Los límites no resueltos de Europa y los nuevos poderes mundiales
La Unión Europea se enfrenta a una serie de desafíos marcados por un entorno macroeconómico desconcertante, una crisis humanitaria y la posible salida del Reino Unido. Pero además, varios expertos del libro de OpenMind La búsqueda de Europa. Visiones en contraste, editado por BBVA, coinciden en que la UE no puede descuidar sus fronteras, unos límites no resueltos.
La frontera turca
Daron Acemoglu (MIT) y Murat Üçer (Universidad de Koç) explican, en “Los altibajos del crecimiento turco, 2002-2015: dinámica política, Unión Europea y deriva institucional”, cómo el alto crecimiento de Turquía durante los primeros años del siglo XXI se debió a una mejora de las bases institucionales. Y, en consecuencia, fue su deterioro a partir de 2007 lo que provocó la desaceleración de la economía. Acemoglu y Üçer vinculan el desarrollo económico con las negociaciones de adhesión a la UE, que tuvieron un impacto muy positivo en la mejora de las instituciones turcas, gracias a nuevas regulaciones que garantizaban una mayor transparencia.
Los autores exponen los diversos factores que llevaron al cese de las conversaciones entre la UE y Turquía, y abogan por un fortalecimiento de este vínculo: “Una Turquía democrática y comprometida con la UE podría ser un activo de valor incalculable, no solo como socio en política exterior sino también como ejemplo de éxito de una democracia musulmana para el resto de la zona”.
“Una Turquía democrática y comprometida con la UE podría ser un activo de valor incalculable" (Acemoglu y Üçer, 2015)
Europa frente a Rusia
Orlando Figes (Universidad de Londres) repasa en el artículo “Rusia y Europa” los hitos más relevantes que han marcado las relaciones entre ambos territorios para explicar el recelo de los rusos hacia Occidente.
Putin admira a Nicolás I por enfrentarse a toda Europa en la defensa de los intereses de Rusia
En el siglo XVIII, Europa era para los rusos un “ideal” al que parecerse, pero, a la vez, se sentían infravalorados por los europeos. Con el tiempo, este sentimiento generó una mentalidad en la que ellos se situaban espiritualmente por encima de Occidente: “era la idea de un alma rusa especial, un principio genuinamente ruso de amor cristiano, virtud desinteresada y abnegación”, que llevó a Nicolás I a aislar el país de los conceptos europeos de democracia. A través de este y otros hechos históricos, Figes nos recuerda que la Historia siempre se repite: “Putin admira a Nicolás I por enfrentarse a toda Europa en la defensa de los intereses de Rusia”.
La oportunidad asiática
En “La fuerza de alianzas lejanas: las relaciones entre Europa y Asia en un mundo de transformación”, Thomas Christiansen (Universidad de Maastricht) defiende que, a pesar de las diferencias –sobre todo culturales– que existen entre Asia y Europa, los esfuerzos de ambos continentes por estrechar lazos se ven favorecidos por el contexto actual.
Aunque la Unión Europea y Asia difieran en la naturaleza de su modelo de gobierno, uno basado en instituciones supranacionales y el otro en una soberanía de los Estados innegociable, “la UE y los Estados asiáticos tienen mucho que ofrecerse y pueden ser socios en un mundo en transformación”. Las circunstancias actuales de unos y otros –la alta contaminación en China y la situación económica de la UE, por ejemplo–, ayudarán a facilitar el entendimiento.
Según Christiansen, los desafíos a los que esta alianza debe hacer frente son el acercamiento entre Rusia y China y el impacto que pueda tener la diplomacia estadounidense en las relaciones entre la UE y Asia. Sin embargo, la lejanía geográfica que existe entre estos dos territorios puede ser clave para limitar las posibilidades de una confrontación.
“La UE y los Estados asiáticos tienen mucho que ofrecerse y pueden ser socios en un mundo en transformación” (Christiansen, 2015)
Un proyecto de política exterior común
Javier Solana (ESADE), en “La política exterior europea y sus desafíos en el contexto actual”, centra su discurso en el proceso de integración política indispensable para afrontar los desafíos que marcan la agenda de la UE, como el terrorismo transnacional, la crisis humanitaria o el cambio climático. En su opinión, las soluciones a los problemas y amenazas globales deben adoptarse de forma multilateral. Y ante esos nuevos retos, la UE, por su veteranía en la resolución colectiva de conflictos, podrá contribuir enormemente a la gobernanza global.
La política exterior europea no puede seguir siendo un asunto de segundo orden
Solana aboga por un proyecto de política exterior común que no quede en una mera declaración de intenciones: “La política exterior europea no puede seguir siendo un asunto de segundo orden por el cual los Estados miembros no están dispuestos a ceder ni un centímetro de su soberanía”.
En opinión del ex Alto Representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, “si cada miembro actúa de manera individual, Europa se convertirá en mero espectador ante los acontecimientos mundiales”.