Las pensiones europeas y sus reformas recientes
A la mayoría de nosotros nos preocupa el futuro. Del mismo modo, los estados intentan adelantarte a los cambios demográficos y adaptar sus estructuras e instituciones a las circunstancias. Como parte de este proceso, hemos asistido a una serie de reformas en los sistemas de pensiones europeos.
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En los últimos años, se ha observado un envejecimiento paulatino de las sociedades occidentales, en las que la natalidad se sitúa por debajo del ratio de reposición y la mortalidad cada vez es más tardía gracias a los adelantos médicos. Con este escenario demográfico, los gobiernos han de adaptar los sistemas de pensiones actuales para tener en cuenta el futuro.
Las pensiones patrias
El año pasado, se presentó la Reforma del Sistema de Pensiones. Encaminada a asegurar la sostenibilidad del sistema según el gobierno, modifica varios aspectos del sistema, entre ellos, que la cuantía de las pensiones ya no evolucionará con el Índice de Precios al Consumo, como venía sucediendo hasta entonces. La reforma también conllevó un aumento en la edad de jubilación, justificado una vez más por el incremento de la esperanza de vida que se estima para los próximos años. Debido a esto, la edad legal para jubilarse asciende de los 65 años actuales a los 67.
Este cambio se implantará de forma gradual. Si en 2013 nos podíamos jubilar con 65 años, en 2014 se podía con 65 años y dos meses, y así hasta llegar a los 67 años para los que se jubilen en 2027. También aumenta el número de años que hay que cotizar para cobrar el cien por cien de la pensión, que pasa a ser de 38 años y medio. Del mismo modo, se incrementa el periodo de tiempo de cálculo de la base de las cotizaciones de la Seguridad Social, situándose en 25 años.
Con el endurecimiento de los requisitos y el alargamiento de los plazos, combinado con la situación laboral que se ha producido a raíz de la crisis, da la sensación de que será difícil el que se pueda llegar a cobrar el 100% de la pensión pública.
Pensiones francesas
La cuestión del envejecimiento poblacional no es algo exclusivo de nuestro país. Nuestros vecinos del norte, los franceses, también se han visto abocados a realizar una modificación de su sistema de pensiones, aunque da la sensación de que ésta reforma ha sido más laxa que la realizada aquí. Básicamente, lo que se ha hecho es aumentar de 41 y medio a 43 el tiempo que se ha de cotizar para tener derecho a percibir la pensión completa. Eso sí, la edad mínima para cobrarla no ha sido modificada y permanece en 62 años.
Del mismo modo que en el caso español, la implantación de esta reforma se realizará de forma gradual durante los próximos años a razón de un trimestre cada tres años. Según el gobierno galo, con esta reforma se asegura el sistema de pensiones y se establece un sistema de acceso más acorde al aumento de la esperanza de vida.
Nuestro vecino portugués
Ya a finales de 2013, el gobierno portugués planteó una rebaja de las pensiones en un 10% para todas aquellas prestaciones que superaran los 600 euros. En la misma reforma, el ejecutivo luso también insistió en la necesidad de reducir el número de prejubilaciones que se venían produciendo en el país.
Si bien da la sensación de que se trata de recortes agresivos, hay que tener en cuenta que Portugal fue un país rescatado y que se haya bajo estrecha vigilancia tanto por parte de la Unión Europea como del Fondo Monetario Internacional. En cualquier caso, aún con estos recortes, el gobierno portugués no da por asegurado el sistema de pensiones luso.
La opción alemana
En el caso de Alemania, la reforma de las pensiones ha ido en sentido contrario. El gobierno germano, en su última reforma, permitió jubilarse con 63 años a todos aquellos trabajadores que tuvieran 45 años cotizados. También se incrementaron las pensiones más bajas. Aunque pueda parecer que Alemania nada contra corriente en cuestión de pensiones, hay que tener en cuenta que durante el gobierno de Gerhard Schröder ya se subió la edad de jubilación a los 67 años, de modo que esto constituye una forma de compensar, según el actual ejecutivo alemán, a los que han trabajado y cotizado durante décadas.