La Fundación BBVA entrega los Premios de Investigación Sociedad Científica Informática de España
Coches sin conductor que se comportan como bandadas de pájaros, un 'software' para interpretar partituras del Renacimiento, análisis de las emociones que expresan los usuarios de las redes sociales y herramientas para mejorar el aprendizaje de las personas. Esta es solo una parte de los trabajos impulsados por los ganadores de la nueva edición de los Premios de Investigación Sociedad Científica Informática de España (SCIE)-Fundación BBVA.
La Fundación BBVA ha recibido a los galardonados en una ceremonia de entrega que contó con la participación de Francisco González, presidente de la fundación, y Antonio Bahamonde, presidente de la SCIE. El presidente de la Fundación BBVA, que ha recordado los inicios de su carrera como programador informático, quiso destacar su fascinación ante la innovación tecnológica: “La sociedad devuelve a la comunidad científica nuevos retos. Entre los de más relieve están los de salvaguardar la seguridad de la información y los sistemas, regular de manera eficaz la privacidad, evitar los efectos indeseados de algunas prácticas emergentes en las redes sociales, preservando su enorme potencia”. Además, González puso sobre la mesa “el desafío monumental de dotar a las máquinas inteligentes de un mapa de valores, un GPS ético que oriente en el uso de la Inteligencia Artificial”.
Por su parte, Antonio Bahamonde resaltó el papel fundamental de la educación en la formación de los estudiantes en habilidades tecnológicas y reclamó una asignatura de informática desde la Educación Primaria “para que todos tengamos una formación que permita afrontar los retos, que despeje los miedos y que fomente el espíritu crítico sobre una tecnología que va a cambiar nuestras vidas de una manera tan profunda”.
Los premios están compuestos por dos modalidades: una categoría para jóvenes informáticos, que distingue los trabajos doctorales más innovadores y relevantes, y un segundo premio que reconoce las trayectorias más destacadas en esta área.
Todo avance tiene un principio
El galardón Jóvenes Investigadores Informáticos distingue los trabajos doctorales más innovadores y relevantes de informáticos menores de 30 años que realizan investigación de alta calidad en España. Reconoce la “creatividad, originalidad y excelencia” de los jóvenes doctores, según se explica en las bases. Cada uno de los premios concedidos en esta categoría está dotado por 5.000 euros.
Entre los ganadores de esta edición se encuentra Jorge Calvo, investigador en la Universidad Politécnica de Valencia, por su trabajo en reconocimiento óptico de música, mediante técnicas de inteligencia artificial. Este 'software' permite que un ordenador aprenda e interprete cuáles son las notas musicales y su significado.
Damián Roca, investigador en la Universidad Politécnica de Cataluña ha sido otro de los premiados por un estudio del sistema de organización de una bandada de pájaros: evitar colisiones, volar cerca de los demás y seguir la misma velocidad y dirección. Combinando conceptos de biología e ingeniería, Roca Marí ha conseguido simular la organización de grandes flotas de coches autónomos creando un nuevo concepto, el ‘hierachical merging behaviour’, basado en aplicar las reglas de organización de las bandadas de pájaros con una jerarquía.
El resto de ganadores han sido Daniel Peralta, por una aplicación capaz de identificar huellas dactilares para optimizar las etapas iniciales del desarrollo de nuevos fármacos; Raúl Mur, que centró su máster en mapas tridimensionales de nuestro entorno y ahora trabaja para Facebook Reality Labs; José Antonio Ruiperez, por desarrollar una herramienta que nos enseña y reconstruye el aprendizaje; y David Vilares, que busca la forma de comprender las emociones expresadas en la web, como las críticas y alabanzas a un producto.
Un legado de futuro
Los Premios Nacionales de Informática son concedidos para reconocer la labor de investigadores, entidades públicas y privadas en el área de la informática.
Vicent Botti, catedrático e investigador en la Universidad Politécnica de Valencia, ha sido uno de los premiados en esta edición por sus logros en tres décadas de trabajo en Inteligencia Artificial. Uno de sus objetivos, es averiguar cómo modelar el miedo a las pérdidas en la toma de decisiones económicas. De esta manera, se puede analizar el comportamiento de los vendedores en distintos tipos de mercados, descubrir cómo pueden influir determinados eventos sobre ellos e incluso llevar a cabo simulaciones en gestiones de crisis. A parte del sector económico, estas técnicas tienen aplicaciones en diversas áreas, como la gestión de emergencias, la atención sanitaria o los videojuegos.
Ramón Doallo, catedrático de la Universidad de La Coruña, ha sido otro de los galardonados este año por sus aportaciones al área de arquitectura y tecnología de computadoras. La computación de altas prestaciones es indispensable en la predicción climática, en la secuencia del genoma o en el sector aeroespacial. Todo esto unido a técnicas de Inteligencia Artificial se está convirtiendo en una herramienta para el procesamiento y análisis de datos masivos en áreas tan distintas como diseño de vehículos autónomos, medicina personalizada, o en detección de fraudes
El último de los premiados en esta categoría ha sido Ricardo Baeza-Yates, catedrático ICREA de la Universidad Pompeu Fabra. El jurado ha destacado “su trayectoria investigadora y empresarial, y su labor en la transferencia de conocimiento, creación de empleo, la apertura de nuevos mercados y la excelencia en la ingeniería informática”.
Esta ceremonia ha servido para alertar de la necesidad de hacer frente a los nuevos retos derivados del avance de las máquinas. Además, durante el evento se subrayó la importancia de preparar a la sociedad para un mercado laboral en fase de cambio, debido a la introducción de la Inteligencia Artificial. Como también la necesidad de hacer que las máquinas incorporen valores éticos.