Las claves de la regulación financiera en 2023
Tras un 2022 marcado por los avances en el marco de Basilea III, la regulación post-COVID o los primeros test de estrés climáticos de la banca europea, 2023 se perfila como un año clave en materia de regulación digital. Así, el marco regulatorio de los criptoactivos y el euro digital serán dos de los grandes temas que marquen la agenda en los próximos meses. Además, se espera que se finalice la regulación de Basilea III, que se continúe avanzando en el ámbito de la sostenibilidad y que en Europa se presenten propuestas para mejorar el marco de gestión de crisis.
Santiago Fernández de Lis, responsable de regulación de BBVA, anticipa las claves de la regulación bancaria y financiera en el año que acaba de comenzar.
Cripto activos (aprobación de MiCA en la Unión Europea)
Uno de los principales focos regulatorios del año será la aprobación del reglamento conocido como MiCA (por las siglas en inglés de Market in Crypto Assets). El texto legal está en proceso de cierre, solo pendiente de la aprobación en el pleno del Europarlamento, algo que se prevé para la primera mitad de 2023. La normativa se empezaría a aplicar en 2024. “Valoramos MiCA muy positivamente. Es el primer paso para dar certidumbre regulatoria en los servicios relacionados con criptos”, señala Santiago Fernández de Lis. El experto considera que tener un marco regulatorio para los criptoactivos permitirá definir unas reglas de juego claras para todas aquellas empresas que quieran ofrecer estos servicios, incluidos los bancos. Todo ello favorecerá la protección de los consumidores y reducirá el riesgo de fraudes.
El euro digital, en fase de realización
En el ámbito de las finanzas digitales, uno de los temas que más atención genera en Europa es el llamado ‘Euro digital’, o la moneda virtual que prevé emitir el Banco Central Europeo. Este organismo inició en octubre de 2021 un proceso de investigación de 2 años sobre una posible CBDC (por las siglas en inglés de Central Bank Digital Currency) para pagos minoristas. En 2022, el BCE publicó informes donde detallaba distintas opciones de diseño para el desarrollo de esta moneda digital y la Comisión Europea (CE) abrió una consulta sobre este tema. Precisamente, en base a esta consulta la CE presentará una propuesta legislativa en el segundo trimestre de 2023. Esta propuesta será la base legal para el proyecto del ‘Euro digital’ del BCE. Es previsible que el banco central decida hacia final de 2023 sobre el comienzo de una “fase de realización” de dicha moneda. Al respecto, Fernández de Lis subraya que “es importante que el diseño del euro digital aporte un valor añadido sobre los esquemas de pagos existentes y no genere riesgos de estabilidad financiera”.
Open finance y la revisión de PSD2 en Europa
La aprobación de la directiva de Servicios de Pago europea, más conocida como PSD2 por las siglas en inglés de Payment Services Directive 2, fue un hito regulatorio en 2015. En 2023, esta Directiva de Servicios de Pago será revisada por los organismos europeos. En esta revisión se podrían abordar nuevos servicios de pago (por ejemplo, los monederos electrónicos) o la obligación de nuevos requisitos de protección del cliente y transparencia. “En nuestra opinión, PSD2 ha funcionado en general bien en cuanto a la protección del consumidor, así que la revisión debería centrarse en la regulación de productos y servicios que a día de hoy están fuera de su alcance, para evitar lagunas regulatorias”, indica.
Adicionalmente, la Comisión Europa también propondrá en el segundo trimestre de este año una nueva legislación de 'open finance', con el objetivo de promover la compartición de datos en el sector financiero más allá del acceso a datos de pagos, que ya se reguló en PSD2. Sobre este tema, explica que “es importante tener en cuenta esa experiencia previa y no cometer los mismos errores. Un marco desarrollado por el mercado, con incentivos adecuados para todos los jugadores, permitiría el desarrollo de servicios avanzados que se adapten mejor a las necesidades reales de los usuarios”.
La regulación de las grandes plataformas
En los últimos años, la entrada de nuevos jugadores en el sector financiero ('fintechs' y 'bigtechs') ha generado asimetrías en el marco de regulación y supervisión, ya que estas plataformas no están sometidas a las mismas normas y controles que las entidades financieras. “Siempre hemos defendido que la misma actividad que genere el mismo tipo de riesgo, debe estar sometida a la misma regulación. En general, la regulación bancaria tiende a estar basada en entidades, es decir, se aplica por el hecho de ser un banco y otros actores sin embargo sólo están sujetos, en el mejor de los casos, a regulaciones específicas por actividad, incluso si combinan múltiples actividades significativas”, explica Fernández de Lis. Por este motivo, desde BBVA, consideran que es necesario avanzar en un terreno de juego más equitativo.
En opinión de Fernández de Lis, el debate sobre la regulación de estos nuevos jugadores en 2023 debería estar enfocado en dos aspectos. Por un lado, reducir la diferencia a nivel de supervisión, ya que aunque algunas regulaciones sean las mismas, los bancos tienen un supervisor muy potente - el BCE- que se encarga de asegurar que la regulación se cumple, y otras entidades no lo tienen. Por otro lado, se debe avanzar en el diseño de nuevas estructuras regulatorias para aquellos jugadores no bancarios que, por su tamaño y combinación de actividades, requieren algún tipo de regulación y supervisión a nivel consolidado”. Por último, más allá de la regulación financiera, este año será clave para la implementación de la nueva regulación europea de Mercados Digitales, que va a asegurar condiciones de competencia más justas con las grandes plataformas digitales.
La transposición europea de Basilea III
En 2022, se produjeron algunos avances relacionados con Basilea III, sin embargo, será en 2023 cuando se finalice la transposición europea de esta normativa. Lo más relevante que queda pendiente es la armonización del uso de los modelos internos que los bancos usan para la estimación de los riesgos de los distintos activos para el cálculo de los requisitos de capital. “En general es una regulación razonable, aunque quedan por pulir algunos aspectos que esperamos se aborden el los llamados “trílogos” entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo”, afirma el experto en regulación.
Los múltiples ángulos de la regulación sostenible
En los últimos años, la regulación ha evolucionado a medida que las finanzas sostenibles ganaban terreno. En opinión del experto en regulación de BBVA la gran asignatura pendiente en este campo es la coordinación entre los distintos organismos reguladores. “Hay muchos organismos interaccionando al mismo tiempo y quizá hace falta más orden y coordinación”, indica Fernández de Lis. Además, desde su punto de vista, una de las claves de la regulación de las finanzas sostenibles es que se tenga en cuenta su impacto sobre el riesgo. “Cualquier cosa que haga tiene que ser a través de la gestión de riesgos. Lo que estamos diciendo con los requisitos de capital es que no se impongan obligaciones a los bancos que no vayan a través de los análisis de riesgos”, añade.
El desafío de una gestión de crisis bancarias europea
La crisis financiera internacional propició la creación del marco de resolución europeo como uno de los pilares de la unión bancaria, para poder hacer frente a los problemas de los bancos de forma homogénea en Europa. Hasta ahora la gestión de crisis bancarias ha sido muy fragmentada y nacional. “De ahí que la Comisión esté trabajando en la reforma del marco, que se espera se publique en 2023, de manera que la gestión de las crisis bancarias tienda a ser más homogénea y se base en normas comunitarias, como corresponde a un mercado integrado”, asegura Santiago Fernández de Lis.