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“La regulación determinará la evolución de la innovación en el sector bancario”

Los cambios tecnológicos ofrecen infinitas posibilidades para el sistema financiero y para sus clientes. Estas nuevas posibilidades implican dinámicas competitivas que han de ser consideradas por la regulación. Por ello, Eduardo Arbizu, director de Relaciones con Supervisores, Regulación y Cumplimiento de BBVA, considera que “la regulación determinará la evolución de la innovación en el sector bancario”.

En un seminario organizado recientemente por la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, Eduardo Arbizu se centró en las “nuevas tecnologías y actividad financiera”. Al respecto, explicó que la actividad bancaria ha sido históricamente pionera en el uso de la innovación y la tecnología para mejorar la accesibilidad y calidad de sus productos y servicios, en beneficio de los clientes.

Esta capacidad de innovación se ha demostrado tanto en la banca on line de los 90 y se ha acelerado con la banca móvil, “cuyo crecimiento está siendo  imparable”, señaló.

La transformación que está viviendo la economía en esta era de digitalización y datificación es profunda, duradera e inevitable”, aseguró. Asimismo, apuntó que este intenso cambio influye en el comportamiento de los consumidores, marcado por accesibilidad y la inmediatez, y en las dinámicas competitivas, donde han surgido “rompedores del statu quo que pretenden desplazar a los operadores tradicionales haciendo inviable su modelo de negocio”.

Entre los nuevos competidores mencionó, por una parte, las  conocidas como ‘fintech’ que, aunque han tenido un gran éxito, están siendo menos disruptivas de lo esperado.  Eduardo Arbizu explicó que los bancos han reaccionado adaptando su oferta digital y alcanzando acuerdos con fintech y que los clientes siguen considerando al sector bancario un proveedor de confianza. Por otra parte, han entrado en juego las ‘BigTech’, principalmente las GAFAs procedentes de EEUU (Google, Amazon, Facebook y Apple), pero también los BAT (Baidu, Alibaba y Tencent), procedentes de China. Estas empresas podrían suponer una disrupción mayor, ya que operan en sus propios ecosistemas digitales y tienen acceso a grandes ‘sets de datos que combinan para enlazar sus múltiples servicios alrededor de cada consumidor.

No obstante, en opinión de Arbizu, las entidades financieras tienen la oportunidad de aprovechar las posibilidades del cambio tecnológico para adaptar su oferta a las expectativas de los clientes y trasladarles todas las oportunidades que la tecnología ofrece.

Necesidad de renovar la regulación

Ante este nuevo panorama, es oportuno repensar la regulación sectorial siguiendo el principio de misma actividad, mismos riesgos, misma regulación, enfatizó Arbizu.

En este sentido, es necesario que la transición a un mundo bancario digital preserve la estabilidad financiera. Asimismo, el directivo ha pedido que la digitalización redunde en la mejora de la accesibilidad a los productos financieros y no dañe la competencia efectiva  y equilibrada. También se refirió a la importancia de que no represente un riesgo cierto de lesión de derechos fundamentales como la intimidad, ni tampoco a los intereses generales de desarrollo económico.

En definitiva, en su opinión, es crucial conseguir una regulación más proactiva, más actualizada, más armonizada y transversal, que proteja la libre competencia y tenga una visión de conjunto a largo plazo.