Luis Vadillo: “Hace falta tomar medidas para sostener el sistema de pensiones en España”
El director del Instituto BBVA de Pensiones desgrana en esta entrevista los retos a los que se enfrenta el sistema público de pensiones en España, debido al aumento de la tasa de dependencia por el incremento de la esperanza de vida y a la próxima jubilación de la generación del ‘baby boom’. Luis Vadillo pone sobre la mesa la batería de reformas que proponen diferentes expertos para combatir el déficit de la Seguridad Social, con el objetivo de conseguir que el sistema sea sostenible en el corto, medio y largo plazo y pueda pagar pensiones suficientes.
Pregunta: ¿A qué retos se enfrenta el sistema español de pensiones?
Respuesta: El sistema público de pensiones español se enfrenta a importantes retos, tanto en el corto como en el largo plazo. La Seguridad Social ha presentado un déficit en torno al 1,6% del PIB en los últimos años, frente al superávit medio del 1,2% previo a la crisis. Según datos del Banco de España y el INE, el gasto en pensiones aumentó desde el 7,4% del PIB en 2007 al 10,6% en 2018. Y se debió a un factor cíclico, como la menor tasa de empleo durante la crisis (y en consecuencia menores cotizaciones), pero también debido a las mayores tasas de dependencia y pensiones medias, lo que supone un factor estructural.
El aumento de la tasa de dependencia, por el incremento de la esperanza de vida y la jubilación de los ‘baby boomers’ (los nacidos entre 1957 y 1977) continuará presionando al alza el gasto en pensiones durante las próximas décadas. Se estima que la población mayor de 65 años, como porcentaje de la población en edad de trabajar (de 16 a 64 años), aumentará desde el 30% actual hasta una horquilla aproximada del 50%-70% en 2050. Esto supone pasar de una ratio de tres cotizantes por pensionista a una de dos.
Según el Banco de España, manteniendo el resto de factores constantes, la evolución demográfica implicaría un aumento del gasto en pensiones entre 5,0 y 7,2 puntos de PIB en 2035 y entre 7,6 y 13,6 puntos de PIB en 2050. Por tanto, hace falta tomar medidas para garantizar que el sistema de pensiones sea sostenible y pueda pagar pensiones suficientes. No hacer nada no es una opción.
P.: ¿Cuáles son las reformas necesarias para reducir el déficit y garantizar la sostenibilidad el sistema de pensiones?
R.: En la medida que la economía se encuentre en una situación cíclica neutral, el déficit contributivo existente (1,6% del PIB) tendría carácter estructural, por lo que sólo podría reducirse con reformas de la misma naturaleza, tanto por el lado de los ingresos como por el del gasto.
Existen muchas opciones sobre la mesa, que en ningún caso son excluyentes, sino que pueden ser complementarias, tanto del lado de los ingresos como de los gastos del sistema.Tras las reformas de 2011 y 2013, no se han adoptado medidas complementarias que permitan corregir el déficit existente. Al contrario, las medidas de 2013 están temporalmente suspendidas.
Del lado de los ingresos, a corto y medio plazo, se puede aumentar la presión fiscal para evitar la caída de la tasa de prestación y combatir el déficit del sistema. En este sentido, se pueden subir impuestos, destopar las cotizaciones máximas [elevar la cotización máxima] o derivar hacia el sistema gasto público desde otras partidas presupuestarias, pero esta medidas pueden impactar negativamente sobre el PIB, los salarios, el empleo y, por lo tanto, también sobre las pensiones futuras.
También se puede actuar del lado de los ingresos a través de reformas estructurales que disminuyan la tasa de desempleo, aumenten la tasa de actividad y de empleo, la productividad y los salarios (más capital productivo, humano y tecnológico). Todo ello redundará en mayores cotizaciones sociales.
Otra opción es sacar de la Seguridad Social las pensiones no contributivas y financiarlas con impuestos.
"Para instaurar un sistema de cuentas nocionales en España, habría que hacerlo progresivamente, con un periodo de transición, como hizo Suecia"
Luis Vadillo, director del Instituto BBVA de Pensiones.
¿Un sistema de cuentas nocionales en España?
P.: Y del lado de los gastos, ¿qué medidas se pueden tomar?
R.: De lado de los gastos, una medida que ya está en marcha desde la reforma de 2011 es el retraso de la edad de jubilación. La ley de 2011 de reforma del sistema de pensiones retrasa progresivamente la edad de jubilación de los 65 a los 67 años en 2027.
Otra opción para equilibrar ingresos y gastos y hacer el sistema más transparente es la adopción de un sistema de cuentas nocionales, como en Suecia. Este sistema es también público y de reparto, pero cada cotizante tiene una cuenta virtual en la que se acumulan sus cotizaciones. En el momento de la jubilación, el cotizante recibe una pensión vitalicia en función de lo cotizado durante su etapa laboral y ajustado a la esperanza de vida de su cohorte generacional en ese momento más un tipo de interés que tenga en cuenta el equilibrio actuarial y financiero del sistema de pensiones. Es un sistema más transparente y flexible, y donde los ciudadanos perciben su cotización como un ahorro para su jubilación en lugar de como un impuesto.
Un sistema de cuentas nocionales individuales corregiría el déficit de manera gradual para equilibrar el sistema de manera automática. Esa corrección del déficit actuarial no implica una disminución de la pensión inicial, ya que siempre podría evitarse aumentando libremente la edad de jubilación.
P.: ¿Se podría instaurar un sistema de cuentas nocionales en España?
R.: Para instaurar un sistema de cuentas nocionales habría que hacerlo progresivamente, con un periodo de transición, como hizo Suecia. Un periodo de transición de, por ejemplo, 10 años desde 2025 iría reduciendo el déficit de la Seguridad Social. El primer año, el 90% de la pensión se calcularía con el sistema antiguo y el 10% con el sistema nuevo. Cada año cambiaría esa proporción: 80%-20% el segundo, 70%-30% el tercero, y al cabo de 10 años, por ejemplo en 2035, la pensión íntegra se calcularía ya con el sistema nuevo.
En cualquier caso, este sistema tiene que ser compatible con una pensión mínima para todos aquellos trabajadores que no alcancen una pensión suficiente, porque no han cotizado lo suficiente.
P.: ¿Puede alcanzar el sistema de pensiones su equilibrio actuarial retrasando la edad de jubilación?
R.: Se entiende que el sistema está en equilibrio actuarial o que es actuarialmente equitativo cuando los ingresos son iguales a los gastos; es decir, cuando, con el tiempo, el pensionista recibe lo mismo que ha cotizado.
Actualmente, la edad de jubilación media efectiva en España está en los 64,2 años y la esperanza de vida a partir de los 65 años en 21,27 años (19,24 para los hombres y 23,09 para las mujeres, según datos de 2018).
El aumento de la esperanza de vida genera un desequilibrio en el sistema, porque para una carrera completa de 40 años, toda pensión recibida a partir de poco antes de los 12 años de jubilación supone un exceso de prestación sobre lo cotizado durante la etapa en activo.
Desde un punto de vista actuarial, antes de la reforma de 2011 (que retrasa progresivamente la edad de jubilación hasta los 67 años en 2027), existía en el sistema un sobrecoste de las pensiones cobradas por los jubilados frente a las cotizaciones realizadas de un 44%, es decir, 1,44 euros de pensión recibidos por euro cotizado.
De cara al final del periodo transitorio, se estima que el déficit se reducirá al 28%. Ahora estimamos que está en torno al 36%, es decir, que los pensionistas actuales estarían recibiendo, en promedio, aproximadamente 1,36 euros por cada euro cotizado. O lo que es lo mismo, perciben de media un 36% más de lo cotizado durante su carrera en activo.
"Entre las fórmulas para fomentar el ahorro privado, habría que impulsar los planes de empresa, por ejemplo a través de un sistema de aportación semi obligatorio como el que implantó Reino Unido"
P.: ¿Qué papel puede jugar el ahorro como complemento de la pensión pública?
R.: Muy relevante. En la medida en que cabe prever un descenso en la tasa de sustitución (el monto de la primera pensión frente al último salario percibido), debido a los ajustes que requiere el sistema por el lado de los ingresos, el ahorro privado puede ser un complemento para garantizar que los jubilados perciben ingresos suficientes.
Entre las fórmulas para fomentar el ahorro privado, habría que impulsar los planes de empresa, a través de un sistema de aportación semi obligatorio como el que implantó Reino Unido hace unos años. En este sistema, a los trabajadores que entran al mercado laboral se les adscribe por defecto a un plan de pensiones de empleo. Si no lo quieren, tienen que proactivamente renunciar a él. La experiencia ha demostrado que son pocos los trabajadores que renuncian.
Otra opción para fomentar el ahorro para la jubilación es utilizar el patrimonio inmobiliario de los españoles. Para ello habrá que buscar fórmulas financieras que permitan hacer líquido ese patrimonio cuando sea necesario.
P.: ¿Cómo están abordando otros países el reto de sus sistemas de pensiones?
R.: En la mayor parte de países se avanza hacia un sistema público de reparto y sistemas complementarios de adscripción automática, con contribuciones de las empresas y de los individuos. Dada la mayor rotación de los trabajadores entre empresas, estos sistemas complementarios irán mejorando su portabilidad y la posibilidad de consolidar las aportaciones de diferentes empresas con las individuales de carácter voluntario que quieran hacer los propios trabajadores, quienes podrán elegir si la gestión de este ahorro la hace el sector público, los sindicatos, sus empresas o el sector financiero.