera diversificada permitirá compensar la pérdida de unos activos con la ganancia de otros. Se puede diversificar por tipo de activo (bolsa, bonos...), por geografías, por divisas...
Invertir poco a poco, de manera periódica. Tan importante es invertir en una cartera diversificada en distintos activos como diversificar los momentos de entrada en el mercado. Si se concentran todas las aportaciones en un día concreto, por simple probabilidad, aumenta el riesgo de no seleccionar el mejor momento para invertir o, incluso, se puede hacer en el peor, por ejemplo, justo antes de que empiece una corrección. “Aportando un poquito cada vez, estaremos entrando en diferentes momentos del mercado, unos serán extraordinarios, otros buenos y otros malos pero, en promedio, estaremos acertando más que si lo hiciéramos mediante una única aportación al año, por lo que se optimiza el precio medio de entrada”, explica Ana María Camblor.
Para concluir, acudir a las enseñanzas de algunos de los inversores más reputados a nivel mundial, como Benjamin Graham o Warren Buffet pueden ayudarnos de cara a evitar o mitigar posibles errores ante sucesos de volatilidad como el actual.
Benjamin Graham: “El mercado es un esquizofrénico en el corto plazo, pero recupera su cordura en el largo plazo”.
Warren Buffet: “El mercado es un mecanismo mediante el cual se transfiere dinero del impaciente al paciente”.