Los ‘tres amigos’ de las firmas fintech
Las rondas de financiación se llevan todos los focos al hablar del universo fintech, pero los gobiernos, incubadoras y consultoras tienen también mucho que decir en el crecimiento de estas startups.
El sector fintech recibió más de US$19.000 millones en financiación en 2015 y las cifras de 2016 apuntan aún más alto, con US$15.000 millones en los primeros ocho meses del año. Sin embargo, el dinero es solo una parte de la ecuación, según un nuevo estudio de KPMG y CB Insights. Las startups dedicadas al fintech necesitan también un entorno regulatorio sólido y estable y socios capaces de arrimar el hombro. Y es que los gobiernos, las aceleradoras y las firmas de consultoría también son protagonistas de la revolución fintech.
Reino Unido, un ejemplo de regulación que apoya a las fintech
Un reciente informe de la división de consultoría de ‘Business Insider’ -The Fintech Ecosystem Report- recalca el papel de algunos gobiernos en el impulso a la industria fintech “por su potencial para mejorar los productos y servicios financieros que tiene a su disposición la población”. Ven en las fintech el potencial para reparar parte de las consecuencias de la crisis financiera de 2008, que redujo el acceso a los servicios financieros a una parte de los británicos.
Reino Unido es quizás el mejor ejemplo de este apoyo institucional a las fintech y ya son varios gobiernos los que utilizan sus políticas como ejemplo. La FCA (la autoridad reguladora británica, por sus siglas en inglés) ha desarrollado un nuevo esquema regulador que tiene como uno de sus principales objetivos que las fintech puedan innovar sin estar totalmente constreñidas por el marco regulatorio.
Christopher Woolard, director de estrategia y competencia de la FCA, explicaba ese sandbox regulatorio en el ‘Innovate Finance Global Summit 2016’. Antes el proceso de autorización de las empresas financieras por parte de la FCA era “excesivamente riguroso”; ahora Reino Unido ha creado un enfoque reglamentario por niveles, cuyas exigencias se van sofisticando al ritmo del propio crecimiento de las fintech, según recogía techcitynews.
“Somos conscientes de la incertidumbre que tienen muchas empresas al experimentar con tecnología nueva y no regulada, así que para ayudarles se ha creado un espacio limitado y seguro en el que las pruebas puedan tener lugar, en el que el riesgo no es transferido a los consumidores”, explicaba Woolard.
A cambio de ese cierto grado de libertad para desarrollar sus ideas, las fintech tienen que estar preparadas en todo momento para seguir las directrices y las guías del regulador, y según va ganando escala y solidez su entorno regulatorio se endurece. “No tomamos medidas así porque esté de moda, sino porque está dentro de nuestros objetivos”, aseguraba el dirigente de la FCA.
Otros organismos reguladores, como los de Australia, Singapur y Tailandia también han creado sus propios campos de pruebas o sandboxes durante 2016, además de firmar acuerdos con organismos equivalentes para que sus fintech puedan operar internacionalmente con más facilidad. Por ejemplo, Reino Unido tiene esos acuerdos recíprocos con Singapur, Australia y Corea del Sur.
“El escenario ideal es un enfoque europeo común, de modo que todos los operadores europeos avanzaran en una misma línea”, decía en el Foro Fintech Enrique Fernández Albarracín, Regulatory Leader en EY España, que reconocía que varios países, entre ellos Reino Unido, "van decenas de pasos por delante" de España en este terreno. Sea por el prolongado periodo de interinidad política de este 2016 o por falta de estrategia, el Ejecutivo español no se ha distinguido por su apoyo a la industria fintech, si bien sí existen distintos programas de financiación para startups, explicaba Fernández.
Aceleradoras e incubadoras: un puente para crecer
Las aceleradoras y las incubadoras son dos vías ya habituales de las grandes empresas financieras para acceder al mundo fintech. ¿En qué se diferencian? Las aceleradoras normalmente ayudan a las startups a ganar tamaño con fondos, asesoría y espacio para sus oficinas para un periodo de tiempo corto, unos meses. Las incubadoras tienen una oferta parecida, pero dirigida más a simples ideas que a productos ya desarrollados. Pero las aceleradoras no son monopolio de la banca, también participan empresas de sectores como el comercio y universidades.
Se calcula que en España hay unas 70 aceleradoras, entre las que destaca Wayra y Lanzadera, promovida por el dueño de Mercadona, Juan Roig, que ya ha invertido en ella 69 millones de euros. Otras iniciativas empresariales, como Open Talent de BBVA, buscan impulsar los mejores proyectos mediante programas de inmersión internacionales.
Consultoras: a veces mediador, a veces inversor
Las firmas de consultoría también buscan posicionarse en este nuevo ecosistema financiero. El informe de ‘Business Insider’ subraya que están configurando un rol de mediadores entre las firmas financieras establecidas y las fintech, engrasando sus relaciones y facilitando acuerdos. Por ejemplo, Accenture, EY y Deloitte están creando sus propios laboratorios o centros de excelencia fintech, así como programas de formación para captar talento. También están particularmente interesadas en el blockchain, como es el caso de Deloitte, que recientemente compró SETL, una fintech londinense especializada en esta tecnología, y acaba de abrir un laboratorio de innovación exclusivamente centrado en blockchain en Dublín.