Los datos: una aportación más al bien común ante el COVID-19
Ricardo Martín Manjón, responsable global de Data en BBVA, y Juan Murillo Arias, miembro del equipo de Estrategia de Datos en BBVA, firman en el último número de la revista Progreso de la Fundación Microfinanzas BBVA un editorial sobre cómo el uso de datos y técnicas de analítica avanzada pueden jugar un papel clave para ayudar a superar los retos planteados por la crisis del COVID-19.
“Si los datos que nuestra entidad recaba tienen una utilidad potencial para comprender mejor cómo evoluciona la situación actual, ¿por qué no incluirlos también en la contribución de BBVA para salir con éxito de ella?”, plantean los responsables de BBVA en este texto, recogido en el número 22 de la revista jurídica digital Progreso, una iniciativa de la Fundación Microfinanzas BBVA para impulsar la conciencia sobre la necesidad de legislar atendiendo al modelo de gestión de las microfinanzas.
Los responsables de BBVA, Ricardo Martín Manjón y Juan Murillo Arias, explican en este editorial cómo la capacidad actual para generar y compartir información a gran escala puede suponer una ventaja para hacer frente a los retos que la crisis del COVID-19 plantea para gobiernos, empresas y ciudadanos: “Debemos ser optimistas porque contamos con ventajas y capacidades muy superiores a las que tuvieron a su alcance generaciones precedentes ante fenómenos similares”.
En este sentido, los responsables de BBVA explican cómo las empresas llevan años apoyándose en el uso de datos y analítica avanzada para múltiples propósitos, desde ofrecer de información útil para los clientes, hasta contribuir a mejorar la lucha contra el fraude en el sector financiero, o facilitar el trabajo de los empleados del banco en su día a día gracias a herramientas apoyadas en la inteligencia artificial. “Estos son tan solo algunos ejemplos de una realidad mucho más amplia que extiende las capacidades analíticas a todas las unidades de negocio y entidades del grupo”, señalan.
Entender mejor la situación
No obstante, los autores recuerdan que, ante las excepcionales circunstancias que presenta la crisis, los datos también pueden ser de utilidad para “ayudar a comprender mejor cómo evoluciona la situación” y, por lo tanto, su uso para el bien común debe incluirse entre los esfuerzos realizados por las organizaciones para contribuir a superar los efectos de la crisis.
Un ejemplo de ello son los estudios sobre la evolución del consumo a través de los datos de transacciones con tarjeta bancaria que han sido empleados por el equipo de BBVA Research para monitorizar la economía en los distintos momentos de la pandemia y que “ayudará también a medir la velocidad de retorno progresivo a la normalidad económica”.
En el editorial se citan otros ejemplos de los distintos esfuerzos llevados a cabo, tanto por gobiernos como por organizaciones empresariales, para acotar la propagación de la enfermedad gracias a herramientas tecnológicas basadas en datos como las aplicaciones de rastreo de contactos. “Para ello, desde el sector público se están recabando datos a través de las aplicaciones que muchos gobiernos han desarrollado, bien de forma directa, bien en colaboración con el tejido empresarial. Es fundamental que todas estas iniciativas se lleven a cabo dentro del marco legal en materia de privacidad. En concreto en la Unión Europea este marco es muy garantista, y cualquier aplicación de este tipo debe contar con el consentimiento informado de los ciudadanos”, apuntan.
Ricardo Martín Manjón , responsable global de Data en BBVA, y Juan Murillo Arias, miembro del equipo de Estrategia de Datos en BBVA.
Datos y colaboración
Los autores destacan también el valor de las iniciativas colaborativas surgidas desde el sector privado que están contribuyendo a encontrar soluciones conjuntas para mitigar los efectos de la pandemia, así como los llamamientos orientados a establecer colaboraciones y compartir datos entre entidades públicas y privadas “para conseguir una mejor visión sobre el grado de cumplimiento de las medidas excepcionales adoptadas”, y valorar así su efectividad en la lucha contra los contagios. “Por ejemplo, el dato procesado por las empresas de telecomunicaciones es capaz de describir flujos de movilidad, y permite pulsar el cumplimiento efectivo de las medidas de confinamiento, no a título individual, sino por zonas”, señalan.
“Desde las empresas continuamos recabando información en la prestación habitual de nuestros servicios por canales digitales, una fortaleza con la que garantizamos la continuidad de nuestra actividad y el servicio a nuestros clientes en este nuevo contexto. La información así generada, una vez debidamente anonimizada y agregada, es capaz de describir dinámicas que pueden ayudar a hacer una lectura de la situación día a día sin necesidad de emplear datos personales”, explican.
Como conclusión, los autores recuerdan que, una vez superada la pandemia, seguirán existiendo retos por delante, como la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para los que el uso compartido de datos también pueden ser de gran utilidad. “Si los datos financieros pueden contribuir a estas metas, desde BBVA seguiremos explorando estas vías como una forma más de cumplir nuestro propósito: poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era”, concluyen.