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Cambio climático Act. 10 sep 2018

Las renovables ganan terreno… salvo en España

La supervivencia del planeta es el tema donde, por definición, confluyen todos los intereses. Parece que por fin, después de algunas décadas perdidas y con algunas excepciones, las energías renovables están logrando aglutinar a políticos, empresarios y ciudadanos en torno a una misma causa.

Un repaso a los numerosos informes y artículos publicados recientemente muestra que, gracias a las energías renovables, las emisiones de CO2 están siendo controladas y se mantienen estables pese al crecimiento de la economía global y a la bajada de precios del petróleo.

Los pilares de este dato son las inversiones, especialmente por parte de China, que ha destinado 102.900 millones de dólares en 2015 frente a los 83.000 millones del año anterior, y de Estados Unidos, que ha aumentado su inversión de 38.300 a 44.100 millones de dólares en el mismo período.

Otros protagonistas del actual desarrollo de las renovables son los BRICS (siglas que corresponden a Brasil, Rusia, India, China, y Sudáfrica). Este grupo de países está invirtiendo en el despliegue de granjas eólicas, parques solares y en plantas de biocombustibles con una capacidad de más de un millón de litros según el informe sobre Energías Renovables 2016 publicado por REN21, la fuente más citada en el ámbito de las energías renovables.

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En 2015 el consumo de energías renovables ha descendido en España

El total de energía renovable pasó de 1.701 GW (GigaWats) en 2014 1.849 GW en 2015. Y, entre las renovables, las energías eólica, solar e hidráulica y la bioenergía han vuelto a liderar un crecimiento que ya asigna a las energías limpias un 23,7 % del total de la energía consumida a finales de 2015.

Criterios superpuestos

El sector de las renovables atraviesa un momento vibrante que condensa todos los ingredientes de una carrera que, salvo excepciones como la de España durante 2015, crece y se afianza en todas sus modalidades. Más que una carrera se puede hablar de una olimpíada, por la diversidad de disciplinas y por su carácter universal.

Se superponen criterios económicos, geográficos, políticos, medioambientales, empresariales y, también, ideológicos. Así, lo que entusiasma al ecologista desanima al inversor; lo que en España está prohibido en Estados Unidos  se subvenciona y lo que hasta ayer era una utopía hoy es una prioridad.

El desplome en España

"Hubo menos viento y menos lluvia que en 2014, pero, el año pasado, las fuentes de energía renovable -el viento, el agua, el sol, la biomasa- volvieron a ser las fuentes principales de electricidad en España. Hasta el 36,9% del total de los kilovatios que usó este país brotó de esas fuentes limpias de energía. Muy lejos, en segundo lugar, quedó la energía nuclear, que produjo (aparte de ciertos residuos milenarios) el 21,8% de la electricidad”, según recoge  informe del sistema eléctrico español 2015.

Esta cita hace referencia al mismo año 2015 que está considerado por casi todos los analistas, como el peor año para el desarrollo de las energías renovables en España. Cuestión de puntos de vista, pero casi ninguna fuente aprueba la última Ley de Energías Renovables que se aprobó en junio del pasado año.

Lo cierto es que en 2015 el consumo de energías renovables ha descendido como consecuencia de una serie de factores como la congelación de las inversiones durante los últimos cuatro años, la entrada en vigor de la ley de Energías Renovables y por los recortes a la energía fotovoltaica.

La unanimidad con que el empresariado del sector rechaza las últimas medidas y el contundente frenazo de las inversiones pinta un panorama delicado en España que, mientras tanto, afronta más de 20 arbitrajes en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias de Inversiones (Ciadi), la Cámara de Comercio de Estocolmo y Uncitral.

El incumplimiento de los compromisos de reducción costará a España el pago de multas, que Greenpeace valora en unos 100 millones de euros y, además, se deberán desembolsar varios cientos de millones adicionales para subvencionar la compra de derechos de emisión de CO2.

China y Estados Unidos, a la cabeza

Este desplome de las inversiones en España avala un pesimismo que contrasta con la pujanza del resto de países.

En regiones como Estados Unidos, China o Latinoamérica, tanto las inversiones como las ayudas, las tecnologías y la conciencia colectiva empiezan a generar la creencia de que la sociedad  está a tiempo de reemplazar las energías convencionales, como fósiles y petróleo, antes de que se extingan.

En efecto, la situación que atraviesan las energías renovables cambia radicalmente dependiendo de la región, del país, del momento y de la fuente de información que utilicemos. El desarrollo tecnológico, los contextos políticos y las necesidades y oportunidades de negocio fluctúan constante y bruscamente y, como los intereses son distintos y a menudo enfrentados, los análisis de situación cambian mucho dependiendo de hacia dónde se mire.

Los casi 148 nuevos gigavatios de fuentes limpias que empezaron a funcionar el pasado año equivalen a la potencia de todas las centrales eléctricas de cualquier tipo del continente africano entero. Y en términos económicos la cifra de inversión roza los 286.000 millones de dólares (algo más de 250.000 millones de euros), con China y Estados Unidos como principales impulsores del mercado renovable mundial, según la misma fuente de REN21.

Según dicho informe, Estados Unidos no está exento de altibajos y sufrió, durante 2014, una fuerte caída en inversiones en energía eólica debido a la inestabilidad climática. Pero la administración estadounidense contempla que cada estado regule su propia legislación y esta flexibilidad permite adecuar las leyes a la realidad de cada región.

Resumiendo, se puede decir que hay consenso en cuanto al descenso paulatino de la utilización de fuentes finitas y contaminantes y al aumento de energías limpias. También es evidente el abaratamiento paulatino de las tecnologías, lo que facilitará su desarrollo y alentará la inversión. Pero el aumento del consumo global de energías, que no se detendrá, obliga a no descuidar esta tendencia hacia las energías limpias.