Las matemáticas, una profesión de futuro
Serguéi Brin, cofundador de Google junto a Larry Page, supo ver en la World Wide Web lo que nadie más había visto: una serie de fórmulas matemáticas que, combinadas entre sí, te llevan a cualquier punto de la red. Casi veinte años más tarde, resulta difícil imaginarse cómo sería nuestra vida si Brin no se hubiese licenciado en matemáticas.
Desde entonces, los avances tecnológicos se han ido sucediendo y, con ellos, nació la cultura del Big Data. El análisis y procesamiento de datos a gran escala se ha vuelto fundamental para las empresas. El estudio del comportamiento online de los clientes actuales y potenciales se ha convertido en un valor clave y, en muchos casos, una ventaja competitiva.
Las matemáticas están presentes, además, en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, de los que no somos conscientes. En palabras de Francisco González, presidente de la Fundación BBVA, durante la ceremonia de entrega de los premios que esta institución concede en colaboración con la Real Sociedad Matemática Española, “sin las matemáticas no es posible ni siquiera formular adecuadamente las preguntas más fundamentales, desde el origen del universo al funcionamiento del cerebro o del mercado”.
En el campo de la medicina, por ejemplo, la neurociencia se apoya en las matemáticas para esclarecer los procesos del cerebro relacionados con el trastorno bipolar, a través de mecanismos que explican lo que ocurre durante los brotes de esta enfermedad. Se están desarrollando también modelos matemáticos para conocer mejor los procesos neurodegenerativos que afectan a la memoria.
Además, las teorías matemáticas han permitido mejorar el procesamiento de imágenes y vídeo. Estas nuevas técnicas tienen un impacto directo en áreas tan importantes como la astronomía o la investigación criminal. Incluso las películas de Pixar, Disney o DreamWorks deben parte de su éxito a los logros científicos y técnicos llevados a cabo por matemáticos en el campo de la animación. En este vídeo puede verse cómo se recrea el movimiento del mar en largometrajes como Piratas del Caribe.
Competencias clave: el mercado laboral busca matemáticos e ingenieros
Por estos motivos, la demanda laboral de licenciados (o graduados) en carreras STEM (acrónimo inglés de Science, Technology, Engineering, Mathematics) no para de crecer. Según un estudio publicado a petición del Comité de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo, se espera que en los próximos diez años se creen unos siete millones de puestos de trabajo en estas áreas. Sin embargo, el informe señala que la desigualdad de género en estas carreras (las mujeres solo representan un 24%) y la desinformación que existe en torno a las salidas profesionales dificultan que se cubra la demanda de personas con estas competencias clave.
A raíz de esta situación, tanto instituciones privadas como gubernamentales intentan incentivar el estudio y la investigación en estas áreas. El Instituto Clay de Matemáticas, por ejemplo, busca a científicos capaces de resolver los siete Problemas del Milenio. El premio, un millón de dólares por problema resuelto.
En la Unión Europea, varios países han puesto en marcha programas para atraer a los jóvenes hacia estas profesiones de futuro. Entre ellos, destacan un mayor incremento de los acuerdos entre las empresas y las universidades y la inclusión de más proyectos prácticos en el plan de estudio.
Estudios con futuro: Matemáticas y Estadística
En España, según la EPA de 2014, los sectores de estudios de Matemáticas y Estadística presentaron las tasas de empleo más elevadas. Sin embargo, tan solo un 1% de los universitarios estudia alguna carrera científica, tecnológica, de ingeniería o matemáticas, según Randstad. Incluso en los años más duros de la crisis económica, la tasa de desempleo en estos sectores ha sido muy baja.
A muchos nos cuesta recordar cómo era la vida antes de Google: en qué terminaban las discusiones si no había posibilidad de recurrir al omnipresente buscador. Sin duda, Google abrió las puertas del futuro. Un futuro que no existiría sin las matemáticas.