El valor de la Inclusión Financiera
Existe un amplio consenso respecto al objetivo de ampliar la participación de los agentes económicos en el sistema financiero. Diferentes estudios han encontrado que una mayor inclusión financiera incrementa el bienestar de la población, reduce la probabilidad de caer en pobreza, aumenta la productividad y genera un impacto positivo relevante en la macroeconomía del país. En por todas estas razones que las agendas globales de la política económica vienen recomendando intensivamente la implementación de medidas que ayuden a profundizar la inclusión financiera de los países.
La inclusión financiera puede ser aproximada a partir de la medición de las acciones que ayuden a maximizar el uso y acceso al sistema financiero, mientras minimiza aquellas barreras que la obstaculizan; esto último entendido como una proxy de la calidad de los servicios financieros. Típicas barreras que complican la calidad del servicio financiero, -y por tanto el uso y acceso- son los costes del servicio, la falta de confianza, el requerimiento excesivo de documentación y aspectos geográficos.
Tomando estos aspectos, BBVA Research viene midiendo durante los últimos años los avances en la inclusión financiera a través del Índice Multidimensional de Inclusión Financiera (MIFI, por sus siglas en inglés) que permite realizar una comparativa mundial para cerca de 140 países, incluyendo el Perú. Esta metodología que toma en cuenta las tres dimensiones mencionadas de uso, acceso y barreras, mide 18 variables homogéneas para todas las geografías. Con los datos más recientes, encuentra que Israel lidera el ranking global, seguido de Corea del Sur, Canadá y Brasil.
Concentrándonos en Latinoamérica, Brasil, Chile y Colombia - en ese orden- lideran la región. La fortaleza de la región, representada por estos tres países, destaca por los fuertes avances en la dimensión de acceso a los servicios financieros, donde el modelo de agentes corresponsales ha jugado un papel central permitiendo que la interacción entre esquemas de externalización de servicios, conveniencia y tecnologías inclusivas como la telefonía celular, ayuden a expandir los servicios financieros a un colectivo amplio de la población. Sin embargo, los grandes limitantes se reflejan en la dimensión de barreras, donde estas geografías muestran sus mayores debilidades, en particular en lo relacionado a lo que percibe la población en términos de coste y confianza.
Focalizándonos en Perú, observamos que ocupa el lugar 68 en el ranking, habiendo experimentado una mejora de 11 puestos respecto a la medición previa del 2011. En Latinoamérica se posiciona en la octava ubicación.
Las mejoras observadas en Perú responden en gran medida a la implementación del modelo de agentes corresponsales que ha permitido que la dimensión de acceso sea el principal pilar en su modelo de inclusión financiera. Sin embargo, esta fortaleza contrasta radicalmente con lo que registra la medición de la dimensión de barreras donde Perú se ubica entre los países con mayores rezagos en el mundo. Este factor se constituye en una señal para los reguladores y hacedores de política económica con el fin de ir afinando acciones a futuro.
El caso peruano
El Perú figura entre los países con inclusión financiera mediana, con 49.28 puntos, muy cerca de la categoría de inclusión financiera alta (50- 74 puntos) y de los 50.94 que registran en promedio los países de ingreso medio alto. En febrero pasado se puso en marcha la billetera electrónica (BIM), sistema con el que se espera beneficiar a cerca de cinco millones de peruanos de menores recursos hasta 2021. Estas personas tienen ahora la posibilidad de realizar transacciones financieras mediante un teléfono móvil o celular, sin necesidad de emplear efectivo y ahorrando el tiempo de traslado hacia puntos de atención físicos.
Se trata de un avance importante en inclusión financiera que deberá ser evaluado en detalle más adelante con mayores datos estadísticos. No obstante, la población no incluida en el sistema financiero todavía percibe obstáculos para acceder y usar servicios financieros formales. Con un enfoque multidimensional que pone en evidencia los puntos débiles del lado de la demanda, BBVA Research ha identificado un punto de acción fundamental para reducir las barreras y obstáculos en el país: la educación financiera. Expandir la educación financiera, se ha convertido en una necesidad para optimizar la participación de más peruanos en el sistema financiero.