“La privacidad nunca debe ser el precio a pagar por un servicio”
El consejero delegado y futuro presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, ha destacado que “la privacidad nunca debe ser el precio a pagar por un servicio”. En el IX Encuentro Financiero organizado por el diario Expansión y KPMG, ha explicado que las nuevas regulaciones de protección y uso de datos (GDPR y PSD2) en Europa van en la buena dirección, aunque reclamó un terreno de juego equitativo para la banca y el resto de sectores.
Carlos Torres Vila ha sido entrevistado en un panel sobre ‘la sostenibilidad del modelo de negocio bancario: seguridad, privacidad y cumplimiento’, por Salvador Arancibia, periodista de Expansión. El consejero delegado de BBVA opina que las nuevas regulaciones de protección y uso de datos (GDPR, PSD2) van en “una dirección buena” para proporcionar a los clientes mejores soluciones, anticipar problemas, hacer mejores recomendaciones y, en definitiva, darles mayor valor añadido.
En esa línea, recordó que “los datos son del cliente y, para utilizarlos, se tiene que contar con su consentimiento”. De hecho, apuntó que “la privacidad nunca debe ser el precio a pagar por un servicio" y todavía “hay recorrido de mejora” para hacer la regulación compatible con el acceso a los servicios. En relación a la normativa de servicios de pago PSD2, reclamó un terreno de juego equitativo para que existan las mismas facilidades en el acceso a los datos para los bancos que para el resto de sectores. Los bancos abren el acceso a la información de los clientes y “ese mismo flujo de información debería existir en otras industrias”.
Preguntado por si cambiarán las prioridades de BBVA cuando se estrene como presidente, previsiblemente el 1 de enero de 2019, afirmó que el relevo dará “continuidad absoluta” a la estrategia. Gracias a una visión anticipada hace más de una década, “en BBVA hemos sido pioneros en anticiparnos a los cambios que venían”, explicó. Ahora, en su opinión, “los resultados que tenemos, tanto interna como externamente, nos confirman que estamos en la buena dirección”.
Asimismo, desveló que “no habrá sorpresas” en el nombramiento del próximo consejero delegado que le releve en el puesto, pues será “alguien de la casa”. En este sentido, afirmó que “tenemos un equipo con enorme talento”.
Salvador Arancibia, periodista de Expansión, y Carlos Torres Vila, consejero delegado de BBVA
La tecnología y los datos permiten “cosas inimaginables”
El futuro presidente de BBVA considera que la tecnología y el uso de los datos “hacen posible cosas que eran inimaginables hasta hace poco”. Y de ahí que el propósito de BBVA sea, “poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era, es decir, que la tecnología y los datos nos ayuden a que las personas y las empresas cumplan con sus objetivos vitales o sus objetivos de negocio”. Es ahí donde Carlos Torres Vila ve el valor añadido que puede ofrecer BBVA como asesor financiero y donde reside “la gran oportunidad de ayudar a nuestros clientes de una manera más profunda a tomar mejores decisiones”.
También subrayó que “la confianza es la base del negocio bancario”. Por ello, considera crucial crear “un círculo de la confianza”, en el que los bancos obtienen el consentimiento para usar los datos de los clientes y, al extraer conclusiones y ofrecer recomendaciones útiles en la toma de decisiones de los clientes, esa confianza va en aumento.
Un vistazo a los emergentes y a España
Carlos Torres Vila también se refirió a las perspectivas en algunos mercados emergentes donde el banco está presente. En primer lugar, recordó que “BBVA es un grupo diversificado” y “estamos acostumbrados a gestionar situaciones difíciles”. La diversificación del Grupo BBVA, el modelo de gestión de filiales autosuficientes con políticas de riesgo comunes y las coberturas del tipo de cambio, hacen resistentes ante este tipo de escenarios de volatilidad. A continuación, se refirió a las “políticas restrictivas” en Turquía y Argentina, para corregir los desequilibrios en ambas economías.
Con respecto a España, recordó que “la fragmentación política y las tensiones que tenemos, por ejemplo, en Cataluña, generan incertidumbre”. Asimismo, el consejero delegado explicó que es muy importante conseguir que, en un mundo donde la digitalización tiene implicaciones directas en la educación, “España tiene que ser más competitiva”. Por último, mencionó los desequilibrios existentes en la economía española, como el déficit público, el elevado paro y la temporalidad de los empleos; y los retos a largo plazo, como la digitalización, la globalización y la tasa de ahorro, porque este último es “una fuente de estabilidad financiera”.