Los efectos económicos de una mayor tributación del sector financiero
José María Vallejo, director de la Asesoría Fiscal de BBVA, ha participado este miércoles en una sesión sobre fiscalidad de la actividad financiera, organizada por PWC y la APD en Madrid. En este foro ha pedido que se tengan en cuenta los efectos económicos del aumento de la tributación al sector financiero. En concreto, se ha referido al impuesto a las transacciones financieras, recientemente aprobado en España que, en su opinión, introduce un “efecto distorsionador” en el mercado financiero nacional.
En primer lugar, José María Vallejo hizo hincapié en que “en el diseño de la fiscalidad actual, hay cierta vocación de asignar una carga tributaria reforzada a la actividad financiera”. En este sentido, ha mencionado el debate existente en España “desde verano de 2018” sobre que “el sector financiero aporte más” a las arcas públicas.
Antes de “entrar en valoraciones sobre medidas concretas”, ha analizado “el racional que justificaría estas medidas”, así como sus consecuencias económicas. En 2010, ha explicado, la Comisión Europea publicó un informe sobre los posibles gravámenes a la actividad financiera. El informe europeo respaldaría este tipo de tributación si se cumplen tres premisas: mejorar la estabilidad financiera, recaudar fondos para compensar el esfuerzo realizado para sanear el sector financiero durante la crisis o financiar la siguiente crisis, y garantizar que las entidades financieras asumen una contribución fiscal acorde con la de otros sectores.
Respecto al impacto económico, ha citado un documento de BBVA Research de septiembre de 2018. Este informe sostiene que un aumento de la recaudación del sector financiero correspondiente a una décima del PIB da lugar a largo plazo a una caída del PIB de prácticamente una décima. Además, supondría una subida del coste de financiación de 10 puntos básicos y una disminución de los balances, de los depósitos y del capital regulatorio.
José María Vallejo, director de la Asesoría Fiscal de BBVA, en la sesión sobre fiscalidad de la actividad financiera, organizada por PWC y la APD en Madrid.
Con este punto de partida, Vallejo ha hecho un repaso de “dónde estamos ahora”. Con los datos mencionados, ha asegurado, se corrobora que no se cumplen las premisas que, según la Comisión Europea, ampararían la creación de dichos tributos. En primer lugar, y con carácter general, no se contribuiría a garantizar la estabilidad financiera si desciende el capital regulatorio. En segundo lugar, en el caso de la financiación de próximas crisis, estas aportaciones del sector financiero ya se realizan a través de fondos como el de resolución de entidades. En tercer lugar, “el sector financiero no aporta menos que otros sectores”, ha indicado. Al margen del impuesto de sociedades, ha destacado que el sector financiero afronta, entre otros, impuestos indirectos y una prestación patrimonial por activos diferidos.
En su opinión, “la realidad es que la aportación que hace el sector financiero a las arcas públicas no necesita un refuerzo”. En este sentido, ha pedido que cuando se plantea un aumento de la aportación del sector en materia impositiva, es necesario “tener medido el efecto en el entorno macroeconómico”. Sobre el reciente impuesto a las transacciones financieras aprobado por el Consejo de Ministros español, considera que este tipo de tributos tienen que plantearse de manera global para que no haya “distorsiones” locales. Al respecto, manifestó su opinión sobre que este tipo de impuestos surgieron con la intención de limitar y desincentivar las operaciones especulativas, y la realidad es que en su redacción final han ido perdiendo los rasgos que garantizaban este objetivo, orientándose más a una finalidad recaudatoria.