La nueva educación

Hace tres años Jordi Llonch vivía en Viena y era piloto en una línea comercial. Hoy vive en Barcelona, ha abandonado el mundo aeronáutico y es el CEO de Sharing Academy, la plataforma colaborativa de clases particulares entre estudiantes universitarios.

La idea de crear una plataforma que permite a los alumnos encontrar y ofrecer clases particulares entre compañeros de la misma carrera se le ocurrió al emprendedor catalán de 31 años cuando comenzó a compaginar su trabajo de piloto con los estudios de ingeniería multimedia. “No conseguía sacar adelante una asignatura y me desesperé. No tenía tiempo para ir a mirar el tablón de anuncios de las universidades y tampoco conseguía contactar online con gente que me pudiese explicar bien la materia”.

¿Quién mejor que un compañero que ha sufrido y ha pasado por lo mismo para ayudarte?

Llonch utilizó el trabajo de fin de grado para definir la plataforma en la que los universitarios se convierten en profesores para ayudar a otros alumnos. “¿Quién mejor que un compañero que ha sufrido y ha pasado por lo mismo para ayudarte?”, afirma Llonch que explica que en Sharing Academy se verifican las identidades y las notas académicas de los que quieren dar las clases e incide en la importancia de poder contactar con alguien de tu misma universidad para que te explique alguna asignatura imposible.

Su plataforma, que recibió uno de los cinco premios del informe Top 100 Innovaciones Educativas 2016 elaborado por Fundación Telefónica, ha sido utilizada en su año y medio de vida por 6.500 alumnos en 53 universidades.

La idea exitosa de este expiloto es una muestra de cómo la innovación está revolucionando la educación en la sociedad digital. Y no sólo está cambiando para los estudiantes.

‘Mentoring’ y ‘design thinking’

La estadounidense Janet Gless presentó otro proyecto disruptivo que pretende paliar la alta tasa de abandono de los profesores -que en Estados Unidos es cercana al 50% en el entorno rural-. Ha desarrollado un modelo de mentoring para que los profesores estén acompañados desde el primer día de clase.

New Teacher Center es un programa que forma a los mentores y que se apoya en el Design Thinking y en datos de todo tipo - asistencia, bajas, análisis de horarios, notas, incidencias…-   Un modelo basado en datos y evidencias y que crea estándares cuando algo funciona.

Es necesario fomentar la creatividad

“Evaluamos qué necesitan los profesores, que pueden hablar con los especialistas en un contexto seguro y hacemos un seguimiento gracias a los datos, algo que es clave”, destaca Gless que añade que los estudiantes también se benefician del programa de mentoring- puesto en marcha en 34 estados norteamericanos y que alcanza a casi 1,5 millones de alumnos-  pues suelen sacar mejores notas con profesores motivados.

Design Thinking es también la apuesta de otro de los proyectos premiados, K12LabNetwork, para motivar a estudiantes y profesores. Un modelo desarrollado por d.school, el instituto de diseño de las universidades de Stanford.

“Fomentamos la empatía, queremos acortar el tiempo de mejora en los colegios y también que se implanten ideas a través de las experiencias. Es necesario fomentar la creatividad”, explica el representante del proyecto Ariel Raz.

El estadounidense cuenta cómo en diferentes colegios norteamericanos han conseguido convencer a directores para que sigan todo el día a un alumno y así puedan ponerse en su piel y conocer por primera vez “la experiencia de usuario”.

Llevar el movimiento maker a las aulas para que los alumnos creen prototipos con sus propias manos o programas para fomentar la robótica y la programación como el que ha desarrollado Google y Ayuda en Acción que luchan para reducir la brecha digital y de género son otros de los ejemplos de cómo se están replanteando los modelos educativos. Un sector que también ve cómo la tecnología sacude sus cimientos.

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