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La solidez de la cadena de suministro, un factor clave de las empresas para superar la COVID-19

La cadena de suministro o abastecimiento es el conjunto de elementos que permiten a las empresas llevar a cabo el desarrollo de un producto o servicio con el fin de satisfacer las necesidades del cliente final. La crisis de la COVID-19 ha puesto a prueba la resistencia y la adaptabilidad de estos sistemas fundamentales de las empresas, acelerando la urgencia de tomar medidas para que sean más resilientes y fuertes ante posibles futuras amenazas.

Fotografía de Banca transaccional

Con motivo de la pandemia y la consecuente crisis sanitaria, las cadenas de suministro de todas las empresas en los diferentes sectores han sufrido un impacto que ha podido ser mayor o menor en función de su solidez y que, por lo tanto, ha podido generar mayores o menores dificultades a la compañía a la hora de realizar su actividad más ‘core’.

Existen diferentes factores que pueden reforzar o debilitar la cadena de suministro de las empresas. Si la compañía depende de un único país como proveedor, o si cuenta con un reducido número de proveedores, la dependencia que se genera es tal que, en el caso de que el país o ese pequeño grupo de proveedores no pueda atender las necesidades de la empresa, se genera un efecto dominó en toda su cadena de suministro. Además, hay que tener en cuenta que un porcentaje muy elevado de las empresas que integran las cadenas de suministro son pymes, empresas que probablemente han sufrido los peores efectos de la pandemia. Por el contrario, las empresas que tienen capacidad para externalizar la producción a terceros en países cercanos a su país (lo que se conoce como ‘nearshoring’), minimizan el impacto logístico y la cadena de suministro sufre menos.

Lo mismo ocurre con las empresas con un elevado nivel de digitalización. Sin duda, la pandemia ha constituido un punto de inflexión. Las empresas que no estaban digitalizadas se han visto obligadas a hacerlo, lo que ha fortalecido no solo su cadena de suministro sino también su cadena de valor. Las soluciones digitales de cobros y pagos se han intensificado, un hecho que se ha visto reflejado en la relación con los proveedores y también con el cliente final, cuyos hábitos de consumo han cambiado significativamente y ahora demanda compras más digitales y más sostenibles.

La digitalización por lo tanto se ha convertido en un aspecto imprescindible en cada una de las piezas que componen la cadena de valor de los negocios y las empresas capaces de desarrollar modelos de negocio digitales integrales tendrán una ventaja competitiva estratégica.

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Cadenas de suministro sostenibles

Realizar una revisión estratégica de los factores mencionados es fundamental para asegurar la solidez de las cadenas de suministros, pero además existen medidas del día a día de la tesorería de la empresa que pueden ayudar a que estos sistemas sean más resilientes y a fortalecer los modelos de negocio de manera holística.

Las líneas de ‘supply chain finance’ permiten a la empresa gestionar los pagos a sus proveedores, y ofrecen al acreedor la posibilidad de cobrar de forma anticipada a la fecha de vencimiento. Y, además, se trata de un instrumento de financiación que puede alinearse con las estrategias de sostenibilidad de las empresas ya que es un producto que puede ser categorizado como social, verde o sostenible.

La pandemia ha elevado la tasa de quiebra de las pymes y se ha producido un incremento de la demanda de soluciones para ayudar a estos pequeños negocios que forman parte de las cadenas de suministro de otros mayores. Como consecuencia, la demanda de producto social, en forma de herramientas puestas al alcance de las grandes corporaciones para que ellos a su vez facilitasen el acceso a financiación a sus proveedores, también se ha incrementado.

Hay que tener presente también que las grandes corporaciones cada vez tienen más foco en la sostenibilidad: definen sus propias estrategias de sostenibilidad y sus objetivos, cuentan con equipos internos especializados y realizan auditorías ESG de las cadenas de suministro que apoyen los objetivos marcados. En esta línea, BBVA pone a disposición de sus clientes el ‘sustainability-linked SCF’ como una herramienta a través de la cual se ofrece un incentivo real y material a los proveedores, para que sean más sostenibles y puedan ayudar a las grandes corporaciones a cumplir sus objetivos.