La inclusión financiera en México y sus componentes clave
Una de las prioridades del gobierno de México ha sido el incentivar la inclusión financiera. Por esta razón, ha desarrollado iniciativas que la fomenten, así como investigaciones que ayuden a comprender las guías del comportamiento y la evolución de la inclusión financiera en el país. Uno de estos mecanismos es la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF).
En su edición 2018 esta encuesta considera cuatro componentes principales para establecer la ruta de lo que se define como inclusión financiera. Estos son: el acceso a la infraestructura bancaria, el uso de los productos y servicios, la protección al usuario y la educación financiera.
La ENIF 2018 define a la inclusión financiera como el “acceso y uso de servicios financieros formales bajo una regulación apropiada que garantice esquemas de protección al consumidor y promueva la educación financiera”. El acceso corresponde a la penetración que el sistema financiero provee en cuanto a infraestructura disponible para ofrecer servicios y productos bancarios a la población.
Cuando se habla de infraestructura del sistema financiero las primeras ideas que surgen son las sucursales, los cajeros automáticos, las terminales punto de venta (TPV) y los corresponsales. Sin embargo, es necesario ampliar los conceptos, ya que con el uso de la tecnología y la digitalización es más factible llegar al 100% del territorio nacional. Actualmente, BBVA en México tiene un alcance con la infraestructura tradicional que llega al 96% de la población adulta, en el 67% de los municipios del país, teniendo como compromiso llegar al 100% a través de la infraestructura digital.
Es necesario ampliar los conceptos, ya que con el uso de la tecnología y la digitalización es más factible llegar al 100% de todo el territorio
Precisamente, la importancia del mundo digital es el tema principal de la próxima EduFin Summit, a celebrarse los días 11 y 12 de julio en Madrid, España. Bajo el título “Digitalización y educación financiera, una nueva era para crear oportunidades” el evento reunirá a expertos del sector, que presentarán estadísticas, experiencias y tendencias en la materia. Se podrá seguir a través de internet.
Los productos de mayor uso
El uso de los productos y servicios financieros se refiere a la contratación de uno o más de ellos de la oferta existente en el mercado y a la frecuencia de uso de los mismos. El 68% de la población encuestada, entre 18 y 70 años de edad, cuenta con al menos un producto o servicio financiero y el 45% de la población cuenta con dos o más productos contratados. El principal producto utilizado es una cuenta de cheques o ahorro, seguido por el ahorro para el retiro. El uso de créditos ocupa la tercera posición y finalmente el de seguros.
Al tomar en cuenta el ciclo productivo tradicional de las personas existe cierta lógica en el uso de los productos bancarios ya que, en general, el primer acercamiento al sistema financiero se da a través de las cuentas de ahorro que los padres pueden contratar para sus hijos o en mayor medida a la contratación de la cuenta al iniciar la vida laboral. A través de la contratación formal de las personas, éstas son incorporadas a los sistemas de ahorro para el retiro; por ello, tiene sentido que sean el segundo producto contratado.
Al sumar experiencia laboral y edad, se presentan nuevas necesidades y oportunidades para las personas, por lo que se inicia la utilización de los créditos para poder obtener bienes de consumo duradero, como muebles, automóviles e inmuebles, sin olvidar el uso de la tarjeta de crédito como un medio para obtener financiamiento en el corto plazo y aprovechar promociones y descuentos en tiendas. Llama la atención el hecho de que la contratación de seguros para hacer frente a algún imprevisto se encuentre en la última posición.
En materia de protección al consumidor, la Comisión Nacional Para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) tiene una participación destacada, ya que uno de sus objetivos es supervisar y regular a las instituciones financieras, contribuyendo al sano desarrollo del sistema, orientando a los usuarios y fomentando la transparencia en la utilización de los productos y servicios financieros.
Finalmente, la educación financiera juega un papel fundamental en todo momento, ya que participa en todo el proceso, desde el manejo y planeación de las finanzas personales, hasta el conocimiento y comparación de la oferta existente de los productos y servicios financieros en el mercado. En este ámbito, los programas del grupo BBVA han superado los 13 millones de participantes desde su inicio en el año de 2018.
Sin duda, la inclusión financiera es un tema prioritario del gobierno federal, de las instituciones financieras, empresas privadas y de la población en general, donde el trabajo y la colaboración en conjunto permitirán hacer llegar a más personas el acceso a la infraestructura financiera, para que de manera informada se contraten y utilicen los servicios por toda la población que así lo requiera.