Los gigantes de internet, más cerca del negocio bancario
Google acaba de obtener nuevas licencias en Irlanda y Lituania para ofrecer servicios de pago. Alipay, el brazo financiero de Alibaba, también ha obtenido una licencia similar en Luxemburgo. Facebook ya la tiene desde 2017. Estas licencias abren el camino para que operen como proveedores de servicios de pago en toda Europa y puedan gestionar cobros con tarjeta o transferencias, entre otros. Pero, ¿es este el primer paso para que se conviertan en bancos?
Desde enero de este año, Google dispone de una licencia en Irlanda que le permite operar como entidad de pago para particulares y empresas. No es la única con la que cuenta este gigante de internet, que también obtuvo una licencia de entidad de dinero electrónico en Lituania en diciembre de 2018 y una licencia de entidad de pago en Reino Unido operativa desde 2011.
Por su parte, Facebook tiene una licencia de entidad de dinero electrónico en Irlanda desde 2017 y Amazon, una como entidad de dinero electrónico desde mayo de 2011 en Luxemburgo. Alipay ha sido el último gigante de internet (en este caso, como parte del conglomerado digital chino Alibaba) en obtener una licencia, en Luxemburgo.
¿Qué permiten estas licencias? En líneas generales, les dan acceso a un segmento del negocio financiero que son los servicios de pago. Así, al convertirse en entidades de pago, Google, Facebook, Amazon y Alipay pueden solicitar autorización para ofrecer servicios como operaciones de efectivo, transferencias y a la hora de emitir tarjetas y gestionar pagos con ellas. En el caso de las licencias de pagos electrónicos, también permiten emitir medios de pago virtuales. En ningún caso pueden captar depósitos, ni de particulares ni de empresas o conceder crédito a partir de los fondos mantenidos a nombre de un cliente.
Además, desde la entrada en vigor de la nueva directiva europea de servicios de pago — la PSD2 por su siglas en inglés— a través de estas licencias se pueden proporcionar servicios de iniciación de pagos y de agregación de información de cuentas.
Miles de entidades de pago y dinero electrónico en Europa
Estas licencias son la puerta de entrada al mercado europeo de pagos. Aunque se obtienen en un país específico, los servicios autorizados se pueden ofrecer en cualquiera de los Estados Miembros del Espacio Económico Europeo, es decir, la Unión Europea más Noruega, Islandia y Liechtenstein, previa comunicación a la Autoridad Nacional Competente. Este proceso se conoce como ‘passporting’ y evita necesitar autorización para operar en cada uno de los estados.
A día de hoy, se desconoce el número exacto de estas licencias emitidas en Europa, aunque según una estadística publicada por el BCE se deduce que, a finales de 2017, había más de 1.000 entidades de pago y dinero electrónico en Europa. Este es, sin embargo, un cálculo aproximado, ya que el número crece muy rápidamente. Por ejemplo, según BankingTech, solo en 2018 se han aprobado licencias para más de 700 entidades.
Más competidores para el sector bancario
Esta entrada en los servicios de pago de compañías como Google o Facebook supone, lógicamente, un aumento de la competencia con nuevos jugadores con gran potencial tecnológico, una gran base de clientes y un ecosistema propio al que pueden incorporar ahora servicios de pago.
Algunos de estos nuevos competidores no bancarios ya cuentan con notoriedad y relevancia en el mercado desde hace algunos años, con la anterior regulación de servicios de pago. Ahora, bajo la nueva regulación —PSD2— ha aumentado el interés por parte de los nuevos jugadores en desarrollar soluciones, aprovechando que permite a terceros ofrecer productos y servicios de pago regulados a los clientes de los bancos.
“Para hacerles frente, los bancos tradicionales necesitan centrarse en la experiencia del usuario y la capacidad de ofrecer servicios de valor añadido para mantener la relevancia en un entorno cada vez más competitivo”, resalta Edward Corcoran, economista del área de Regulación Digital y Tendencias.
Bancos como BBVA trabajan ya en ofrecer mejores experiencias y servicios a los clientes propios y potenciales. Así, por ejemplo, en 2018 BBVA lanzó Bconomy y One View, para permitir tanto a pymes como a particulares agregar sus datos y tener una visión más completa de sus finanzas. De hecho, ya hay más de 100.000 clientes de BBVA que han agregado sus cuentas de otras entidades en la ‘app’ del banco.
En este sentido, BBVA se siente preparado para colaborar con estos nuevos jugadores, participando con un papel relevante en un ecosistema de servicios para los clientes.