La Fundación Moisés Bertoni, premiada por su desarrollo equilibrado e integrado
En el límite entre el Paraguay y Brasil se encuentra un tesoro de la naturaleza. Se trata de la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, la primera en ser nombrada por la Unesco con esta categoría en Paraguay y un ejemplo de conservación y diversidad biológica. A poco más de 300 kilómetros de Asunción, se puede disfrutar de un espacio natural que cuenta con dos de los ecosistemas de gran prioridad de conservación a nivel mundial: el Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAPA) y el Cerrado.
Amenazada durante mucho tiempo por la deforestación, es gracias a la Fundación Moisés Bertoni de Paraguay que esta joya del bosque subtropical se ha convertido uno de los ecosistemas en mejor estado de conservación del país. Esta labor ha sido reconocida por la Fundación BBVA con el premio a la Conservación de la Biodiversidad, que ha querido poner en valor el modelo de gestión de esta iniciativa, y su implicación con la educación de mujeres y el turismo sostenible. El jurado de la Fundación BBVA ha destacado “el carácter innovador del proyecto y su apuesta por la integración y capacitación de las comunidades locales, promoviendo especialmente la participación de las mujeres en la conservación de la biodiversidad”.
La Fundación Moisés Bertoni nació en 1988 con el objetivo de contribuir a la conservación y al desarrollo sostenible de los recursos naturales del país. Tal y como cuenta Yan Esperanza, director ejecutivo de la Fundación, “la institución comienza como una iniciativa de un grupo de personas del sector privado que, preocupados porque una propiedad de bosques muy grande (57.000 ha.) estaba a punto de ser vendida para una operación agrícola-ganadera, crea la fundación con el objetivo de desarrollar una campaña internacional para recaudar fondos, adquirir la propiedad y conseguir a través de un proyecto de ley que se declare como la primera reserva privada de Paraguay”.
En 1991 se crea por ley la figura de esta reserva privada y a partir de ahí la fundación fue creando un modelo de gestión que tiene varias aristas. Primero, había que asegurar que la reserva no pueda ser vendida, alquilada o parcelada. Segundo, se aseguró la sostenibilidad financiera a través de la venta de créditos de carbono, y tercero se han convertido en articuladores de diversas iniciativas con todos los agentes sociales implicados.
La Fundación Moisés Bertoni nació en 1988 con el objetivo de contribuir a la conservación y al desarrollo sostenible de los recursos naturales del país.
La Fundación desarrolla diferentes empresas sociales, destinadas tanto a la generación de recursos como a dar respuesta a problemas socio-ambientales. Una de las más curiosas es quizás el procesamiento de sangre vacuna que es, en principio, un residuo contaminante. “Nosotros lo que hacemos es procesar esa sangre y convertirla en plasma y hemoglobina, que es la materia prima que se usa en el balanceados para no rumiantes; después se exporta”, explica Yan Esperanza. “La Fundación, al ser propietaria de esta empresa, recibe dividendos que se invierten totalmente en el programa de la reserva”.
La Fundación tiene también un hotel que busca desarrollar el turismo sostenible en todo el territorio de la Reserva de Biósfera del Bosque Mbaracayú. Sirve por un lado para generar turistas que visiten y aprecien ese lugar de manera controlada, promoviendo la importancia de la conservación de los recursos naturales, y por otro los recursos que genera el hotel se vuelven a invertir en la reserva y en toda la operativa. Además dentro de la reserva se promueven prácticas amigables con el medio ambiente y se realizan actividades de turismo de naturaleza como senderismo, canotaje, visita al imponente Salto Karapá, entre otras.
Vista de una parta de la Reserva del Mbaracayú.
Otra de las líneas de trabajo que poseen es el procesamiento de yerba mate bajo monte, planta nativa del Paraguay, que se cultiva en forma comercial. Con este emprendimiento tratan de generar un incentivo para los pequeños productores campesinos y mantener su pequeña propiedad en el bosque, que es donde se planta la yerba.
Tal y como afirma el director ejecutivo de la Fundación, “de esta manera, se promueve la conservación a través de un mecanismo de producción sostenible y construcción de una cadena de valor y mercado justo que les genera a los pequeños productores una posibilidad de ingreso económico diferenciado”.
"Tenemos que trabajar fuera de la reserva porque nuestro principal enemigo es la pobreza, la falta de oportunidades, la ausencia del Estado"
La planta de procesamiento de yerba mate bajo monte, planta nativa del Paraguay.
La Fundación BBVA ha destacado en su premio el trabajo por promover la educación y la participación de las mujeres, algo que desde los inicios ha sido una de las grandes ocupaciones del personal que trabaja en el Mbaracayú. “Nos dimos cuenta desde hace mucho tiempo que, si nuestro trabajo es preservar la perpetuidad, tenemos que trabajar fuera de la reserva porque nuestro principal enemigo es la pobreza, la falta de oportunidades, la ausencia del Estado. Entonces, empezamos a desarrollar toda una estrategia de trabajar en el entorno y con el entorno”.
Es por ello que en 2009 se creó el Centro Educativo Mbaracayú, un colegio técnico en Ciencias Ambientales y Desarrollo Sostenible, que ofrece educación de calidad para mujeres adolescentes aledañas a la zona de influencia de la reserva.
Yan Esperanza explica que solo aceptan mujeres en este colegio debido a las grandes tasas de abandono escolar, sobre todo en las zonas rurales, y que afecta especialmente a las niñas. Además se basaron en una serie de estudios que demuestran que las mujeres, cuando se empoderan económicamente, son un factor de cambio dentro de las comunidades.
Aproximadamente 40 mujeres se gradúan por año. Entre 2009 y 2017 se han graduado 250 estudiantes de escasos recursos procedentes de comunidades campesinas e indígenas obteniendo el título en bachiller técnico en Ciencias Ambientales.
Entre 2009 y 2017 se han graduado 250 estudiantes procedentes de comunidades campesinas e indígenas en el Centro Educativo Mbaracayú.
Para Yan Experanza, parte del premio concedido por la Fundación BBVA tiene que ver con la integración de todos los elementos que confluyen en esta iniciativa. “Hoy día, la conservación no tiene que ser vista como un espacio cerrado con muchos guardias donde tenemos que evitar que la gente se acerque. La conservación tiene que ser entendida como una parte integrante de un modelo más amplio de desarrollo, por lo que un espacio de conservación debe integrarse a la comunidad.”
Para el gerente de la Fundación Moisés Bertoni es fundamental entender que el desarrollo sostenible implica la creación de valor en lo económico, social y ambiental con una responsabilidad intergeneracional. Buscando siempre la innovación a la hora de integrar todos los elementos.
Premios de la Fundación BBVA
La protección de la naturaleza es una prioridad constante para la Fundación BBVA, que promueve tanto el conocimiento en ecología y biología de la conservación como las acciones conservacionistas fundamentadas en la evidencia científica, y también la indispensable sensibilización de la sociedad en este campo.
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La Reserva Natural del Bosque Mbaracayú
Cuenta con 64.405 hectáreas y es representativa de dos ecosistemas de gran prioridad de conservación: el Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAPA) y el Cerrado.
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Bosque Mbaracayú
Vista Áerea del Bosque Mbaracayú
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Lagunas, ríos, arroyos y nacientes de agua forman parte del paisaje
En la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú se identifican varias comunidades naturales que incluyen diferentes lagunas, esteros, ríos, arroyos, saltos y nacientes de agua.
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Leguminosa con gotas de rocío
Leguminosa con gotas de rocío al amanecer Reserva Natural del Bosque Mbaracayú.
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El Salto Karapá
En el noreste de la reserva se encuentran los 40 metros del Salto Karapá que impone a quien lo visita.