La lucha contra el cáncer cerebral más común y letal
Un equipo de científicos crea unas nanopartículas que penetran el glioblastoma multiforme y transportan fármacos al interior de las células malignas.
La técnica, desarrollada por un equipo de científicos gallegos especializados en Biomedicina del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas de la Universidad de Santiago de Compostela (CIMUS), está dirigida a mejorar la situación de los enfermos con glioblastoma multiforme (GBM), el tumor cerebral más común y letal, cuya tasa de supervivencia a los cinco años es menos del 5%.
Este proyecto apoyado por la Fundación BBVA, y dirigido por el doctor Marcos García Fuentes, con la colaboración del Instituto de Salud Carlos III y la Universidad de Nottingham, desarrolla nanopartículas capaces de penetrar los tumores cerebrales y transportar fármacos genéticos al interior de las células cancerígenas. La técnica se ensayó con éxito en ratones y los resultados se han publicado en la revista científica ‘Advanced Therapeutics’.
La utilización de medicamentos capaces de silenciar genes causantes de tumores tiene un enorme potencial para el desarrollo de terapias específicas, personalizadas y efectivas en el tratamiento del cáncer. Sin embargo, estos medicamentos genéticos todavía no tienen una aplicación amplia debido a sus grandes problemas de estabilidad y transporte en el cuerpo. Por ejemplo, se sabe que cuando una célula se expone a secuencias de fármacos genéticos, menos de una de cada cien de dichas secuencias terapéuticas conseguirá llegar al interior de célula para ejercer su acción. Este complejo camino al interior celular es debido a que los medicamentos genéticos son internalizados a través de vesículas digestivas que degradan su contenido.
Nuevos materiales para encontrar la solución
Ahora, el equipo dirigido por el doctor García Fuentes ha ensayado el uso de nuevos nanomateriales, denominados polifosfacenos, como vehículos capaces de mejorar el transporte de los medicamentos genéticos contra el cáncer. El estudio de estos materiales ha permitido identificar un derivado que no solo reduce significativamente la toxicidad de los tratamientos, sino que mejora su transporte al interior de las células y su penetración.
El objetivo de este nuevo tratamiento es que se realice como complemento a la cirugía de extirpación y al mismo tiempo que la quimioterapia para conseguir que las células tumorales no se reproduzcan. “La idea es implantarla directamente en el cerebro, por ejemplo, aprovechando la extirpación, porque la vía intravenosa es muy complicada y tiene menos probabilidades de éxito. Las pruebas con ratones han dado resultados muy buenos, consiguiendo que los ratones a los que solo se les daba quimioterapia acabaran con tumores el doble de grandes que los que se trataban con quimioterapia y nanopartículas”, señala García Fuentes.
Apostando por proyectos vitales
Este proyecto que lucha contra el glioblastoma ha recibido una Ayuda de equipos de Investigación en Biomedicina de la Fundación BBVA para perfeccionar la tecnología que luchará contra el tumor e intentar abrir una clínica para aplicar el tratamiento. “La ayuda de la Fundación BBVA ha sido muy importante para nosotros, ya que somos un laboratorio pequeño y sin esa financiación no lo hubiésemos podido llevarla a cabo. Nos ha permitido seguir una línea de investigación en la frontera del conocimiento y aplicar esta terapia génica, además de darnos más visibilidad tratándose de una ayuda muy competitiva y destinada a la investigación de excelencia”, señala el investigador García Fuentes.
El apoyo a la investigación científica es una de las prioridades fundamentales de la Fundación BBVA desde hace casi dos décadas, dentro de su dedicada apuesta por la generación de conocimiento de frontera. Desde 2014, este objetivo se canaliza a través de dos tipos de convocatorias competitivas: las Becas Leonardo, ayudas individuales destinadas a investigaciones y creadores culturales en el estadio intermedio de su carrera, y las Ayudas a Equipos, cuyo fin es impulsar la investigación básica, aplicada en áreas de alto interés social, como la Biomedicina, la Ecología y Biología de la Conservación, el Big Data y las Humanidades Digitales.