Los retos de la banca digital del futuro
En el futuro los clientes van a seguir necesitando productos y servicios financieros. Lo relevante es reconocer que, además de esos productos y servicios, hay que ofrecerles asesoramiento, hay que acompañarles en la toma de decisiones financieras a lo largo de su vida... Para conseguirlo, el estándar que marcan las empresas digitales es muy alto. Los clientes están acostumbrados a tener una experiencia muy positiva, funcionar de una manera muy natural con sus entidades.
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¿Qué medidas hay que llevar a cabo?
Muchas veces se piensa que la digitalización es un proceso solo de cara al cliente, un proceso casi cosmético, pero lo más complicado de una transformación digital es conseguir que las organizaciones evolucionen, que se hagan más ágiles y, además, que renueven en muchos casos -como en el ámbito financiero-, las infraestructuras sobre las que funciona todo el sistema.
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¿Qué papel juega la regulación?
La regulación tiene un papel fundamental en el sector financiero, ya que tiene que balancear adecuadamente la protección de los clientes y la estabilidad del sistema financiero, con la innovación y la capacidad de hacer una transformación digital como la que estamos persiguiendo. La regulación tiene que ser lo suficientemente dinámica como para no matar este proceso, y permitir que la innovación se desarrolle en beneficio de los clientes.