Los estudiantes emprendedores pos-COVID necesitan definir sus carreras universitarias
La educación universitaria sigue preparando mayoritariamente a los estudiantes con planes de estudios fijados de antemano. Sin embargo, la crisis mundial provocada por la COVID-19 ha puesto de relieve el papel de la universidad para impulsar la figura del estudiante emprendedor.
Es necesario que el sistema universitario se renueve y supere esquemas obsoletos, dando voz a los jóvenes. Así lo defiende, en este artículo, el Foro Económico Mundial (WEF, en sus siglas en inglés). “Más que nunca en el impredecible mundo pospandémico, las universidades necesitan preparar a los estudiantes para las carreras que ellos mismos definan”.
La figura del estudiante emprendedor lleva tiempo asentándose, pero en los últimos años ha vivido una aceleración debido a la disconformidad de las nuevas generaciones con el mundo que han heredado. “Los ‘millennials’ quieren dar forma a su propio futuro, y las habilidades empresariales son clave para su vida laboral”, explica el Foro Económico Mundial que defiende las razones pedagógicas para impartir emprendimiento. “Involucra a los estudiantes con problemas urgentes del mundo real, desarrolla el pensamiento crítico y amplía sus habilidades para la vida”.
Apoyo continuado
BBVA Momentum, la aceleradora de empresas sociales de BBVA, ha apoyado en su crecimiento a jóvenes empresas que, a su vez, impulsan nuevos proyectos gestados desde la universidad. Es el caso de la incubadora ‘online’ de ‘start-ups’, Bridge for Billions, que cuenta con su propio programa de fomento del emprendimiento para universidades y aboga por un cambio de perspectiva. “Hoy por hoy, nos encontramos con un alto número de actividades e iniciativas cuyo objetivo es fomentar el espíritu emprendedor, pero no necesariamente ofrecer un apoyo continuado y estructurado para que las ideas de negocio se apliquen en el mercado de forma real y práctica”, explica Adolfo Berraquero, director de Emprendimiento e Innovación de Bridge for Billions. “La universidad debe colaborar con un mayor número de organizaciones especializadas para conseguir lo que se propone”.
Berraquero coincide con el punto de vista del Foro Económico Mundial y señala la inamovilidad de los planes de estudio como un obstáculo para la innovación. “Una de las razones principales por las que el absentismo educativo sigue aumentando es por la falta de aspiración y motivación que los alumnos encuentran en un sistema que se plantea cerrado desde el principio hasta el final”.
En el mundo, existen ya varios centros y universidades de prestigio que han asimilado su misión económica y social y están fomentando el espíritu emprendedor de los alumnos. Por ejemplo, un estudio ha revelado que el conjunto de las 41 universidades que hay en Australia ofrece cerca de 600 materias relacionadas con el mundo empresarial. En Reino Unido, iniciativas universitarias como MedTech SuperConnector, proporciona financiación, formación y tutoría, entre otros servicios, a proyectos empresariales relacionados con tecnologías médicas innovadoras.
Estas iniciativas intentan dar respuesta a las necesidades de un mundo en crisis donde es difícil hablar de tendencias concretas. “Las resumiría en un concepto que se debe acuñar para todo lo que queramos construir ahora y en un futuro: innovación con propósito”, afirma Berraquero. Dicha innovación no tiene necesariamente que ser tecnológica. “Solo hace falta levantar un poco la cabeza para ver que en ciertos sectores como hostelería, educación o viajes se están dejando grandes espacios para generar nuevas oportunidades, en un periodo de tiempo muy corto, debido a la situación tan extrema por la que atraviesan en la actualidad”. Para afrontar estos retos, es necesario desarrollar habilidades emprendedoras que van más allá de los planes de estudios. “Para mí serían: capacidad de adaptación, escucha activa, empatía con el que está cerca (y con el que no) y coraje para crear, proponer e innovar”, sugiere Berraquero.
BBVA Momentum está a punto de finalizar su edición 2020 que se ha celebrado íntegramente en México. Entre sus participantes, se encuentran jóvenes emprendedores que han visto en su entorno un problema a solucionar y que podrán hacer crecer su impacto gracias al apoyo del programa. Para aquellos estudiantes que quieran ser como ellos y poner en marcha su propia empresa social, Berraquero aconseja, “comienza con algo sencillo, no quieras empezar la casa por el tejado. Lo importante es que empieces y que no pares hasta que lo consigas”.