Los centros públicos asumen la mayor parte de la formación de alumnos cuyos entornos son menos favorables
Según el nuevo documento Esenciales, elaborados por la Fundación BBVA y el Ivie, la enseñanza privada atiende mayoritariamente a alumnos que cuentan con entornos socioeconómicos más favorables (el 65% de los alumnos) y muestra poca participación (el 8%) en la formación de alumnos cuyos entornos son desfavorables para la educación.
A menudo, las características socioeconómicas del entorno del alumnado condicionan su aprendizaje, el ritmo de avance en sus distintas etapas formativas y los resultados al finalizar el curso. Estas características, según el documento Esenciales, cambia dependiendo del centro o de la comunidad autónoma a la que pertenezca el alumno.
Por un lado, los centros públicos forman al 70% de los alumnos del sistema educativo español y los centros privados, ya sean concertados o no, el 30% restante. Esto se debe al perfil socioeconómico, lo que supone, por ejemplo, que en los centros públicos predominen alumnos procedentes de entornos medios (60%) y hasta un tercio de entornos menos favorables. Por el contrario, los centros privados recogen en su mayoría (65%) a alumnos procedentes de entornos más favorables, lo que supone que haya una representación muy baja (8%) de aquellos alumnos que viven en entornos desfavorables.
Por comunidades autónomas, la Fundación BBVA y el Ivie señalan que en las comunidades con mayores porcentajes de alumnos de entornos menos favorables (Andalucía, Canarias, Extremadura, Región de Murcia y Castilla-La Mancha), aumentan su presencia en los centros públicos. Navarra, Cataluña y Madrid destacan por ser unas de las comunidades más ricas y, en consecuencia, se convierten en las comunidades con mayor presencia de alumnos provenientes de entornos más favorables y en centros privados.
El alumno y sus condicionantes: la importancia del entorno
Los factores previamente descritos, ya sea el tipo de centro o la región en la que se estudia, llegan a ser muy relevantes para los resultados del alumno, tanto en términos de las competencias alcanzadas, como en el ritmo de avance en los estudios. Así, la puntuación PISA promedio en ciencias de un alumno que estudia en un centro de entorno más favorable supera con 67 puntos a otro más desfavorecido, lo que equivale a dos años de estudio. De esta forma, el alumno con un entorno menos favorable tardará más tiempo en adquirir los conocimientos, probablemente perderá algún curso, y tendrá un nivel más bajo de competencias al final de sus estudios obligatorios. Aun así, existen excepciones, que oscilan entre 37 puntos PISA (Castilla y León) y 94 (Canarias), lo que indica que, dependiendo de la región, el efecto del entorno socioeconómico puede moderarse, o agravarse.
Pero uno de los rasgos más negativos en el caso español es el elevado porcentaje de repetidores, más común en el conjunto de la OCDE, pese a que la mayoría de evaluaciones concluyen que repetir curso no mejora el rendimiento. La probabilidad de ser repetidor es mayor en los centros públicos y se multiplica por 5,5 entre los alumnos de entornos desfavorables. Teniendo en cuenta la composición del alumnado, el porcentaje de repetidores antes de los 15 años es mayor en los centros públicos (37,7%) que en los privados (17,1%), atendiendo, de nuevo, a las diferencias entre las regiones. En Andalucía, por ejemplo, las probabilidades de ser repetidor se multiplican por de 3,8 en los entornos desfavorables y en la Comunidad de Madrid aumentan 9,7 veces.
Pese a las evidentes diferencias socioeconómicas, el documento Esenciales subraya el deber de las políticas de igualdad de oportunidades educativas con un claro objetivo: apoyar a los alumnos que se enfrentan a mayores obstáculos derivados de su entorno y a los centros en los que estos se forman.