Libertad financiera: cómo sobrevivir durante el desempleo
Quedarse en paro es algo estresante a todos los niveles, sobre todo en el económico. Ante esta difícil situación conviene ponerse manos a la obra y armar un plan de acción para sobrevivir al desempleo sin perder la libertad financiera.
Lo fundamental, ante la pérdida de un trabajo, es mantener la cabeza fría y no dejarse llevar por el desánimo o el miedo. Estos son algunos de los pasos que pueden ayudar a superar esta etapa sin demasiados agobios económicos:
Ahorro=libertad financiera
Es hora de revisar bien las cuentas y ver cuánto dinero se tiene ahorrado. Ahora que se ha perdido la principal fuente de ingresos, lo ideal es contar con los suficientes ahorros en productos financieros líquidos, es decir, aquellos que pueden convertirse en dinero en efectivo a la mayor brevedad posible. El cómputo total de estos ahorros, divididos en función del número de meses en los que se puede vivir sin ingresos, es un indicador de la libertad financiera de cada persona. Lo ideal es que sea en torno a seis meses, un plazo razonable para encontrar otro trabajo.
Un presupuesto adaptado
Es necesario ajustarse a la nueva situación, por lo que habrá que desterrar, aunque sea temporalmente, algunos hábitos. El nuevo presupuesto mensual debe ser realista y contemplar los recursos con los que se cuente: ahorros, indemnización de la empresa, subsidio de desempleo… A partir de ahí, conviene eliminar los gastos superfluos: salidas de ocio, suscripciones a revistas o plataformas audiovisuales, comidas fuera de casa… No hay que tomárselo como un castigo o una situación irreversible, se trata de una situación temporal mientras se consigue un nuevo trabajo. De esta forma, se administra el dinero con el que se cuenta, se le da una vida más larga a los ahorros y se evita gastar de golpe los ingresos extraordinarios como, en el caso de que se tenga derecho a ella, la indemnización de la empresa por despido.
Fuera impulsos
El estrés que genera este tipo de situaciones puede llevar a malas decisiones financieras. En un principio, no se recomienda ni cambiar de casa, ni pedir préstamos… No hay que precipitarse, al fin y al cabo, si se cuenta con los ahorros suficientes para vivir durante una serie de meses, hay margen para revertir la situación. Otro error habitual sería empezar a cancelar seguros (de salud, del hogar…) sin prestar atención a las consecuencias que tendría para la economía personal el que ocurriera algo a lo que hubiera que hacer frente sin cobertura de ningún tipo.
Cuidado con las deudas
Si la situación de desempleo se alargara y no quedara más remedio, antes de pedir dinero prestado o hacer un uso irresponsable de la tarjeta de crédito, pueden buscarse otras opciones: quizá un trabajo temporal que, aunque no sea lo que se está buscando, pueda suponer una fuente de ingresos o la venta de algún bien cuyos beneficios puedan servir para sufragar los gastos que vayan llegando.
Mientras tanto, la búsqueda de empleo debe continuar. Encontrar el trabajo que uno busca, sin perder libertad financiera, es posible si se invierte tiempo y esfuerzo en conseguirlo. Una buena planificación de los ahorros, mantener la tranquilidad y no tomar decisiones económicas motivadas por el estrés y las prisas, son las claves para superar este bache y volver cuanto antes a la normalidad.