Los impuestos especiales sobre alcohol y tabaco en España
El tabaco y las bebidas alcohólicas son gravadas mediante impuestos especiales. En España, están regulados por la Ley de Impuestos Especiales, al igual que los impuestos sobre hidrocarburos.
No todas las bebidas alchólicas son gravadas con este impuesto. Hay excepciones: bebidas que se dediquen a la producción de vinagre o aquellas traídas por viajeros mayores de 17 años. Es decir, que si nos traemos una botella de ron de un viaje a Cuba o un amigo japonés nos envía una botella de sake por Navidad, no tendríamos que pagar el impuesto.
Además las bebidas alcohólicas pagan un impuesto distinto, dependiendo de su tipología y de la graduación que tenga. Existen, por lo tanto, los siguientes impuestos sobre el alcohol, teniendo en cuenta que en todos ellos, el volúmen se calcula expresado en hectolitros (100 litros) y medido a 20º centígrados:
- El impuesto de la cerveza grava también mezclas de cervezas con otras bebidas no alcohólicas, siempre que la graduación sea superior al 0,5%. Por tanto, las cervezas con un porcentaje de alcohol inferior están fiscalmente incentivadas al no pagar el impuesto. Las cervezas de graduación superior al 0,5% pagan entre 2,75 y 9,96 euros por hectolitro.
- Vino y bebidas fermentadas distingue, a su vez, entre vinos “tranquilos” y vinos “espumosos”, y la graduación de cada una. Al igual que la cerveza, las bebidas inferiores a cierto nivel están exentas, pero el límite es distinto que con la cerveza. En este caso, se establece más de 1,2%. No obstante, para no agravar la situación de los productores se ha establecido un tipo del 0%, permitido por la regulación comunitaria.
- Los productos intermedios son aquellos que, teniendo un porcentaje de alcohol entre el 1,2 y el 22, no tienen cabida en la anterior clasificación. Normalmente, estos productos han necesitado el añadido de alcohol para su elaboración, como es el caso de los vinos generosos o el vermut. En península, los de graduación inferior al 15% pagan 33,32 euros por hectolitro y los demás, 55,53 euros.
- El impuesto sobre el alcohol y bebidas derivadas grava los productos que se han mencionado anteriormente que superen el 22% de alcohol, o aquellos que entran en las definiciones de la normativa vigente. Se trata del más alto de todos y suele ser aplicable a las bebidas de alta graduación, como el whisky, que pagan 830,25 euros por hectolitro en Península y Baleares y 649,66 euros en Canarias.
El impuesto sobre las labores del tabaco
Grava aquel tabaco que está fabricado para ser fumado o es susceptible de serlo, quedando excluidos los demás usos (mascar, aspirar, en rama sin elaborar, etc). Tienen la consideración de labores del tabaco los cigarros y cigarritos (lo que conocemos como puros), los cigarrillos, la picadura fina para liar y los demás tabacos para fumar. El caso del tabaco es diferente al resto de impuestos especiales, porque en los impuestos sobre hidrocarburos y alcoholes se paga el impuesto independientemente del precio al que se ponga a la venta, pero en los cigarrillos se pagan dos impuestos, uno por unidad y otro proporcional al precio.
Los cigarros y cigarritos pagan un 13,5% del PVP (Precio de Venta al Público), los cigarrillos pagan un 57% del PVP y 8,20 euros por cada mil unidades del mencionado tipo específico. La picadura para liar paga un 41,5% sobre el PVP (está menos desincentivada fiscalmente que los cigarrillos) y las demás labores del tabaco pagan un 25% del PVP. Como excepciones a las importaciones, nos encontramos un caso similar al del alcohol, en la que las pequeñas cantidades para uso personal que se importen personalmente de un viaje, dentro de unos límites, están exentas, o aquellas que se realicen entre particulares, siempre que no haya pagos entre las partes.
Además de la recaudación, estos impuestos también pretenden desincentivar el consumo de este tipo de productos debido al daño que provocan en la salud.