Las Celdas: un inquietante recorrido por la vida de Louise Bourgeois
El Museo Guggenheim de Bilbao inaugura Louise Bourgeois. Estructuras de la existencia: las Celdas, patrocinada por la Fundación BBVA. La muestra, abierta al público hasta el 4 de septiembre, ofrece un recorrido por 28 microcosmos que permiten asomarse al inquietante mundo interior de una de las grandes artistas del siglo XX.
Objetos cotidianos cargados de simbología -agujas, hilos y tapices en memoria de su madre-, muebles, espejos y esculturas, incluso un ascensor o la escalera de su estudio de Brooklyn, son los elementos que utiliza Louise Bourgeois para exorcizar sus demonios mostrándolos al mundo en las Celdas, un conjunto de instalaciones realizadas por la artista francoamericana a lo largo dos décadas de su vida.
Izda: Celda (La última subida), 2008. Collection National Gallery of Canada, Ottawa. Foto: Christopher Burke. © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid. Dcha: Celda XXVI, 2003 (detalle). Collection Gemeentemuseum Den Haag, La Haya. Foto: Christopher Burke. © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid.
Pequeñas habitaciones llenas de miedo y dolor
Algunas Celdas son meras cajas y otras, pequeñas habitaciones en las que el espectador puede entrar, pero para Bourgeois todas tienen el mismo propósito: contar su historia, mostrar el dolor y el miedo. Se trata de un mecanismo para olvidar y perdonar la traición y el abandono de los que fue víctima. Estas escenas teatrales están impregnadas de “dolor físico, emocional y psicológico, mental e intelectual”, en palabras de la propia artista.
Nacida en París el día de Navidad de 1911, Louise Bourgeois pasó buena parte de su infancia en el taller de restauración de tapices de sus padres. Tras la muerte de su madre en 1932, comenzó su carrera artística que se prolongó durante casi un siglo, hasta su muerte en Nueva York en 2010.
De niña, se vio involucrada en una historia de traiciones y deslealtades protagonizada por sus propios padres. El padre de Louise engañaba a su madre con la niñera de la familia, Sadie, que vivió con ellos durante casi una década. Además, la joven Louise no sólo se vio obligada a cuidar de su madre durante una grave y prolongada enfermedad, sino que tuvo que ayudarla a ocultar ante su padre cómo iba empeorando.
Habitación Roja (Padres), 1994 (detalle). Colección particular, cortesía Hauser & Wirth. Foto: Maximilian Geuter. © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid.
La exposición del Museo Guggenheim, organizada en colaboración con el museo Haus der Kunst de Múnich, es la primera que se consagra específicamente a la serie Celdas, y presenta el mayor número de estas instalaciones que se han podido contemplar en público hasta el momento. Además, las Celdas I a VI se exhiben juntas por primera vez desde que, en 1991, se mostraron en el Museo Carnegie de Pittsburg. Durante los preparativos de aquella muestra surgió el término “cell” como título para esta serie. Bourgeois lo utilizaba refiriéndose a los distintos significados de la palabra en inglés: la célula, estructura básica de cualquier organismo vivo, y la celda de una prisión o monasterio.