“Los líderes deben tener altura de miras y ser ambiciosos al afrontar retos y tomar decisiones”
El consejero ejecutivo de BBVA y máximo responsable de BBVA Research, Regulación y Relaciones Institucionales, José Manuel González-Páramo, ha lanzado hoy en Santander un mensaje a los líderes europeos. “Lo que hemos aprendido de la crisis es que los líderes políticos y privados deben tener altura de miras y ser ambiciosos a la hora de afrontar los retos y tomar decisiones”, ha señalado en el curso UIMP/APIE, cuando ha analizado los retos a los que se enfrentan Europa, España y el sector financiero.
José Manuel González-Páramo comenzó su intervención en el curso organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y patrocinado por BBVA, en Santander, con un análisis de las lecciones aprendidas de la crisis. Su principal conclusión es que con actitudes pasivas no se solucionan los problemas estructurales que tienen Europa, España y el sector financiero en su conjunto.
En ese sentido, hizo un llamamiento a los líderes –políticos, banqueros y reguladores- para mostrar ambición en la construcción de una Europa más resistente a través de una mayor integridad económica, fiscal y política; en resolver la incertidumbre política en España y afrontar reformas, principalmente en materia laboral, para crear más y mejor empleo; y en la transformación tecnológica del sector financiero y las nuevas necesidades de los clientes, así como en evitar asimetrías competitivas en la regulación.
Su intervención se centró en tres temas: cómo Europa ha afrontado la crisis institucional del 2012 y qué queda por hacer; cuál es la situación actual de la economía española y los retos que se presentan tras las elecciones; y cuál es el futuro del sector bancario y el impacto de la transformación digital.
En primer lugar, abordó la 'tormenta perfecta' que ha vivido Europa por la crisis bancaria, la crisis de deuda soberana, el riesgo de ruptura del euro y el riesgo de deflación. La crisis económica y financiera ha puesto contra las cuerdas a las instituciones económicas y políticas, que se han visto obligadas a tomar decisiones y dar pasos en territorios inexplorados, explicó. Quien fuera miembro del Comité Ejecutivo y del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) entre 2004 y 2012, considera que esta institución ha afianzado su rol monetario tradicional como garante de la estabilidad de precios, y a la vez ha sido capaz de asumir nuevas responsabilidades como garante de la estabilidad financiera y como supervisor bancario. Sin embargo, advirtió también de que este papel que ha jugado para preservar la unidad del euro puede volverse en su contra en la medida en que la asunción de excesivos riesgos puede ser vista como un elemento de parcialidad o futuras crisis que se puedan atribuir a su actuación durante estos años. A su juicio, la solución pasa por avanzar hacia una Europa más solidaria e integrada.
El consejero ejecutivo de BBVA prevé que a Europa le espera aún un camino largo y difícil por su estancamiento económico, la inestabilidad política y social provocada por la crisis de los refugiados, el Brexit o el auge de movimientos políticos extremistas; y su irrelevancia geopolítica en el nuevo orden global. Los líderes europeos deben abordar estos temas con una perspectiva de largo plazo, para acabar de construir la Europa que queremos en el futuro, subrayó.
Una vez repasado el ámbito europeo, centró su mirada en España. Los fundamentos de la economía española avalan la continuidad de la recuperación durante el próximo bienio, según sus estimaciones. Espera que el PIB siga creciendo a tasas saludables a pesar del entorno de incertidumbre y del menor viento de cola que ejercerán algunos factores –como el precio del petróleo o las políticas fiscal y monetaria–. BBVA Research estima que el PIB crecerá el 2,7%, tanto en 2016 como en 2017, lo que permitirá crear alrededor de 1.000.000 de puestos de trabajo en estos dos años y reducir la tasa de paro hasta el entorno del 17,5%.
Asimismo, recordó que la incertidumbre sobre el futuro de la política económica se mantiene en niveles elevados desde hace casi seis meses por la ausencia de Gobierno. A pesar de no detectar un deterioro evidente de la actividad, apuntó que en un entorno sin incertidumbre, la economía podría haber crecido dos décimas más en 2016 y cinco más en 2017.
Por esta razón, cree conveniente que el próximo Gobierno implemente un proceso ambicioso de reformas de la economía, especialmente en el ámbito laboral. Se mostró convencido de que las autoridades políticas españolas deben tener ambición y altura de miras, llegando a acuerdos para formar un gobierno y, posteriormente, abordando las reformas económicas necesarias que permitan apuntalar el crecimiento actual y solucionar la lacra del paro, con más y mejor empleo.
La última parte de su discurso versó sobre los retos de la industria financiera. En su opinión, el sistema bancario europeo afronta un panorama particularmente difícil por los muy bajos tipos de interés y curvas de rendimiento muy planas; una demanda de crédito muy modesta; los problemas reputacionales que todavía pesan sobre la banca; la asimilación de las consecuencias del tsunami regulatorio; y el avance tecnológico. A su modo de ver, para sobrevivir a este entorno, los bancos necesitan una completa transformación de su modelo de negocio.
Mirando al futuro, el consejero ejecutivo de BBVA visualiza dos posibles escenarios. En el primero, la banca evolucionaría hacia la simple provisión de infraestructura para terceros o la pura provisión de productos financieros, dejando los servicios de alto valor añadido a otros actores. En el segundo, la creciente competencia entre los distintos agentes (bancos, fintech y gigantes digitales) llevaría a una transformación sustancial del sector, donde solo unos pocos de los actuales bancos sobrevivan.
De nuevo, instó a una mayor ambición, esta vez de los gestores de las entidades financieras, para acometer la transformación del sector. La digitalización es una oportunidad para que el sector bancario gane eficiencia, gestione mejor sus riesgos y proporcione más valor a los consumidores, en su opinión.