“Las nuevas generaciones están exigiendo soluciones ya”
Recientemente nombrado copresidente del Comité Directivo de UNEP FI, la alianza de Naciones Unidas para el sector financiero creada en 1992 para promover las finanzas sostenibles, Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA, tiene una apretada agenda a la vuelta del verano. En rojo en el calendario, aparece Nueva York el próximo 22 de septiembre, donde BBVA -una de las entidades fundadoras- firmará los principios de banca responsable de las Naciones Unidas.
Antoni Ballabriga es licenciado en Administración y Dirección de Empresas y MBA por ESADE. Ha realizado estudios de postgrado sobre estrategia y responsabilidad social corporativa en la Harvard Business School. Es presidente del grupo de trabajo sobre finanzas sostenibles de la Federación Europea Bancaria (EBF, por sus siglas en inglés) y First Fellow del Aspen Institute en EEUU. En España, ha ocupado las presidencias de SpainSIF (Foro Español de Inversión Socialmente Responsable) y DIRSE (asociación española de directivos de RSE).
Reporta directamente al Consejo de Administración del banco y afirma que su misión es “asegurar que el banco sitúa de forma sistemática a las personas en el centro de los procesos de decisión”.
Pregunta: Desastres climáticos, calentamiento global, contaminación del aire y de nuestros océanos, imparables movimientos migratorios, desigualdad... Parece que ahora sí, la sociedad se ha despertado con la sensación de que no hay marcha atrás frente a los retos globales que enfrentamos… ¿estará a la altura el sector privado? ¿y el sector financiero?
Respuesta: Deberá estarlo. Nunca antes nos habíamos enfrentado a un cambio de estas dimensiones. Es la reflexión que tenemos que hacer todas las industrias, todas las empresas. La ciudadanía la está haciendo y el sector financiero tiene que asumir su responsabilidad y adoptar una mentalidad diferente.
En ese sentido, estamos viendo que los inversores se interesan cada vez más por el desempeño de las empresas en sostenibilidad. Basta recordar las cartas anuales de BlackRock, en las que se apunta la necesidad de que las compañías se orienten a largo plazo a la transición hacia las finanzas sostenibles y la lucha contra la emergencia climática.
Además hay que repetir una y otra vez, que desde el punto de vista empresarial, la sostenibilidad es rentable. Los datos así lo avalan. Según el Global Sustainable Investment Review de 2018, la inversión sostenible ha crecido hasta la cifra de 30 billones de dólares en enero de 2018.
"El gran cambio vendrá cuando se incorpore la sostenibilidad en soluciones para los clientes".
En cualquier caso, el cambio mayúsculo no vendrá porque las entidades financieras estemos financiando grandes compañías o facilitando emisiones de bonos verdes o sociales. El gran cambio vendrá cuando se incorpore la sostenibilidad en soluciones para los clientes, tanto para las grandes empresas, como para los particulares y las pymes. Las nuevas generaciones están exigiendo soluciones ya.
P: ¿Crees que las finanzas sostenibles van a ganar peso progresivamente en la estrategia de las entidades?
R: Así es. Es el momento de que el sector privado, en nuestro caso el sector financiero, dé un definitivo paso adelante. La agenda global implica a los Estados y a las empresas. Al sector financiero y por supuesto a las sociedades en su conjunto. Lo que dice el Acuerdo de París en su artículo 2 es que “el sector financiero, en concreto, debería regular los flujos de una manera conducente a un mundo más sostenible”.
Además, según la Network for Greening the Financial System (NFGS) -una red que engloba a bancos centrales y supervisores-, el cambio climático es una fuente de riesgo financiero”, por lo que los reguladores lo están incorporando dentro de sus mandatos. Nadie podrá sentirse sorprendido. La Comisión Europea ya ha emitido un mandato a la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) para que evalúe cómo los bancos van a abordar este reto. El Banco Central Europeo ya ha anunciado que habrá un test de estrés vinculado a la emergencia climática.
P: Hace unas semanas se clausuraba el tercer EduFin Summit en Madrid. ¿Qué balance podemos hacer?
R: Esta edición ha sido la de la consolidación del EduFin Summit como el evento de referencia internacional en temas de educación financiera. Una edición celebrada en Madrid y que ha contado con la participación del presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, que demuestra el compromiso al más alto nivel de la entidad en esta materia.
Durante dos días, los participantes han compartido sus experiencias y conocimientos en torno a la digitalización y la educación financiera como impulsores en la generación de oportunidades para todos. Han asistido 250 invitados de hasta 21 países. Reconocidos expertos internacionales, investigadores y organismos representados como la OCDE, el Banco de España, la Federación Europea de Banca, CAF Banco de Desarrollo de América Latina, etc.
P: ¿Y qué está haciendo BBVA en temas de educación financiera?
R: Desde 2008 a 2018, los programas de educación financiera de BBVA en todo el mundo han beneficiado a más de 13 millones de personas. Todo ello bajo un Plan Global de Educación Financiera que cuenta con tres ejes fundamentales: (1) impulsar la inclusión financiera responsable para los colectivos más desfavorecidos; (2) integrar la educación financiera en las soluciones digitales para nuestros clientes; y (3) promover alianzas en la materia y llevar esta tema a la agenda global. El Edufin Summit es una buena muestra de ello.
P: Parece que se están dando pasos pedagógicos importantes en la catalogación de las finanzas sostenibles. ¿Dónde estamos actualmente en el caso de la taxonomía de la UE?
R: La Comisión Europea lanzó en 2018 un Plan de Acción en Finanzas Sostenibles con el objetivo de alinear las políticas públicas y los mercados de capital para reorientar los flujos de capital hacia el desarrollo sostenible. El pasado 18 de junio de 2019 el grupo de expertos publicó su primer informe sobre la taxonomía y el estándar de bonos verdes y su informe intermedio sobre índices de referencia.
Queda mucho por hacer, pero nuestra valoración inicial es claramente positiva. Destacaría la propuesta inclusiva de definir como sostenibles, no solo las actividades que cumplen ya los objetivos de una economía neutra en carbono, sino también aquellas que pueden contribuir a esa transición. También me parece importante que no califique a las compañías como verdes o sostenibles, sino que se centre exclusivamente en las actividades.
Los retos aparecerán en la implementación de la taxonomía. Mientras que la información no financiera sobre esta emergencia climática no sea obligatoria para las empresas, no va a ser nada fácil que los bancos, los inversores y las aseguradoras puedan utilizarla para la gestión de los riesgos climatológicos.
P: ¿Cuáles serán las implicaciones para los bancos?
R: La taxonomía es como un diccionario que permite definir qué actividades son sostenibles. Su uso no va a ser obligatorio para los bancos, pero es cierto que va a ser el diccionario de referencia que se va a utilizar para informar al mercado, a los inversores y a los supervisores sobre la actividad de finanzas sostenibles desarrollada.
Para facilitar su implementación voluntaria hemos iniciado en UNEP FI (Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente) y la Federación Europea Bancaria el proyecto de una guía para ayudar a los bancos a aplicar la taxonomía y así poder disponer de unos criterios comunes para toda la industria. Una guía que esperamos publicar en el primer semestre de 2020.
P: Y además están los Principios de Banca Responsable que se firmarán en septiembre en Nueva York.
R: BBVA fue uno de los bancos fundacionales de los Principios de Banca Responsable de Naciones Unidas. Anunciamos nuestra adhesión en noviembre del año pasado junto a casi 30 bancos más y a día de hoy ya se han unido un total de 124 bancos. Se trata del primer marco de referencia global que define el papel y las responsabilidades del sector para un futuro sostenible.
"Los Principios (de Banca Responsable) definen el modo de hacer banca que queremos".
Los principios beben de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y del Acuerdo de París para el Clima, pero también giran en torno a las ideas de ‘compromiso, impacto, clientes, grupos de interés, gobernanza y fijación de objetivos y transparencia y responsabilidad’. Estos principios definen el modo de hacer banca que queremos. Resulta clave el compromiso al que se obligan los signatarios y es que firmar los principios supone una gran responsabilidad para los bancos que se sumen porque, entre otras cosas, implica desarrollar soluciones para los clientes, fijarse objetivos y medir cómo los estamos cumpliendo.
P: ¿Qué balance haces del Compromiso 2025 anunciado el año pasado por BBVA?
R: El balance es muy positivo. Nuestro objetivo es movilizar 100.000 millones de euros en 8 años entre 2018 y 2025, para luchar contra la emergencia climática y ayudar al desarrollo sostenible. El año pasado ya movilizamos 11.800 millones de euros. En el primer semestre de 2019 hemos alcanzado los 10.000 millones, lo que supone un 50% más que en el mismo período del año anterior, por lo que estamos acelerando el ritmo.
En el mercado mayorista, hemos consolidado nuestro liderazgo en la colocación de bonos, así como en la concesión de préstamos corporativos sostenibles. Hemos seguido innovando con nuevas soluciones que contribuyen al desarrollo de un completo portafolio. También hemos creado un marco de productos transaccionales alineado con los ODS, que permite ofrecer soluciones muy diversas como el crédito proveedor, factoring, letras de crédito, renting, leasing…
P: ¿También para el cliente minorista?
R: Hemos avanzado en soluciones sostenibles para el cliente particular como nuestro nuevo crédito promotor sostenible; así como el crédito verde para vehículos eléctricos e híbridos lanzados recientemente.
Nuestra aspiración es que todos los productos para nuestros clientes tengan su correspondiente solución sostenible. No solo para grandes empresas e instituciones, sino también para pymes y particulares. Un objetivo que esperamos alcanzar en 2020 para nuestros principales productos en España.
P: La Business Roundtable ha anunciado este verano, que sus empresas se comprometen a tratar de manera justa y ética a proveedores; invertir en los empleados; apoyar a las comunidades; y a generar valor a largo plazo para los accionistas. Por primera vez, priorizan y benefician a todos los stakeholders, no sólo a los accionistas. ¿Qué valoración hace de esta declaración?
R: Valoramos muy positivamente esta carta firmada por los CEOs de las más grandes compañías estadounidenses. Es muy necesaria y bienvenida pero hay que pasar de la declaración a la acción. En ese sentido, se echan de menos algunos elementos muy concretos y se ha desaprovechado una buena oportunidad para incorporarlos. Uno enlaza con la idea de acompañar a los clientes empresariales y particulares en la búsqueda y (en el caso de los bancos la financiación) de soluciones sostenibles. El otro punto que echo de menos tiene que ver con aprovechar la capacidad que tienen las grandes compañías para impulsar los cambios sistémicos que contribuyan a generar oportunidades para todos.