La ONU en su 75 aniversario: el futuro pasa por el medioambiente
La Organización de las Naciones Unidas cumple 75 años este 24 de octubre de 2020. Fundada tras la II Guerra Mundial como garante de la paz y el progreso de la humanidad, su actividad sigue muy vigente. Hoy, entre los problemas más urgentes que se ha propuesto atajar están el cambio climático y sus consecuencias ambientales, sociales y económicas.
El mundo cambió tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y sucumbió de nuevo a la barbarie en un segundo conflicto mundial entre 1939 y 1945. No podía volver a suceder. El siglo XX, el siglo del progreso tecnológico, médico y urbano había entrado en un momento de incertidumbre debido a las dos guerras mundiales. De los escombros surgió la unión y el acuerdo de las naciones para trabajar en pro de la paz y el progreso, con el fin de cuidar el futuro de la humanidad. Se hizo a través de la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo origen se remonta a 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, con la Declaración de las Naciones Unidas.
Posteriormente, 50 países, entre los que se encontraban Estados Unidos, la Unión Soviética, Francia, Reino Unido y China (los 50 habían participado del bando aliado en contra del eje Berlín-Roma-Tokio) firmaron la declaración en la Convención de San Francisco en junio de 1945. Pero fue más tarde, el 24 de octubre, con la firma de Polonia, cuando se creó oficialmente la ONU.
En su discurso de clausura de la convención de San Francisco, el presidente estadounidense, Harry Truman pronunció unas palabras que indicaban el camino a seguir por la nueva organización internacional: "La Carta de las Naciones Unidas que acabáis de firmar es una base sólida sobre la cual podremos crear un mundo mejor. La historia os honrará por ello”.
Desde entonces, la ONU ha cumplido un papel primordial a la hora de agrupar a los diferentes países miembros para articular acciones alrededor del mundo. Con la creación de las agencias y los diferentes programas, la ONU ha apoyado actividades de muy diversas índoles. Es el caso de UNICEF, creada en 1946, con la que se planteó la importancia de la infancia y se estimuló la erradicación del trabajo infantil y la desnutrición. Con ACNUR, desde 1950, ayuda a los desplazados por conflictos armados. En noviembre de 1945 se creó la UNESCO, que trabaja en el mantenimiento de la cultura y el patrimonio mundial. Y desde 1992 UNEP FI, una alianza entre Naciones Unidas y el sector privado, en concreto el financiero, para convertir la sostenibilidad en un aspecto esencial dentro de las estrategias de negocio de dichas entidades.
La ONU, el vigilante del medioambiente
Como sucedió en 1945, la ONU se encuentra en la actualidad ante un desafío que definirá el futuro de las próximas generaciones: el combate contra el cambio climático. La preocupación no es reciente y viene ocupando la agenda de la organización desde 1972, año en que se celebró la primera cumbre sobre medioambiente en la ciudad sueca de Estocolmo. Aunque entonces los avisos eran tenues, ya se presentaron las primeras evidencias científicas en asuntos medioambientales como la disminución de la capa de ozono, el aumento de temperaturas y la degradación de los bosques. Dos años después, en 1974, se estableció el 5 de junio como el día del medioambiente.
Una de las fechas decisivas en las negociaciones internacionales sobre cuestiones de medioambiente y desarrollo se produjo en 1992, en la ciudad de Río de Janeiro, donde 172 gobiernos aprobaron grandes acuerdos para desarrollar una actividad futura sobre cuestiones medioambientales. Allí se sentaron las bases para una asociación de países desarrollados y en vías de desarrollo, con el fin de trabajar conjuntamente por unas necesidades comunes y en favor de la sostenibilidad.
Las investigaciones científicas sobre deforestación, el aumento del nivel del mar o las temperaturas precisaban de compromisos más fuertes. Así, la ONU instó a un encuentro en Kyoto en 1995, cuyo famoso protocolo fue ratificado en 1997 por 83 países (hoy son 192). Su firma "compromete a los países industrializados y economías en transición a limitar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de acuerdo con los objetivos individuales acordados". El objetivo de Kyoto es que el modelo energético basado en combustibles fósiles altamente contaminantes sea sustituido por un plan de transición a energías limpias.
Desde 1997, la ONU ha iniciado varios programas para actualizar su compromiso con el medioambiente. En 2015 se estableció el Acuerdo de París, cuyo principal compromiso acordado fue limitar en los próximos años el aumento de la temperatura en 2º C respecto a la era preindustrial. También se establecieron los 17 Objetivos de Desarrollo Sotenible (ODS) para el 2030, entre los que se incluye una serie de tareas globales para acabar con la pobreza, poner fin al hambre en el mundo, garantizar la igualdad y favorecer a un crecimiento sostenible e inclusivo, entre otros. El reto principal de estos objetivos tras cinco años de existencia es que los países afronten con realismo los grandes desafíos de la humanidad y que se garanticen las mismas oportunidades para todas las personas, sin poner en riesgo la sostenibilidad del planeta.
BBVA acelera su estrategia sostenible en el primer aniversario de los Principios de Banca Responsable
Hace un año, 130 bancos de todo el mundo firmaron el acuerdo global en materia de sostenibilidad más ambicioso hasta la fecha para la industria bancaria: los Principios de Banca Responsable. Unos principios que comprometen a las entidades firmantes a alinear sus acciones con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por la ONU y con el Acuerdo Climático de París. En este primer aniversario, BBVA -una de las 30 entidades fundadoras- ha acelerado su compromiso con la sostenibilidad hasta convertirla en 2020 en una de sus prioridades estratégicas.
A estos objetivos tan vitales para el futuro del planeta se han sumado gobiernos y también el mundo empresarial. Entre las organizaciones, también los bancos, ya que la movilización de recursos y fondos y la propia financiación de proyectos sostenibles es vital para llevar a cabo los objetivos. BBVA ha transformado su estrategia para combatir el cambio climático y contribuir al desarrollo sostenible. El banco se ha comprometido a movilizar 100.000 millones de euros en financiación de proyectos que contribuyan a frenar el cambio climático, el emprendimiento social, la inclusión financiera y conseguir el cumplimiento de los ODS en el periodo 2018-2025. Esta inversión se enmarca en el 'Compromiso 2025' del banco en favor de préstamos sostenibles, que ya han alcanzado la cifra de 40.000 millones, y la emisión de bonos verdes y sociales.