Los secretos mejor guardados de Roma
La imagen de Roma está vinculada a sus más famosos monumentos. Poco se puede hacer para competir con la grandiosidad del Coliseo, la perfección del Panteón o la majestuosidad de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Lo bueno de la ciudad es que es apta para visitarla tantas veces como se pueda y descubrir esas otras joyas que no cubre el bus turístico.
Mucho más que el Coliseo y San Pedro
Para los viajeros que busquen huir de las fotos con gladiadores y las aglomeraciones en la Fontana di Trevi, Roma presenta atractivas visitas menos frecuentadas por los turistas. Un ejemplo es la Domus Romana del Palazzo Valentini, que reconstruye las domus patricias de la época imperial. Durante el recorrido, el visitante ve renacer estructuras y decoraciones gracias a proyecciones virtuales sobre las propias ruinas. Otra curiosa visita arqueológica se puede hacer en el Vaticano, donde además de admirar la Capilla Sixtina y el interior de San Pedro, es posible recorrer las catacumbas sobre las que se alza la basílica, una enorme necrópolis descubierta en los años 50. Entre los mausoleos que recorre la visita, se halla el del propio San Pedro, justo bajo el baldaquino del templo y alineado con la cúpula de Miguel Ángel.
Garbiñe Muguruza en la Ciudad del Vaticano
Ciudad olímpica
Inspirado en el Foro Romano, el Foro Itálico fue proyectado en época de Mussolini como sede deportiva de la capital. Escenario principal de los Juegos Olímpicos de 1960, actualmente el Estadio Olímpico ocupa un papel protagonista en el foro, como casa de la Lazio y la Roma. Entre estatuas de mármol, que recuerdan a los más grandes deportistas de la historia del país, se encuentra el Campo Centrale del Foro Itálico, donde se celebra el Torneo de Roma de tenis en tierra batida.
Roma vista desde una cerradura
La belleza de la capital italiana la convierten en destino de más de 6 millones de turistas al año. Son pocos los que conocen una de las vistas más especiales: Roma dal buco. Sobre la colina del Aventino se encuentra la Villa del Priorato, sede histórica de los Caballeros de Malta. A través de la cerradura de su gran portón de entrada se puede admirar la cúpula de San Pedro desde una perspectiva totalmente diferente. Además, a pocos metros se puede disfrutar de otro encantador panorama de la ciudad, muy recomendable al atardecer. En el Giardino degli Aranci, el turista podrá admirar la belleza de Roma alejado del ruido del tráfico y rodeado del perfume de los naranjos.
Roma dal buco
A la búsqueda del mejor capuccino de Roma
Por la gran afluencia de visitantes, la ciudad se ha llenado de trampas para turistas. Para disfrutar de los mejores productos hay que alejarse de las plazas principales y callejear un poco. Un sitio muy frecuentado por los propios romanos es Sant’Eustachio Il Caffè, un local anclado en el tiempo donde se sirve, dicen, el mejor café de la ciudad. Muy cerca se encuentra Tazza d’oro, que además de un café excepcional cuenta con una tienda donde adquirir diversas variedades. Para tomar el mejor tiramisú hay que salir del centro y visitar Pompi, donde además del sabor clásico se pueden encontrar muchas variantes de este postre italiano con sabor a fresa, piña, plátano o pistacho. Y como broche de oro a este paseo delicatesen, nada mejor que un helado en la Gelateria della Palma que produce más de 150 sabores diferentes de forma artesanal. No apto para indecisos.